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«Los roces son más en la Concertación, pero ellos los manejan mejor»

Los últimos episodios que han mantenido en estado de alerta a la Alianza no logran hacer perder la frialdad de análisis al parlamentario gremialista ni por un segundo. Porque mientras los presidentes de RN y la UDI se esfuerzan por desconocerlos, él asume estoicamente que la derecha debe aprender a manejarlos tal como lo hace el oficialismo.


Es uno de los hombres fuertes de la UDI y el que más tiempo ha encabezado el partido, su experiencia y destreza política despiertan admiración y respeto en el partido. Pero por sobre todo llama la atención su frialdad a la hora de tomar decisiones, lo que quedó de manifiesto durante uno de los episodios más difíciles que ha debido enfrentar durante su carrera política, el bullado caso Spiniak. Tal vez es por eso que, lejos de lo que se hubiera esperado, el senador Jovino Novoa analiza la disputa entre el senador de su partido Pablo Longueira y su par de RN, Andrés Allamand, sin un dejo de apasionamiento partidario.



Al respecto, su premonición es que esta disputa que ha amenazado con desestabilizar la unidad del sector, en el corto plazo, será recordada sólo como un episodio anecdótico. No obstante, defiende la postura de la directiva gremialista, pues tiene la convicción de que ha respaldado al senador Longueira, pese a las voces que al interior de la UDI sostienen que la mesa no ha sido lo suficientemente firme en este aspecto.



A raíz de este encontrón entre Longueira y Allamand, el senador Novoa analiza la dura semana que atravesó su sector a partir del viernes 31 de agosto. Esto, sumado a la polémica generada ante la posibilidad de la concurrencia o no de Sebastián Piñera a la convención de la Alianza y la comida de los alcaldes UDI con el abanderado de RN responden -dice medio en broma y medio en serio- a "una conjunción maligna de astros, porque entre viernes y lunes se alinearon todos en una conjunción muy negativa para la Alianza".



Junto con este reconocimiento, asegura que de no ser por esa astrológica casualidad, el ojo del huracán habría estado en la baja del Gobierno y de la Presidenta Michelle Bachelet en las encuestas, por lo que hace un mea culpa de su sector en tal sentido. También sostiene que en la Concertación hay más conflictos que en la Alianza, pero admite que el conglomerado oficialista los maneja de mejor manera y asegura que eso es algo que la derecha tiene que aprender.



En su conversación con El Mostrador.cl, Novoa plantea que el Comité Ejecutivo que creará la Alianza podría ser una buena solución como mecanismo para evitar y manejar los conflictos y advierte que la Concertación debe entender que en "los países serios" se respetan las leyes y que en la Constitución chilena no existe el plebiscito vinculante, en alusión a que en el Ejecutivo habría voluntad para enviar un proyecto para hacer una consulta de este tipo para cerrar la polémica sobre el sistema binominal, en el caso de que en el Congreso no se avance en este tema. También asegura que la muerte de Augusto Pinochet tiende a permitir que el 11 de septiembre se mire desde una perspectiva histórica.



-¿Cómo visualiza el 11 de septiembre sin la figura del general Augusto Pinochet?
– Creo que ya hace mucho tiempo el 11 de septiembre tiene que ser analizado con una perspectiva más histórica que actual o política. Evidentemente, el hecho de que el general Pinochet haya fallecido tiende también a acentuar esa mirada, que es la que debiéramos tener los chilenos para poder fijar, de una vez por todas, la vista en el futuro.



-¿El hecho de que se haya eliminado como festivo contribuye a la reconciliación nacional?
– Yo creo que sí porque era una fecha que nos guste o no dividía a los chilenos y no era razonable que una fecha que provocaba polémica fuera un día festivo. La solución de eliminarlo contribuyó y va a contribuir a que, sin perjuicio de las visiones históricas que hay que tener, pueda ser asumido como un día más en la vida de nuestro país, un día normal.



