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Los alcances de los ejercicios de submarino chileno con la Marina de EEUU

Armada aseguró que se busca fortalecer lazos internacionales y el secretario de Defensa de Washington dijo que desean prepararse para »contrarrestar» capacidades de sumergibles convencionales como el Simpson. Analistas alertan que países que ostentan posturas contrarias a EEUU, como Irán y Venezuela, están equipados con aparatos similares al chileno.


Más de dos meses permanecerá el submarino SS Simpson de la Armada de Chile en San Diego, Estados Unidos, para participar en el programa de entrenamiento submarino de United States Navy DESI (Iniciativa de Submarino Eléctrico Diesel).



La marina estadounidense está asignando creciente importancia al entrenamiento de sus fuerzas para la detección y eventual destrucción de submarinos de propulsión diesel-eléctrica, que esa fuerza no posee y que son más silenciosos y difíciles de detectar en alta mar que un sumergible de propulsión nuclear.



Sin embargo, la razón de fondo de esa preocupación, a juicio de algunos analistas de defensa consultados por este medio, es que varios de los países que ostentan posturas activamente contrarias a la política exterior estadounidense están equipados con este tipo de naves.



En 2004, Estados Unidos comenzó a negociar el arriendo de un submarino de la Marina Real Sueca, con el fin de contar con un opositor real de altas capacidades para el entrenamiento de sus tripulaciones en el combate a este tipo de submarinos.



A principios 2005 logró un acuerdo con el gobierno del entonces primer ministro socialdemócrata Goran Persson, bajo el cual el cual EEUU cubría los costos del traslado y despliegue de un submarino de la clase Gotland, entre julio del 2005 y junio del 2006, en ese país, incluyendo dos tripulaciones y un equipo de apoyo para mantenimiento y logística.



El acuerdo consideró también compensaciones económicas por el desgaste que sufriría el sumergible durante los ejercicios con la marina estadounidense.



Más allá de lo económico, esto también apuntaba a evitar críticas de la opinión pública en Suecia, donde hubo preocupación por lo que algunos consideraron un abandono flagrante de la política de neutralidad del país.



Los resultados del primer año de despliegue del Gotland en EEUU, con 160 días de navegación en ejercicios, fueron considerados excelentes por Washington, que logró que su contraparte aceptara extender la permanencia del submarino por otros doce meses. Sin embargo, en el nuevo convenio las autoridades suecas advirtieron que no habría otra ampliación, debido a las críticas de la opinión pública local.



Previendo el término del arriendo del sumergible sueco, desde mediados del año pasado el gobierno de los Estados Unidos comenzó a gestionar el envío a ese país de uno de los submarinos de la Armada chilena.



La misma solicitud fue planteada al gobierno brasileño, que desechó la propuesta en el corto plazo porque, por falta de presupuesto para mantenimiento, sólo uno de los cinco submarinos que posee la marina de ese país se encuentra actualmente en condiciones operativas.



Washington ha solicitado también el envío de submarinos a Colombia y Perú.



Finalmente, durante el primer semestre de este año el gobierno chileno aprobó el envío del SS Simpson. De acuerdo a fuentes de defensa, Washington quiere que otros submarinos chilenos sean enviados regularmente a Estados Unidos en turnos rotativos.



Estados Unidos ya no puede construirlos



Estados Unidos dejó de construir submarinos convencionales diesel eléctricos entre fines de los ’50 y principios de los ’60. Las últimas cuatro naves de este tipo construidas por un astillero norteamericano estaban destinadas a equipar a la Marina de Perú.



Aunque resulte sorprendente, en la actualidad Washington no posee la tecnología para construir este tipo de naves, distinta a la requerida para la propulsión nuclear, que ese país posee y construye.



Los países que tienen tecnología y capacidad para construir submarinos diesel eléctricos hoy son Alemania, Francia, China, España, Holanda, Italia, Suecia, y Rusia. Holanda, que no construye submarinos desde hace más de 15 años, estaría al borde de perder dicha capacidad tecnológica.



Estados Unidos prometió a Taiwán en 2001 que sus astilleros construirían ocho submarinos diesel-eléctricos para la marina de ese país asiático. La oferta se produjo luego que Holanda, Francia y Alemania se negaran a proporcionar directamente ese tipo de naves a Taipei.



