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Duro enfrentamiento entre supremo Sergio Muñoz y consejera del CDE

En la cita, la abogada María Inés Horvitz señaló que uno de los factores que resta autonomía a los jueces es que siempre están atentos a la opinión de sus superiores, lo que los hacía »dóciles, poco creativos y burócratas». Tales ideas, desataron la férrea defensa del ministro, quien dijo no compartir una descripción peyorativa.


Un fuerte debate protagonizaron el ministro de la Corte Suprema Sergio Muñoz y la abogada del Consejo de Defensa del Estado (CDE) María Inés Horvitz respecto a la modernización judicial, en el marco de un seminario sobre esta materia.



Ambos participaron el viernes en un encuentro organizado por la Asociación Nacional de Magistrados (ANM) para recoger ideas de la convención a realizarse en noviembre próximo, cita que reunirá a los representantes de los jueces a nivel nacional y de la que surgirá una propuesta para impulsar la modernización de la justicia.



En el debate más de una chispa salió al ruedo cuando los panelistas ahondaron en la independencia versus la carrera judicial, como ocurrió con Horvitz y Muñoz, quienes en sus exposiciones defendieron férreamente sus distintas visiones frente a estos hechos.



La abogada del CDE, que antecedió al magistrado en su exposición, señaló que bajo la actual estructura del sistema, que definió como piramidal con la concentración de poder en el vértice, la imparcialidad o independencia de los jueces al momento de fallar se veía amenazada constantemente, porque estos están pendientes de lo que opinan sus superiores.



Esto último, argumentó, estaba dado por la preocupación de tener éxito en sus respectivas carreras funcionarias, lo que los hacía "dóciles, poco creativos, burócratas" y, en muchas casos, "sumisos y obedientes a la jerarquía".



Los dichos de Horvitz, en el marco de la mesa "Independencia Judicial: ¿Cómo se garantiza la independencia de la función judicial?", cada vez hacían que Muñoz profundizara su mirada, que sólo se distraía para hacer un gesto de negación con su cabeza.



La abogada consejera del CDE enfatizó que debería existir una institución que protegiera a los jueces y que vele para que éstos no sufran presiones de ningún tipo, "salvo a través de recursos judiciales".



A su parecer, la independencia interna sólo puede estar resguardada cuando se separe la jurisdicción del gobierno judicial, entendida ésta como las atribuciones con las que cuentan instancias como la Suprema para designar jueces, calificarlos o determinar ascensos.



El argumento central de la abogada estuvo dirigido a reflejar la concentración de poder que a su juicio ha adquirido la Corte Suprema, lo que se veía representado en la Comisión de Ética, por lo que planteó que para mejorar esta situación era necesario quitarle atribuciones, como que las designaciones de jueces se realizaran través de concursos públicos.



Contracrítica y defensa



A su turno, Muñoz sostuvo: "Son variadas las ideas que tenía para compartir, yo no sé si compartirlas o hacerme cargo de muchos cuestionamientos que se han realizado en las exposiciones anteriores".



Continuó señalando que intentaría "clarificar lo que son intercambios lógicos de ideas implausibles", definiéndolas como críticas a las cuales calificó de "llamados peyorativos a los jueces chilenos".



Tras una pausa y respiro, dijo no compartir la idea de que "todos los jueces sean ‘sumisos’ ni estén mirando a su superior cuando toman una decisión", en alusión a lo planteado por Horvitz.



Dentro de su ponencia, el ministro planteó que cuando era integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago muchas veces sus superiores revisaron sus decisiones. Sin embargo, aseguró que nunca se sintió "menoscabado" por estas situaciones.



En cuanto a los temas disciplinarios, dijo que tras un fallo del Tribunal Constitucional ya se corrigió y se estableció la posibilidad de que el indagado tenga un debido proceso.



Respecto a la crítica de que la Comisión de Ética era una de las atribuciones para concentrar la poder impuesta por la Corte Suprema, Muñoz recordó que ésta se había abolido y sólo quedó como un tribunal de honor.



Además, afirmó que en los últimos años el máximo tribunal para obtener antecedentes de la reforma procesal, de los tribunales de familia y laborales ha escuchado a los propios jueces de estas jurisdicciones.



Esta participación activa de magistrados en estos procesos, según Muñoz, ha logrado que el 99% de las recomendaciones sean incorporadas como suyas por la Suprema, lo que revela a su juicio "un gran cambio".



En cuanto a las calificaciones, arguyó que los superiores cada vez tienen mejor entendimiento y conocimiento de cuáles son los antecedentes frente a los cuales se evalúa. En ese sentido, lamentó la visión que algunos tenían del sistema judicial chileno, señalando que si bien "hay cosas que debemos mejorar", en ningún caso existía una crisis.

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