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Aisén: Persiste escepticismo, pese a cambios a proyecto de megacentrales

Disminución de 36,5% de la superficie del embalse original dejaría fuera de las inundaciones a sitios considerados de relevancia turística y medioambiental, como el sector de El Salto en la confluencia de los ríos Baker y Nef. Sin embargo, ambientalistas y organizaciones turísticas y de la sociedad civil mantienen sus objeciones contra la iniciativa.


La crisis de energía que enfrenta Chile ha dado pie a diversas alternativas para capear la tormenta. Una de ellas es la polémica propuesta de cinco centrales hidroeléctricas en los ríos Baker y Pascua de la XI región, impulsada por la sociedad Hidroaysén, de las transnacionales Colbún y Endesa Chile.



El jueves, presentaron en Cochrane formalmente las modificaciones al proyecto, con lo que pretenden disminuir la superficie del embalse en 36,5% respecto al plan original. Esta reformulación fue impulsada principalmente por dos informes encargados por el Misterio de Obras Públicas (MOP) que, en síntesis, reflejaban que el número de hectáreas a inundar era negativo e incompatible con el desarrollo turístico y productivo de la región.



Por ello, uno de los "caballitos de batalla" de Hidroaysén es que quedarían excluidos de la zona de los embalses el sector de El Salto en la confluencia de los ríos Baker y Nef, el sector del Valle Grande y sector de lodge de pesca, considerados sitios de gran relevancia turística y ambiental.



Modificaciones



El nuevo plan incluye la construcción de dos centrales en el Río Baker-Baker 1 y Baker 2- y tres centrales en el río Pascua-Pascua 1, Pacua 2.1 y Pascua 2.2.-, que generarían un aporte al Sistema Interconectado Central (SIC) de unos 18.430 GWh/año.



Según Hernán Salazar, gerente general de Hidroaysén, esto representaría alrededor del 20% de la demanda del Sistema Interconectado Central (SIC) hacia fines de la próxima década y no se vería alterado por la disminución de las áreas inundadas.



Lo que sí se vería afectado sería el bolsillo de la sociedad, ya que implica un incremento en el monto de la inversión original, que ascendería a los US$ 2.430 millones.



Según explica Salazar, las modificaciones harían viable reducir el área de los embalses a un total de 5.910 hectáreas, casi 40% menos que el anteproyecto original. "Mientras que los embalses proyectados en el Río Baker disminuyen la superficie de los embalses en 45,4%, alcanzando las 4.300 hectáreas, en el Río Pascua la superficie del embalse aumenta 14,2%, totalizando 1.600 hectáreas», afirma.



El ingeniero civil detalla que de las 5.910 hectáreas, un total de 1.900 corresponden a la superficie actual de los ríos, con lo cual el incremento es de sólo 4.010 hectáreas.



Cuestionamientos



Un punto a tener en consideración es que la iniciativa aún está en etapa de presentación. Recién podría hablarse de un proyecto concreto si se aprueba el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que la empresa planea presentar el primer semestre de 2008, originalmente proyectado para este año.



Para Felipe Meneses, abogado medioambiental, este punto es fundamental. "En primer lugar no existe una concesión eléctrica para construir represas en La Patagonia, sólo tienen una concesión provisional que les permite hacer estudios en la zona. En base a ello, han hecho el EIA y en tanto no se presente en la práctica, el proyecto simplemente no existe".



De hecho, alude a que la propia ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, ha declarado no conocer el proyecto.



Con respecto a los espaldarazos dados al proyecto por el titular de Energía, Marcelo Tokman, y el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Rodrigo Iglesias, sostiene que fueron entregados sin siquiera conocer los detalles del proyecto ingenieril que recién se harán públicos cuando se presente el EIA.



El profesional argumenta que la propuesta de Hidroaysén es sólo una de las muchas alternativas que se manejan hoy y que lo que hay que cuestionarse es que las zonas de inundación son "sólo uno más de los impactos ambientales que involucra el proyecto, sin mencionar las líneas de alta tensión proyectadas para llevar la energía generada a las zona centro y norte del país".



Estas líneas, que serían desarrolladas por un proyecto de la firma de transmisión de electricidad Transelec, atravesarían la mitad del país abarcando unos 2 mil kilómetros, afectando no sólo a Aisén, sino a varias regiones.



"Lo razonable es preguntarse si conviene interrumpir los dos ríos más caudalosos y prístinos de Chile, afectando los intereses turísticos y de conservación, que la autoridad regional ha formulado como los estandartes de la estrategia de desarrollo de la zona", concluye Meneses.



Qué dicen las organizaciones civiles



En tanto, la Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida y otras agrupaciones, que además de la sociedad civil engloban al sector pesquero y turístico, entre otros, rechazan de plano el proyecto, con o sin modificaciones. Fundamentan que la iniciativa es incoherente con el desarrollo sustentable efectivo de la zona, ya que afecta considerablemente áreas como el turismo, la ganadería y la pesca.



Por su parte, organizaciones de Caleta Tortel, ubicada entre Cochrane y Villa O’Higgins, alegan desinterés por parte de Hidroaysén hacia la población, ya que «han entregado escasos antecedentes y sin detalles de las características y efectos que tendrán la 4 Mega Centrales Hidroeléctricas sobre nuestra población, ríos, ambiente y recursos».

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