Sin embargo, Washington ha fracasado en todos sus intentos para convencer a esos países europeos de que provean los diseños y la tecnología para que sus astilleros vuelvan construir submarinos convencionales. Las razones de los europeos tienen que ver tanto con política -no quieren complicaciones con China-, como también con una celosa protección de su capacidad tecnológica y el nicho industrial que actualmente controlan en Occidente.



India, Corea del Sur y Pakistán también construyen naves de este tipo, pero lo hacen bajo licencia y con asistencia técnica alemana o francesa. Argentina construyó submarinos con asistencia tecnológica de Alemania en la década de los 70. Brasil ha hecho lo mismo más recientemente.



Costos compartidos



Con el fin de mantener la continuidad de sus entrenamientos, Washington pidió a Chile el envío de uno de sus submarinos. Tras hacer las evaluaciones, el Ministerio de Defensa autorizó la salida del SS Simpson entre el 10 de septiembre y el 19 de noviembre. El envío posterior de otros sumergibles de la Armada no está decidido aún.



Consultada la Armada de Chile sobre quién costea el traslado de la nave y el personal, que alcanza a 44 hombres, informó que "los costos de la comisión de servicio son compartidos con la marina norteamericana, dado que significa un largo desplazamiento de la unidad más la operación con sus fuerzas en un área próxima a sus costas".



Agrega que "el entrenamiento es muy positivo para ambas marinas, ya que el comandante y dotación del Simpson podrán operar con unidades de primera línea en el mundo".



Señala que "lo anterior permitirá incrementar la capacidad de interoperar con la Armada de los Estados Unidos de Norteamérica, mantener la presencia de la Armada de Chile en áreas de interés y contribuir a proyectar al país y la Armada en el ámbito internacional, conforme a los objetivos institucionales y a la política exterior del Estado".



Si bien la Armada de Chile no quiere entregar cifras aduciendo razones de seguridad, lo cierto es que la operación del Simpson tiene costos normales y permanentes mientras el sumergible está en Chile. Esos siguen seguirán siendo pagados por Chile mientras la nave está en California, a la vez que los estadounidenses pagarán aquellos costos adicionales, como el combustible y suministros.



Otra diferencia de lo acordado en el pasado con Suecia, es que Estados Unidos no pagará el desgaste que tenga el submarino mientras realice el ejercicio en sus aguas.



¿Por qué Chile?



Más allá del establecimiento de lazos de amistad, especialistas de defensa apuntan a que el interés de Estados Unidos de tener este tipo de entrenamiento es contar con la preparación adecuada para eventualmente enfrentar a Irán y Venezuela.



Ello porque los dos submarinos alemanes que Venezuela posee, del modelo Tipo 209, como el Simpson chileno, y los seis submarinos de fabricación rusa que Caracas se propone comprar, son considerados por Estados Unidos como una gran amenaza.



Lo anterior ha sido expresado por Norman Friedman, uno de los más destacados analistas en Defensa y temas navales estadounidenses, quien recientemente acusó que "los submarinos venezolanos son la única arma con que Chávez puede dañar materialmente a Estados Unidos".



La preocupación no está por el lado de un eventual ataque venezolano a EEUU o su tráfico marítimo, sino la defensa de su propia costa por esos submarinos complicaría una eventual intervención militar de Washington en Venezuela.



Algunos observadores piensan que Irán podría ser el primer blanco de Estados Unidos. La flota de submarinos de Irán es de características diesel eléctrico, es decir, es más silenciosos que el nuclear.



Requerido por El Mostrador.cl durante su reciente visita a Santiago sobre el interés de su país de entrenar con el Simpson -con capacidades similares a las de Irán y Venezuela-, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, reconoció que era para estar preparados para hacer frente a las capacidades de un submarino convencional.



"Hay una serie de países que tienen submarinos convencionales y este es nuestro mejor interés poder ejercitar con estos sumergibles para que estemos en una posición de poder contrarrestar cualquier medida que aquellos submarinos tengan", indicó.



Agregó que "hay una serie de países, aparte de los que mencionó (Venezuela e Irán) que tienen estos submarinos. Por lo tanto, el interés es asegurarnos que tengamos el espectro completo de capacidades militares y las contramedidas. Todo eso se hace mejor a través de ejercicio y de experiencia".



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