El estadio de Fonte Nova -que es administrado por el gobierno de Bahía- fue construido en los años 50. Su última remodelación fue practicada hace 37 años y ya antes de esta tragedia habían sido denunciadas sus precarias condiciones.
Siete muertos y 40 heridos fue el balance final de la tragedia ocurrida la noche del domingo en la ciudad brasileña de Salvador, donde cedió el piso de una grada repleta durante un juego de la tercera división, informaron este lunes autoridades que ordenaron clausurar el estadio.
Uno de los peores accidentes de la historia futbolística de Brasil ocurrió en el estadio Fonte Nova de Salvador, cuando más de 60.000 seguidores celebraban el empate sin goles entre el popular club local Bahía y el Vila Nova del estado de Goias.
Según testigos y bomberos, unas 40 personas cayeron desde un altura de 15 metros, seis -tres hombres y tres mujeres- murieron de manera instantánea, la mayoría por traumatismo craneal.
Una séptima víctima murió en el hospital, dijo la Policía Militar, que inicialmente habían contado ocho muertes.
El gobernador de Bahía, Jaques Wagner, canceló compromisos fuera del estado para visitar a los heridos, que fueron llevados a cuatro hospitales públicos, e inspeccionar el estadio, cuya clausura preventiva fue ordenada poco después del accidente.
En un comunicado oficial el gobierno lamentó la tragedia, ofreció apoyo a las familias de las víctimas y ordenó una pericia policial para determinar las causas del accidente.
El estadio de Fonte Nova -que es administrado por el gobierno de Bahía- fue construido en los años 50. Su última remodelación fue practicada hace 37 años y ya antes de esta tragedia habían sido denunciadas sus precarias condiciones.
En la sección de la tribuna donde se abrió el hueco unas 500 personas saltaban y bailaban celebrando el empate que garantizaba anticipadamente el regreso del Bahía a la segunda división en la campaña de 2008, según testigos entrevistados por canales de televisión.
En ese mismo momento, ajena a la tragedia de las gradas, una multitud de fanáticos -que no había logrado presenciar el juego- desbordó la capacidad de contención de los policías, derrumbó una cerca de protección en el exterior del estadio e ingresó al terreno, donde comenzaba la fiesta.
Este estadio fue catalogado como el peor entre 29 de Brasil, en un estudio presentado a comienzos de noviembre por el patronal Sindicato de Arquitectura e Ingeniería (Sinaenco) para evaluar las condiciones de Brasil para ser sede de la Copa del Mundo de 2014.
Según el estudio, el principal estadio de Salvador inaugurado en 1951 tiene capacidad para 60.000 personas, que suele ser superada con creces.
Su récord de público fue de 110.438 en un partido entre el Bahía y el carioca Fluminense, en la última campaña de primera división en 1988.
El estudio resume el estado de la estructura como «lamentable y sin ningún confort ni seguridad para los usuarios».
Con documentos fotográficos alertaba sobre riesgos de hundimientos y huecos en las gradas, debido al deterioro del concreto, humedad y exposición de las «estructuras metálicas y vigas comprometidas».EFE