Manejo de crisis



-Según los analistas políticos la vocación de poder tiende a cohesionar a los conglomerados; sin embargo, pareciera que la Alianza no la tiene. Se lo comento a raíz de lo que ha sucedido en el sector en los últimos días.
– No. La Alianza tiene la firme determinación de llegar al gobierno y cambiarlo. Un quinto gobierno de la Concertación sería un desastre. Ahora, pasa que cuando se producen dificultades, yo tengo la impresión de que muchas veces se magnifican mucho o una vez producida la dificultad no sabemos manejarla en un nivel menos espectacular. Cuando uno habla de una alianza, en el caso de la Concertación también, es una unión de partidos distintos y si por distintas razones se producen fricciones o roces uno no debiera escandalizarse, porque es parte de la esencia de la unión de distintos grupos políticos diversos. Pero debiéramos tener una mayor capacidad para manejar nuestras dificultades. Ahora, yo creo que esta última semana pasó una coincidencia muy desafortunada de tres hechos que en sí mismos no tenían mayor significación, ya que fueron de naturaleza muy distinta. Me refiero a la convención en Valdivia, en que hubo polémica por la presencia o no de (Sebastián) Piñera; la comida de alcaldes UDI con Piñera y al problema entre Andrés Allamand y Pablo Longueira. Hubo una conjunción maligna de astros, porque entre viernes y lunes se alinearon todos en una conjunción muy negativa para la Alianza.



-¿Sólo eso?
– Si uno tiene una mirada con un poquito más de perspectiva, tenemos que entender que tenemos ámbitos de colaboración y de competencia y que si manejamos bien esos dos ámbitos podemos perfectamente ganar las próximas elecciones presidenciales.



-¿Si no se hubiera producido esta conjunción qué habría pasado?
– Estaríamos discutiendo la baja de popularidad del Gobierno y de la Presidenta (Michelle Bachelet) que bajó la barrera de los 40 puntos, y estaríamos analizando que esa baja de popularidad se debe a una muy mala percepción de la ciudadanía sobre el tema de la delincuencia, que es cada día peor; una muy mala percepción de la ciudadanía sobre el Transantiago, mala percepción de la ciudadanía en materias de empleo y de manejo económico y mala percepción de la ciudadanía en temas de corrupción. Lo que quiere decir que los problemas de la Concertación son reales, no son políticos ni minucias, sino que como coalición gobernante no le está dando respuesta a los chilenos en los temas más esenciales que contribuyen a la calidad de vida de las personas. Eso, por mucho que nosotros le hayamos facilitado la vida esta semana, porque en vez de estar discutiendo esa triste realidad para quienes tienen que sufrir las inepcias del gobierno, estuvimos discutiendo sobre cosas que no son trascendentes. Pero, en definitiva, la mala percepción de la Concertación obedece a causas profundas y nosotros tenenos claramente la capacidad de mostrar que, más allá de roces o dificultades, tenemos un enfoque distinto para solucionar los problemas que le afectan a las personas.



-¿Cómo se entiende que en una coalición de dos partidos se produzcan tantos roces y no logren ponerse de acuerdo al punto de no haber podido acceder al gobierno? Porque si bien la Concertación también los tiene lleva muchos años unida y la componen más partidos de un espectro también más amplio.
– Yo no creo que en la Alianza haya más roces que en la Concertación. Al contrario, creo que en la Concertación hay muchos más roces que en la Alianza, lo que pasa es que ellos tienen formas de analizar sus diferencias que son distintas. Y, curiosamente, para la Concertación la diversidad es un activo y la diversidad produce discrepancias, conflictos. Dentro de la cultura de nuestros votantes parece que la diversidad fuera un pecado mortal. Y cada vez que se produce una posición distinta o un conflicto se tiende a exacerbarlo. Los roces son más en la Concertación, pero ellos los manejan mejor. Nosotros tenemos que aprender a manejar mejor nuestras diferencias. En el tema presidencial faltan más de dos años para las elecciones, Renovación tiene su candidato y nosotros en la UDI tenemos que armar nuestra plataforma presidencial y tenemos que entender que esos son campos donde vamos a competir. Entonces, no podemos impedir que se presenten diferencias, pero tenemos que aprender a manejarlas mejor.



-En múltiples ocasiones se ha hablado de generar un mecanismo de solución de controversias para la Alianza.¿El Comité Ejecutivo podría cumplir ese rol?
– En política es muy difícil crear una instancia de solución de controversias que no sea el entendimiento. Yo creo que lo que va a hacer el Comité Ejecutivo de la Alianza es facilitar las posibilidades de entendimiento. Que se discutan los problemas internamente, antes de que salgan para afuera. Una vinculación más formal y más diaria puede evitar que se produzcan hechos consumados que, en definitiva, una vez que salen a la prensa son más difíciles de manejar en un bajo perfil. El comité puede ser una muy buena solución para evitar y manejar problemas. Porque muchas veces los problemas son inevitables, pero hay que manejarlos bien y eso nos está faltando.



