Dictamen, que demoró un año en ser redactado y al que tuvo acceso El Mostrador.cl, establece que la institución presidida por José Said deberá pagar cerca de $ 3.800 millones al controvertido empresario Francisco Javier Errázuriz. De todos modos, el fallo rebajó en más de $ 2.000 millones el monto resuelto por los árbitros Samuel Lira y Arnaldo Gorziglia.
La Corte de Apelaciones de Santiago acogió un recurso de queja presentado por el BBVA contra los jueces árbitros Samuel Lira y Arnaldo Gorziglia, quienes dirimieron un viejo proceso que la entidad mantiene con Francisco Javier Errázuriz (Fra Fra) por la venta del Banco Nacional, a fines de los ochenta.
El dictamen, en los hechos, obliga al BBVA a pagar UF 203.865,68, poco más de 3.800 millones de pesos. en el juicio de cuentas con el ex senador, en vez de los $ 6 mil millones decididos en agosto del año pasado por Lira y Gonrziglia.
El fallo fue dictado por los ministros Alfredo Pfeiffer, Haroldo Brito Cruz, y el abogado integrante Eduardo Morales.
En las 27 páginas que tiene la resolución, a la que tuvo acceso El Mostrador.cl, los magistrados critican que el BBVA no presentara las pruebas necesarias dentro del plazo, sino que lo hizo en forma extemporánea.
«El recurso de queja no puede ser utilizado como medio para completar prueba que no fue rendida en la instancia y en la oportunidad legal o convencional pertinentes", señala el documento.
En paralelo, Errázuriz ha hecho circular un correo electrónico por distintos medios acusando al empresario José Said de no haber querido cumplir con el acuerdo de compra del Banco Nacional, buscando todo tipo de fórmulas judiciales.
«Han sido éstas dilaciones la forma buscada por el Banco español BBVA y por su Presidente el ciudadano peruano José Said, para burlar las decisiones judiciales chilenas", insiste Errázuriz.
Cruces de historias
La historia de esta compleja trama financiera se remonta al 23 de julio de 1989, cuando Errázuriz y sus empresas vendieron el 97% de las acciones del Banco Nacional a algunos de los principales accionistas del Banco BHIF, hoy BBVA. La operación se efectuó con el objeto de fusionar ambas instituciones.
En la oportunidad, los vendedores estimaron que la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) de la época puso una serie de trabas para llevar a cabo el negocio. Para ello, generaron un mecanismo conocido como «cuenta de ajuste», que implicaba que ciertos beneficios se traspasaran a las empresas Errázuriz.
Allí fue cuando también pactaron los árbitros cuya resolución fue recurrida ante el tribunal de alzada capitalino.
Con esta resolución se pone fin a casi 20 años de disputas judiciales entre Said y Errázuriz. De hecho en los pasillos de tribunales se comentaba, medio en broma medio en serio, que por fin los jueces quedarían tranquilos, debido a la gran cantidad de demandas cruzadas y querellas que se han interpuesto las partes en conflicto. A pesar de que el dictamen señala que la resolución es inapelables, ambas se encuentran estudiando posibles recursos adicionales.
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