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Australia protesta por el inicio de la temporada ballenera en Japón

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) solicitó en junio pasado a Japón que detenga su programa de «capturas con fines científicos», tras una resolución no vinculante auspiciada por Australia, uno de los países que con mayor insistencia rechaza el plan.


El Gobierno en funciones de Australia manifestó este lunes su frustración por el inicio de la campaña el fin de semana de la temporada de caza de ballenas en Japón.



Un comunicado conjunto firmado por los titulares de Exteriores, Alexander Downer, y Medio Ambiente, Malcolm Turnbull, indicó que el Ejecutivo australiano se opone «implacablemente» a todas las formas de captura de cetáceos y emplazó a las autoridades niponas a que reconsideren su posición respecto a esta «práctica inhumana».



Canberra ha ordenado a su embajador en Japón, Murray McLean, que presente una queja formal por la reanudación el domingo del programa para la caza de ballenas jorobadas en el Pacífico Sur, poniendo fin de forma unilateral a una moratoria vigente desde 1963.



Junto a ello, el comunicado aprovechó la ocasión, a cinco días de las elecciones generales en Australia, para criticar la propuesta de la oposición laborista de utilizar a la Armada para vigilar a buques balleneros japoneses.



«La Coalición (Liberal, en el poder liderada por el primer ministro, John Howard) considera que nuestros recursos de Defensa tienen que estar desplegados donde haya amenazas reales a nuestra seguridad y soberanía, entre ellas para realizar la tarea vital de proteger nuestras fronteras», precisó la nota.



La presencia de las tropas australianas en Irak se ha convertido en otro de los temas controvertidos de la campaña para los comicios del próximo sábado.



Kevin Rudd, candidato laborista a suceder a Howard, se ha comprometido a retirar a los soldados del país árabe si vence en las urnas y por el momento es favorito sobre su rival, según todas las encuestas.



La Comisión Ballenera Internacional (CBI) solicitó en junio pasado a Japón que detenga su programa de «capturas con fines científicos», tras una resolución no vinculante auspiciada por Australia, uno de los países que con mayor insistencia rechaza el plan.



La CBI ratificó la moratoria vigente desde 1986 contra la caza de ballenas con fines comerciales, pese a las presiones niponas para que se levante el veto para la captura a pequeña escala.



Noruega es el único país del mundo que permite la caza comercial de cetáceos, pero Japón e Islandia cazan más de 2.000 ballenas al año con fines «científicos», lo que, según los grupos ecologistas, es una forma encubierta de realizar capturas comerciales.



EFE

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