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Ministro Alberto Chaigneau se convierte en el gran ganador del caso Fujimori

Su imagen dio la vuelta al mundo como el más antiguo de un grupo de cinco jueces que, por primera vez en la historia, accedía a extraditar a un ex gobernante por crímenes de lesa humanidad y corrupción, el justo guiño a sus contradictores, luego de que no alcanzara la presidencia en las últimas internas.


Prudencia, justicia, templanza y fortaleza son las cuatro virtudes cardinales que suelen iluminar el conocimiento de los jueces. Y el viernes de la semana pasada, todas se unieron en un solo personaje: el presidente de la Sala Penal, Alberto Chaigneau, en momentos en que daba a conocer el fallo que extraditó a Fujimori. Y no es para menos, porque para informar del fallo estaba parado precisamente bajo la cúpula central de la nave del Palacio de Tribunales donde están escritos los cuatro conceptos.



Su imagen de supremo dio la vuelta al mundo como el más antiguo de un grupo de cinco jueces que, por primera vez en la historia, accedía a extraditar a un ex presidente por crímenes de lesa humanidad y corrupción.



Y es que Chaigneau cumple los 75 años el 31 de diciembre, lo que implica que deja el Poder Judicial. Por eso es que el dictamen es la guinda de la torta para uno de los cerebros de la doctrina de derechos humanos en el máximo tribunal durante la transición. Y, por cierto, el guiño para sus contradictores, luego de que no alcanzara la presidencia en las últimas elecciones internas de enero de 2006, cuando accedió Enrique Tapia.



De esta manera, el ministro se retira de su carrera como el gran ganador entre sus pares, con un fallo que cambiará la manera de resolver las extradiciones en Chile y el mundo. Y también como el jefe de la sala que anuló la aplicación de la ley de Amnistía en 2004 con la sentencia que condenó a penas de presidio a la cúpula de la DINA por la desaparición del mirista Miguel Ángel Sandoval, confirmando de esta manera la teoría del secuestro permanente.



En esa oportunidad, al ser consultado si la sentencia implicaba una modificación en el criterio de la Sala Penal, dijo: "Este fallo, para el caso de este detenido desaparecido, no significa que haya aplicar la misma doctrina para los mismos casos, porque en Chile no hay jurisprudencia, es decir vamos caso a caso. Ahora, es difícil, sin pecar de anticipar opinión, que pudiera cambiarse la doctrina».



Abogado de la Universidad Católica, se recibió de abogado en 1962, partió siendo juez de Villarrica y, luego de pasar por Linares (1969), fue relator de la Corte de Apelaciones de Concepción. En Puerto Montt fue ministro, al igual que en Santiago en 1979 y de ahí la Suprema, tiene un pequeño dolor en su corazón que reveló recientemente a la revista Qué Pasa.



"Siempre he evitado la amistad con abogados para no tener problemas porque ellos llegan a alegar a la Corte o están en causa. Yo los respeto mucho, pero no soy amigo. Ahora, que me voy de la Corte, echo de menos eso, porque no tengo amigos abogados", recordó.



Pero antes de irse, Chaigneau tiene todavía una tarea pendiente en el tema derechos humanos y, quizá, en su calidad de ministro más antiguo de la sala, logre arrastrar los votos necesarios para que, en los casos de homicidio calificado, la ley de Amnistía no se aplique.



Por eso, cuando dio a conocer el fallo de la extradición de Fujimori le vinieron a la cabeza las primeras clases de Derecho, cuando de seguro alguno de sus profesores repetía en clases: "La virtud de lo racional es la prudencia, la de lo irascible es la fortaleza y la de lo concupiscible es la templanza o moderación. La cuarta, que es también la virtud más importante de todas, es la justicia, que nace cuando cada una de las partes del alma cumple bien su tarea y viene a ser así una virtud rectora encargada de cohesionar las otras tres".

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