Indagatoria enmarcada en querella por amenazas ha tomado ribetes graves, luego de que el policía declaró ante el perseguidor Leonardo de la Prida que recibió órdenes de Claudio Preller, ex jefe de gabinete del director de Investigaciones, para que un documento concluyera que el general Miguel Trincado era inocente en la causa Operación Retiro de Televisores.
En momentos en que la Policía de Investigaciones de Chile vive cambios a nivel interno, por la propuesta de ascensos a los altos mandos y solicitudes de retiro, resurge una grave denuncia sobre presuntas presiones que habría ejercido el director de la institución, Arturo Herrera, en 2005 para modificar un informe a favor del general (r) Miguel Trincado involucrado en la llamada Operación "Retiro de Televisores".
Los hechos fueron relatados por el comisario de la Brigada de Asuntos Especiales y de Derechos Humanos (BAE), Sandro Gaete, en el marco de la declaración indagatoria prestada ante el fiscal Centro Norte Leonardo de la Prida, en la investigación que tramita por el envío de un e-mail en el que se acusa de "traidores" al detective, a su jefe, el prefecto inspector Rafael Castillo, y al comisario que se encuadraba en la misma unidad Abel Lizama.
En su calidad de denunciante y querellante, el policía reveló paso a paso cómo se produjo la situación -ocurrida en noviembre del 2005- mientras se realizaban las pesquisas ordenadas por el ministro Víctor Montiglio en la indagatoria sobre exhumaciones ilegales de cuerpos de detenidos desaparecidos en Calama, llamada también Operación «Retiro de Televisores».
Según Gaete, mientras las diligencias estaban en curso, se originó una disputa cuando Claudio Preller -entonces jefe de gabinete de Herrera y actual subdirector de la Escuela de Investigaciones- le señalara que, por una orden superior, éste debía modificar un documento que inculpaba al general Trincado quien se hallaba en servicio activo en el Alto Mando del Ejército.
En la declaración, a la que tuvo acceso El Mostrador.cl, se deja constancia que Preller habría sido sólo un emisario, ya que la disposición de efectuar el cambio de apreciación en el informe era una determinación del director de Investigaciones.
El objetivo que se buscaba es que, mediante un cambio en la apreciación de la información, se liberara de toda culpa -al menos en el documento policial- a Trincado en el traslado de osamentas de prisioneros políticos en el norte del país. Esto significaba deshacer un informe que ya existía para realizar uno nuevo, donde se consignaran las conclusiones que Preller había señalado.
Lo que buscaba la diligencia de la cual estaba a cargo la BAE era determinar si el general estaba a cargo o no en la fecha donde se produjeron las exhumaciones a cargo de Departamento II de Inteligencia en el regimiento de Calama.
Hoja de vida v/s encuadramiento
El policía -quien se desempeña como subjefe de la BAE- se habría negado a cumplir la orden superior. Hubo una discusión y el efectivo decidió solicitar la hoja de vida del militar donde se acredita de manera detallada los lugares y cargos donde desempeñó labores durante su trayectoria.
Consta en la declaración que esto no habría sido apoyado por la jefatura, ya que lo que pretendía Preller era que los policías solicitaran al Estado Mayor del Ejército el encuadramiento militar del general y no la hoja de vida.
Esta diligencia finalmente no fue aceptada por Gaete, ya que se trataba de un documento que daba cuenta de información parcial y que refleja sólo algunas funciones del uniformado.
La decisión del policía, según su relato, conllevó a un furioso llamado telefónico en el que el jefe de gabinete de Herrera lo amenazó con adoptar enérgicas medidas disciplinarias en su contra, que podrían finiquitarse con que la inspección general revisara cada uno de sus procedimientos.
Por esta razón, se le ordenó que debía solicitar el encuadramiento y enviarlo por fax a la dirección de la institución para que este informe fuera aprobado.
En el líbelo se deja además en claro que el comisario Lizama fue el segundo en recibir las mismas indicaciones.
Finalmente, Gaete envió a la ministra en visita Rosa María Pinto, a cargo de las pesquisas, tanto la hoja de vida como el encuadramiento militar, a pesar de que la magistrada no había requerido este último documento.
¿Traidores?
Gaete señala en su declaración que el correo electrónico que recibió -y que motivó la presentación de la querella- amenaza su estabilidad laboral y el desarrollo de su carrera en la institución. Este hecho, asegura, tiene directa relación con las presiones ocurridas en 2005.
Agrega que en una reunión entre Arturo Herrera con abogados y representantes de los derechos humanos, este mismo habría señalado que el jefe de la BAE, Rafael Castillo era un "traidor".
La disputa al interior de la entidad policial está que arde, luego que este fin de semana el diario El Mercurio publicara que Castillo habría quedado fuera de las propuestas a ascensos, siendo llamado a retiro.
Fuentes policiales señalaron a El Mostrador.cl> que los conflictos entre Herrera y Castillo cada día se agudizan más, ya que el jefe de la BAE tras la detención del prófugo general (r) Raúl Iturriaga Neuman habría logrado una figuración pública que generaría incomodidades por no contar con la venia del director general.
Hasta el momento ha declarado también ante la Fiscalía Centro Norte el prefecto inspector Rafael Castillo, quien no se refirió en profundidad respecto a este tema, ya que no presenció directamente estas órdenes.
En tanto, el comisario Abel Lizama concretará esta diligencia en los próximos días. Este último es quien puede ratificar las declaraciones de Gaete, ya que este expuso en el interrogatorio que el efectivo también recibió estas presiones por parte de Preller.
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