Durante su comparecencia ante la comisión investigadora sobre el plan de transporte, el otrora secretario echó por tierra las expectativas de la Alianza de que responsabilizara directamente a la mandataria por la puesta en marcha del sistema. También criticó al ex coordinador Germán Correa, asegurando que éste apoyó el inicio del sistema.
Reiterando que todo el Gobierno estaba en conocimiento de los mismos antecedentes que él tenía para echar a andar el Transantiago, el ex ministro de Transportes Sergio Espejo presentó un detallado informe sobre lo realizado en esta materia ante la comisión investigadora de la Cámara de Diputados.
El otrora ministro secretario de Estado llegó hasta el Congreso a las 11:00 horas y a su arribo adelantó que se presentaría «con tranquilidad, como siempre, como corresponde, y la verdad por delante». Antes de ingresar a la comisión, Espejo se reunió durante algunos minutos con la presidenta de su partido, la senadora DC Soledad Alvear.
Su comparecencia estuvo precedida por la divulgación de que el coordinador del Transantiago en 2004, Germán Correa (PS), le habría enviado el año pasado un informe en el que advertía riesgos en el inicio del sistema el 10 de febrero.
Consultado por el diputado Cristián Monckeberg (RN) acerca de la responsabilidad que le cabe a la Presidenta de la República, Espejo fue categórico en sostener que «los antecedentes que yo he descrito y que llevaban razonablemente a iniciar la fase 3 (del Transantiago) el 10 de febrero de 2007 estaban en conocimiento de todo el Gobierno», y cuando se le precisó la pregunta a que detallara si eso incluía la mandataria, Espejo insistió en que «hay un solo Gobierno».
En este sentido, clarificó aún más su respuesta, precisando que «los antecedentes fundamentales para tomar esta decisión son los que le he descrito a esta comisión, no otros. Esos antecedentes, a mi recto entender, hacen razonable en un escenario de incertidumbre las decisiones que tomamos. Esos son los antecedentes que tenía el Gobierno y no tengo nada más que agregar en esta materia, aunque quisiera».
Así, el ex titular de Transportes echaba por tierra cualquier esperanza que aún quedara en la Alianza por Chile de que el otrora secretario de Estado responsabilizara directamente a Bachelet, o incluso al ex Presidente Ricardo Lagos, de lo sucedido con el Transantiago.
Lealtad con Bachelet
Esta última frase, pronunciada antes del receso, sólo confirmó lo señalado por el propio Espejo al inicio de la sesión, pasadas las 11:30 horas de la mañana.
Al iniciar la jornada, de esta instancia, Espejo fue categórico en afirmar que una vez roto el silencio, «mis primeras palabras son para reiterar mi completa lealtad con la Presidenta de la República».
«Serví con dedicación desde el primer día del mandato de la primera mujer Presidenta de Chile y puse todo lo que estaba a mi alcance para asegurar el éxito de las tareas que ella me encomendó. Estoy convencido que si a este gobierno le va bien, a Chile le va bien. Mi salida del gabinete no pone término a mi lealtad con la Presidenta que me confió tareas de Estado», insistió.
El ex ministro también mencionó a Lagos Escobar, señalando que la historia lo recordará por el «coraje» que demostró al impulsar el actual sistema de locomoción pública de la Región Metropolitana. «El juicio de la historia tarda pero llega», sentenció Espejo, aludiendo a la necesidad que, a su parecer, existía en la capital de transformar el sistema de transporte.
Dardos contra Correa
Pese a las múltiples especulaciones en torno al silencio mantenido por Espejo en los días previos a su participación en la comisión investigadora, el ex ministro, lejos de lo esperado, blindó a Bachelet y Lagos, pero no sólo se quedó en eso, sino que sus principales dardos apuntaron contra Germán Correa, quien aseguró haberle entregado un informe en junio del año pasado, en el que expresaba las razones por las que el Transantiago debía ser postergado y que no habría sido considerado por el ex ministro.
Al respecto, el otrora secretario de Estado indicó que «como soy un caballero», no podía hacer pública una carta de Correa. Sin embargo, leyó un párrafo de un correo electrónico en el que este último, lejos de rechazar la puesta en marcha del polémico sistema de transporte público, la avalaba.
«El 3 de enero de 2007, a las 11:52 de la mañana (…) dice el párrafo relevante: ‘A todos les he dicho (a los periodistas) que los errores y fallas que hubo y a los cuales yo mismo me referí en los años pasados en diversas ocasiones, no tienen hoy ninguna importancia ante lo fundamental que es que este sistema finalmente entre en operaciones, porque esto le va a cambiar el rostro a Santiago radicalmente, ya que las fallas que haya siempre se podrán corregir'», leyó Espejo para desestimar la acusación de Correa. «No voy a participar del juego de eludir responsabilidades», sostuvo.