-¿Cómo se explica que a raíz de los hechos que ocurrieron esta semana se vea una disociación entre las cúpulas de la UDI y sus parlamentarios y alcaldes?
– Yo no creo que haya una diferencia de visión, puede haber matices o personas que miran las cosas de una manera distinta. Por cierto, no hay uniformidad de criterios en todos los temas, pero yo no lo segmentaría diciendo que está la directiva, por un lado, y están los parlamentarios, por otro, y están los alcaldes, por otro, porque eso es generar una división inexistente. Yo no soy partidario de adelantar las carreras presidenciales, pero obviamente el hecho de que nosotros no tengamos candidato presidencial genera ciertos nerviosismos o tensiones y eso es razonable que se produzca. Pero yo no lo segmentaría diciendo ‘aquí están los parlamentarios en una línea, la directiva en otra y los alcaldes en otra’, porque no parece que esa sea la realidad de la UDI.



La directiva ha respaldado a Longueira



-Por otra parte, han surgido ciertas críticas desde la propia UDI en el sentido de que las cúpulas no han sido todo lo firme que algunos hubieran querido en la defensa del senador Pablo Longueira a raíz de la disputa con Allamand.
-Yo creo que lo que ha hecho la directiva de la UDI es respaldar a Pablo, de eso no me cabe la menor duda. Pero, por otro lado, tanto la directiva de Renovación Nacional como la de la UDI intentan ponerle paños fríos a un problema que, más que ser un problema político de fondo, es una situación que se puede producir muchas veces cuando hay un trabajo en conjunto; cuando personas estamos en una misma actividad se pueden producir diferencias más bien en el grado de las relaciones interpersonales. Yo no veo que haya ahí un problema político de por medio y creo que no hay nadie en la UDI que haya cuestionado que la reacción de Pablo es legítima, pero tampoco está el afán de profundizar un problema que, en una de esas, se soluciona en poco tiempo más y todo esto va a ser una anécdota del pasado.



-Se dice que usted se reunió con Allamand y conversó con él sobre este tema.
-El senador Allamand planteó su posición a varias personas, pero sin ninguna trascendencia mayor. Yo salí, claramente, a señalar que le encontraba razón a Pablo en esto del manejo público, de prensa, que se había hecho de un proyecto que estaban trabajando en conjunto y punto. Aquí no se trata de que uno intervenga como arbitrador porque no nos corresponde.



-¿Cómo se podría cerrar definitivamente este tema, porque parece imparable
-Me parece que la forma en que el tema se deje atrás es que no se sigan refiriendo a él. Si no es un tema que va a cambiar la historia política del país ni mucho menos. Desde ese punto de vista es mucho mejor no hablar más sobre el tema. Es un episodio que con una pequeña perspectiva de tiempo, no estoy hablando de años, sino de días o semanas, va a ser un episodio olvidado.



El plebiscito vinculante no existe



-Se ha dicho que en Gobierno existe voluntad de hacer un plebiscito vinculante para resolver el tema del sistema binominal en el caso de que no se avance en el Congreso. ¿Qué le parece?
-El plebiscito vinculante no existe. Sería bueno que, de una vez por todas, en la Concertación entendieran que en los países serios se respetan las leyes, que en la Constitución no existe el plebiscito vinculante. Le pueden preguntar a (Hugo) Chávez cómo se hacen esas cosas, pero no son para Chile.



Entiendo que no está de acuerdo.
– Absolutamente. Y además que no pueden hablar de plebiscito vinculante porque no existe eso. Entonces, yo creo que cuando vemos que se está incendiando Bolivia porque llega un presidente y lo primero que hace es cambiar la Constitución o cuando vemos que en Venezuela Chávez se quiere proclamar presidente vitalicio, estas cosas ocurren porque no se respetan las institucionalidades y en el Gobierno son grandecitos como para saber que no pueden hablar de plebiscito, porque eso no existe. Es lo mismo que hablar de golpe de Estado, no está en la Constitución.



-¿A su juicio con eso estarían engañando al Partido Comunista?
-Pero por supuesto, evidente que sí, si el plebiscito no existe para este tipo de cosas. Porque eso querría decir que si pierden el Gobierno se tendría que ir, porque en los países que existe este tipo de plebiscitos si se gana se aprueba la norma, pero si se pierde se van del gobierno. Es un poquitito más grave, son sistemas distintos. En Chile no existe y yo creo que la mínima responsabilidad de los dirigentes políticos es conocer las reglas del juego y jugar dentro de esas normas, no inventar cosas raras.

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