Gobierno no aceptó que el documento fuera entregado a los Jefes de Estado participantes en la Cumbre Iberoamericana, relegando la recepción oficial al canciller, Alejandro Foxley. La declaración, al que tuvo acceso El Mostrador.cl, llama a recuperar los recursos naturales, a respetar los derechos indígenas y a seguir la línea de países como Bolivia y Venezuela.
Rechazo y sorpresa por la decisión del Gobierno chileno de recibir el documento marco de la Cumbre de los Pueblos a través del canciller, Alejandro Foxley, y no aceptar que éste fuera entregado personalmente a los mandatarios asistentes a la Cumbre Iberoamericana que se desarrolla en el Espacio Riesco, expresaron los integrantes de la redacción del "Manifiesto de Santiago».
En la redacción del informe, al que accedió El Mostrador.cl, participaron seis representantes de diversas organizaciones y movimientos sociales: Gustavo Ruz de la red Solidaria por los derechos humanos, Marcelo Hernández (PC), Gonzalo Gonzalez de Frente Humanista, Oscar Torres, representante de la Plataforma Rural por la Tierra, una representante de los pueblos originarios de Bolivia, y Patricio Andreu, del comité Político del Partido Humanista (PH).
Pero la disyuntiva es si el documento finalmente será entregado a los Jefes de Estado, situación que se encuentran dirimiendo con el Departamento de Protocolo de la Cancillería.
De no ser así, la alternativa es entregarlo el sábado, durante el acto de clausura en el Estadio Nacional, donde participarán algunos presidentes invitados, como Evo Morales (Bolivia), Hugo Chávez (Venezuela) y Daniel Ortega (Nicaragua), que hasta el momento han confirmado su presencia.
«Esto rompe la tradición de otras cumbres paralelas, lo que nos produce bastante malestar», asegura Patricio Andreu.
Manifiesto de Santiago
La columna vertebral del documento, de tres páginas, destaca el proceso latinoamericano y del Caribe destacando a aquellos países que «caminan en la dirección querida», según explica Andreu, como el caso de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Cuba.
«El resurgimiento de un extendido protagonismo de los movimientos sociales, y fuerzas políticas progresistas cuyas luchas articuladas, cada vez más amplias y persistentes, han influido decisivamente en la elección -en diversos países- de gobernantes afines y sensibles al gran ideario de emancipación, unidad e integración latinoamericana, impulsando procesos de cambio en la región, que valoramos como un avance de gran proyección histórica», reza el manifiesto.
El documento también recoge la necesidad de integración de los pueblos originarios, valorando la declaración internacional de las Naciones Unidas de los Derechos de los Pueblos Indígenas, así como el fortalecimiento del movimiento sindical y de los trabajadores.
Además, hace fuerte hincapié en el tema medioambiental, haciendo un llamado a la recuperación de los recursos naturales y a "la integración energética en armonía con el medio ambiente".
También contempla el tema económico, poniendo el acento a la ayuda de las micro, pequeñas y medianas empresas y apoyando el surgimiento de instrumentos tales como el ALBA, Banco del Sur y otros, "que son expresión de la voluntad integradora de nuestros pueblos".
Por otra parte, rechaza los «mecanismos de opresión" frente a cualquier realidad, ya sea por sexo, edad, clase, género o etnia, pidiendo su desmantelamiento.
Finalmente, hace un llamado a resolver los conflictos históricos entre las naciones, el libre tránsito de las personas y sus derechos migratorios, recalcando la capacidad de las diferentes naciones de «unirse a pesar de la diversidad geográfica, étnica, cultural y política, para imaginar y construir otras soluciones para este único mundo».
«Sabemos que esta lucha se enfrenta a enemigos carentes de escrúpulos, cuya voracidad y hegemonismo han significado enormes tragedias para nuestros pueblos. Aún así, tenemos fe en la justicia de nuestros postulados y nos hacemos cargo de las grandes epopeyas que a lo largo de cinco siglos nos han permitido avanzar hacia la condición de pueblos dignos, sujetos de nuestra propia historia", agrega.
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