Espejo asumió completamente la responsabilidad que le cabe en la implementación del sistema de Transporte, y pidió disculpas a los afectados por el Transantiago, atribuyendo el largo silencio que se autoimpuso tras dejar su cargo a una «señal de respeto hacia todos aquellos que, pese a los enormes esfuerzos que ustedes saben puse en la tarea que me fue encomendada, han sido afectados en su vida cotidiana por esta reforma».
Enfatizó que su presencia en la comisión investigadora apunta a colaborar en el conocimiento de lo sucedido y subrayó que «no vine a defenderme, no vine a culpar a otros, a la hora de responder yo soy el primero. Chile necesita de líderes y de gente que se atreva a enfrentar lo difícil, reconocer sus errores y seguir caminando. El futuro de Chile se juega en la capacidad de mirar de frente lo difícil y quizás sus momentos más amargos (…) y a corregir errores que yo también cometí».
Costos y correcciones
Durante la cuenta que presentó ante la comisión, Espejo negó que haya existido un big bang y desmintió el informe de Fernández & Cea, y ante una consulta, también de Monckeberg, señaló que pese a haber tenido dudas respecto de la implementación del Transantiago, siguió adelante porque siempre pensó que las fallas podrían ser corregidas con el plan en marcha.
En la misma línea precisó que una postergación habría significado un gasto adicional de entre 300 y 480 millones de dólares al año. Asimismo, precisó que le hubiera gustado contar durante su gestión con la Autoridad Metropolitana del Transporte, pero admitió que no trabajó lo suficientemente rápido para que esta figura se concretara, ya que sólo después que dejó el cargo el proyecto fue enviado al Congreso.
Por último, Monckeberg criticó la presentación del ex ministro señalando a que pese que hizo una cuenta de su gestión, el resultado de esta última es que el Transantiago finalmente no funcionó, y manifestó su molestia al ex secretario de Estado en orden a que no percibió de él ni de sus palabras «ninguna autocrítica».
Además, partió señalando que su sector siempre quiso que el Transantiago funcionara y que incluso contribuyó a ello a través de propuestas que se hicieron previamente a la implementación del sistema de transporte.
Sesión vespertina
Al término de la sesión vespertina, cerca el ex titular de la cartera reiteró, ahora frente a la prensa, que el Transantiago fue una política de Estado.
«El Transantiago fue siempre una decisión de Estado que yo respaldé, apoyé y con la que me he comprometido, y como siempre dije, yo soy el primero en responder», sentenció Espejo, quien volvió a asumir la responsabilidad que le compete en la implementación del sistema de transporte público capitalino.
Junto con ello insistió en que los ministros de Estado están justamente para hacerse responsables de las decisiones del Ejecutivo. «Estamos para responder por las decisiones del Gobierno, yo fui ministro de la Presidenta Bachelet con mucho orgullo, voy a respaldar cada día de su gobierno de aquí hasta el término de su mandato y creo que he hecho lo que le corresponde a un ministro», afirmó, negándose a comentar el que otros secretarios hayan evadido la responsabilidad que les compete en la implementación del plan.
Por su parte, el presidente de la comisión investigadora, diputado Patricio Hales (PPD), aclaró que tras esta maratónica sesión queda la convicción de que efectivamente la Bachelet estaba al tanto de los informes acerca del Transantiago, aunque precisó que fueron más los optimistas que aquellos que apuntaban a postergarlo.
«Yo creo que la Presidenta recibió todos los informes, entre los que predominaron obviamente los informes positivos puesto que si recordamos bien, el escándalo que se armó a fines de 2006 fue justamente por el hecho de que el Transantiago no se ponía en marcha», argumentó Hales.
Por último, en la Alianza por Chile quedaron insatisfechos con la presentación, pese a que según planteó el diputado gremialista Gonzalo Uriarte, «a pesar de no haber respondido (Sergio Espejo) queda claro que no actuó solo, que ésta fue una decisión de Gobierno que además el Gobierno actuó a sabiendas de todas las advertencias que se le hicieron y que por lo mismo son todos igualmente responsables».
Monckeberg, en tanto, afirmó que «aquí definitivamente quedó claro que desde la Presidenta para abajo sabían de todos los detalles en la implementación del Transantiago. Eso fue lo que aclaró hoy día el ex ministro Sergio Espejo y es muy bueno que se haya producido esa aclaración».
En este sentido aclaró que «no hubo tal discusión de si se inicia el Transantiago o no se inicia al interior del gabinete. Vale decir que esas versiones de que don Belisario Velasco habría estado en contra de iniciar el Transantiago o de ponerlo en marcha en febrero, no fue tal, así por lo menos lo aclaró hoy día el ex ministro Espejo», lo que a juicio de Monckeberg es también una situación importante para contribuir a aclarar el trasfondo del tema del Transantiago.