La timonel del Partido Humanista critica el posible pacto por omisión entre la Concertación y los comunistas, en el caso de que el proyecto de reforma al sistema electoral no sea aprobado por el Congreso. Afirma que el trasfondo radica en que el Gobierno pasa por un mal momento y ésta es sólo una forma de controlar el descontento general.
Marilén Cabrera se autodefine como "candidata vitalicia", aludiendo a su carrera política que se inició cuando era estudiante en la Universidad de Santiago. Hoy, a sus 50 años y a la cabeza del Partido Humanista (PH), comenta su visión de su colectividad, las relaciones con el Partido Comunista (PC) y los demás actores del bloque Juntos Podemos.
– ¿Cómo evalúan el acercamiento del PC con la Concertación, traducido en un posible pacto por omisión para las próximas municipales?
– Lo único que permite este "pacto" es blanquear la imagen de la Concertación, ya que deja la impresión de que pusieron todo de su parte para terminar con la exclusión. En el fondo sabemos que no es así, porque no hay un sentimiento real de querer cambiar. Si ahora buscan este acuerdo con el PC, es porque están viendo muy debilitado su gobierno y ésta es una forma de contener el descontento de la izquierda.
Además ¿qué es un pacto por omisión finalmente? Han hecho pacto por omisión otras veces, pero lo que hacen al final es no llevar candidato en ciertas comunas, pero luego igual meten a un "independiente" del bloque. Además, si sacas dos o tres alcaldes no estás haciendo ninguna transformación profunda.
– ¿Y estos movimientos del PC lo alejan del Juntos Podemos?
– No lo veo como un alejamiento en torno a lo que hemos construido en conjunto, porque no han renunciado al programa presidencial que construimos en forma participativa, ni han dicho que nuestras propuestas ya no los representan. Si bien están haciendo una apuesta en una dirección que no compartimos, en ningún caso han renunciado.
Hay que tomar en cuenta que en lo macro nuestros proyectos tienen mucha coincidencia, la diferencia es en lo táctico. Mientras los humanistas creemos en la construcción de un movimiento social que lleve a una transformación al país, ellos apuestan por el acercamiento a la Concertación, lo que no nos parece. Creemos que el Juntos Podemos ha instalado la posibilidad de una tercera fuerza, con clara diferenciación de la derecha y la Concertación y que es eso lo que la gente ha premiado en el resultado de las encuestas, ya que hay necesidad de algo distinto. Por eso, la construcción de este movimiento no puede ser en base a una suerte de mimetización con el oficialismo y menos con la derecha.
– ¿Y cómo ve la consolidación actual del bloque?
– El Juntos Podemos ha seguido vivito y coleando y fortaleciéndose cada vez más. De hecho, se han ido plegando otras organizaciones, como por ejemplo el movimiento de trabajadores del PEM y el POJH, que representan a gran cantidad de personas que no pueden jubilar porque tuvieron una laguna de imposiciones durante el tiempo que tuvieron que trabajar dentro de esos programas durante la dictadura militar. Desde el Juntos Podemos se ha ido organizando en distintos lugares, como Calama y Valdivia.
También hay un partido mapuche que se integró recientemente y que está articulándose. Hay varios partidos que se están intentando legalizar, como la Izquierda Cristiana. Lo que sí, no es una tarea fácil: la exclusión electoral no sólo se expresa en el sistema, sino también en las dificultades que tienes para poder legalizar un partido político.
Asamblea nacional
– ¿Qué temas tocarán en la próxima Asamblea Nacional del Juntos Podemos, el 1 de septiembre?
– A partir de ahí pretendemos caminar hacia una convención, ponernos de acuerdo en cómo trabajar nuestro plan municipal y hacerlo de la misma forma en que creamos nuestro programa presidencial. Nos enfocaremos bastante en trabajar en el plan comunal, pero no nos centraremos solamente en la eventualidad de sacar electos, sino en que sea una ruta de acción.
– ¿A qué comunas aspirarían preferentemente?
– Todas las comunas son estratégicas, desde el punto de vista de que el concejal es quien mayormente puede hacer el trabajo de mano de la gente. Nuestra concepción de un concejal no es un trabajador del municipio, sino un concejal metido en el municipio para velar por la gente y sus derechos. Nuestra visión del trabajo de concejalías no tiene que ver con instalar a alguien en el poder sino más bien cómo instalamos a la gente.
– ¿Y cómo evaluarías este período como presidenta del PH?
– Ha sido una tremenda responsabilidad. Lo más complicado ha sido intentar sacar al Partido en los medios. La prensa de alguna manera se nos ha cerrado, porque no somos funcionales ni a la Concertación ni a la derecha y por eso no tenemos pelos en la lengua, somos unos deslenguados. Tenemos un trabajo de base muy potente, pero claramente para mantener al partido como un actor político necesitas mantenerlo en los medios, de lo contrario no existes. No tienes realidad para la gente.
