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Armada decide adquirir aviones C-295 por 120 millones de dólares

Ese es el valor de las tres primeras unidades que reemplazarán a sus aviones de patrulla aeromarítima P-3ACH Orion y Embrear P-111N. La operación también incluye la compra de un número de misiles antibuque y torpedos ligeros antisubmarinos a otros proveedores, además de la futura adquisición de otras cinco naves similares.


La Armada optó por la compra de aviones C-295, fabricados por la empresa española CASA -parte del grupo industrial europeo EADS- para reemplazar a sus aviones de patrulla aeromarítima P-3ACH Orion y Embrear P-111N.



El contrato para la adquisición de la primera partida, integrada por tres C-295, en configuración Persuader para vigilancia y lucha en el mar, tiene un valor de cerca de 120 millones de dólares y fue firmado hace poco más de una semana. La operación también incluye la compra de un número de misiles antibuque y torpedos ligeros antisubmarinos a otros proveedores.



Los P-3ACH fueron construidos en Estados Unidos a principios de la década de los años sesenta, y transferidos a Chile a principios de los años noventa. Son aviones antiguos, de alto costo de operación, cuya edad se estaría evidenciando en serios problemas estructurales, especialmente en las alas. Cambiarles las alas, única alternativa para mantenerlos en servicio, fue descartado por la Armada debido a su alto costo, optando en su lugar por la compra de un nuevo aparato más barato de operar y con un mayor margen de vida útil.



Los Embrear P-111N Bandeirante Patrulla, de construcción brasileña, fueron adquiridos nuevos a fines de la década de los años setenta, para suplir el retiro de servicio de los aviones de patrulla aeromarítima y antisubmarina Grumman Albatros de la Fuerza Aérea y hacer frente a las tensiones con Argentina por el Canal Beagle.



Los P-111N también están mostrando su edad -sólo tres de los seis comprados originalmente siguen en servicio- y sus limitaciones técnicas para la vigilancia y protección de los recursos naturales contenidos en la Zona Económica Exclusiva, por lo cual la Armada también decidió reemplazarlos.



A fines del 2009



La recepción de los tres primeros C-295 en Chile tendrá lugar a fines de 2009. Dos de los aparatos estarán equipados para exploración e interdicción marítima contra naves de superficie o submarinos. Por ello, además de los sistemas de radar de detección y seguimiento del sistema táctico FIST, ellos estarán dotados de un detector de anomalías magnéticas -para la detección de submarinos sumergidos-, misiles antibuque Harpoon en su versión aire-superficie y torpedos ligeros antisubmarinos.



Esos aviones también contarán con un sistema de enlace de datos o datalink, que les permitirá transferir toda la información sobre navíos detectados durante su vuelo, incluyendo posición y trayectoria, a las naves de la Escuadra Nacional y al Comando de Operaciones Navales en tierra.



El tercer C-295 estará configurado para las misiones de patrullaje aeromarítimo, para vigilancia de la Zona Económica Exclusiva y misiones de búsqueda y rescate en el mar, sin armamento y con una capacidad secundaria de transporte logístico de personas y carga.



En el contrato de compra se establecen opciones o condiciones preferenciales negociadas para la compra de cinco aparatos más, estableciendo que ello debe ocurrir a más tardar en el año 2010.



Los planes de la Armada en lo referente a la opción de adquirir esos cinco aviones C-295 adicionales -que según algunos observadores costarán cerca de 200 millones de dólares- consideran la compra de dos aeronaves configuradas con equipos y armamentos para exploración e interdicción, dos aeronaves equipadas para vigilancia y patrulla aeromarítima y una aeronave en configuración básica de carga para misiones de transporte y apoyo logístico.





Analistas compra



Frente a la compra, el analista Armen Kouyoumdjian opina que es la decisión "correcta, ya que no había mucho que elegir".



En efecto la otra alternativa era el Dash 8/Q400 que ofrecía el fabricante canadiense Bombardier, descartado por no reunir varios requisitos operacionales, como llevar armas bajo las alas y disponer de una rampa posterior para embarcar carga y equipos.



Al respecto, Kouyoumdjian acota que está compra de aeronaves a España "tiene más sentido que los trenes adquiridos para la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) y los nuevos carros del Metro de Santiago".



José Higuera, experto en defensa del PPD, considera que es "una adquisición adecuada, por cuanto apunta a reemplazar dos aviones actuales de la aviación naval que están generando problemas logísticos y de costos debido a su antigüedad".



Higuera destaca que "los dos tipos de aviones antiguos que hoy se emplean para exploración y patrulla aeromarítima serán reemplazados con un tipo único de plataforma, el C-295, que es un aparato moderno y bien probado en ese tipo de misiones, y más eficiente en términos de operación, logística y costos".



A su turno, el analista Eduardo Santos señala que «no es novedad» la compra de los Casa 295 y era «esperable». «El precio es razonablemente bajo, vienen con equipo y todo», dijo el especialista.



Una visión distinta tiene el experto Juan Pablo Rosso para quien si bien «no diría que el C-295 fue una mala elección, pero no estoy convencido de que haya sido la mejor. Tiene importantes ventajas económicas y logísticas porque puede cumplir muchos tipos de misiones y su mantenimiento es más fácil y barato que el de un cuatrimotor. Además tiene un excelente nivel tecnológico».



Sin embargo, cree que «Chile necesita una aviación naval con una capacidad de proyección de poder y de interoperar con fuerzas amigas mayor al que ofrece el Casa. Para la defensa de nuestro territorio el C-295 es suficiente, pero para una fuerza que a mi juicio debería enfocarse mucho más hacia la protección de nuestros intereses en el exterior y la participación en operaciones multinacionales creo que habría sido preferible continuar con la línea P- 3».



Explica que «hay una amplia oferta de programas de modernización de P-3 que extienden su vida útil a lo menos 25 años, tiene un radio de acción y velocidad muy superiores al C295, un nivel tecnológico a lo menos equivalente y es utilizado por las principales fuerzas navales del Pacífico, como las de Japón, Corea y Australia, entre otras. Su capacidad para llevar armamento también es superior».



Aunque agrega que «las actuales restricciones presupuestarias de la Armada podrían desaconsejar esta alternativa, una política de asignación de recursos más flexible basada en una visión más integral de nuestra defensa y una reevaluación de sus prioridades estratégicas y requerimientos la haría totalmente viable».

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