«Si la minoría se insolenta más allá de la cuenta, la mayoría debe actuar»

Como poner un plato de huevos fritos, con acompañamiento en la mesa, para servírselo a la Alianza por Chile, describe el diputado DC Pablo Lorenzini lo realizado por los parlamentarios del sector colorín en la discusión sobre los fondos para el Transantiago, al presentar la indicación de aprobar sólo mil pesos para el sistema de transporte capitalino.



El parlamentario, que en su momento fue muy cercano al senador Adolfo Zaldívar, ahora lidera lo que denominó como "la tercera vía". Y es que si bien ahora respalda activamente la opción de Soledad Alvear para La Moneda, también le gusta guardar su independencia a la hora de finar sus propuestas políticas.



En este contexto, se manifiesta muy crítico con lo ocurrido con el Transantiago y defiende su propia propuesta, que, según explica, buscaba una posición intermedia, poniendo un reclamo respecto al Transantiago, comprometiendo al gobierno a discutir el tema, "pero sin negar la sal y el agua".



A su juicio, hubo "mal ojo de la Concertación, mala decisión política del gobierno de no entender lo que estábamos diciendo, que se corrige después en la sala de diputados, y es ahí donde surge este extremo de este grupo de diputados de poner la llamada luca, lo cual escapaba a las conversaciones que tuvimos en la bancada, donde manifestaron que no estaban de acuerdo, incluso Alejandra Sepúlveda votó conmigo, yo planteé mi posición y el jefe de bancada, Roberto León, junto a Gonzalo Duarte y otros, pidieron espacio para conversar con el Ejecutivo y finalmente respaldaron mi propuesta".



Lorenzini explicó que "en la bancada se constituyó una mayoría en estos términos y creo que los diputados debieron evaluar que, al no haber propuesta de la oposición, obviamente iban a aprovechar políticamente el tema, porque la oposición no estaba con ellos, si no que los usó".



En cuanto a las relaciones al interior de la bancada, exige que se haga un nuevo pacto político, donde tengan posibilidad de opinar todas las sensibilidades. Al respecto, recuerda que entre colorines y alvearistas que "se pusieron de acuerdo para distribuirse las bancadas, las presidencia de la Cámara, sin considerarnos a nosotros, usando las mayorías; por lo tanto allí se ejerció el derecho de las mayorías y dejaron a las minorías fuera de conversación".



«Hoy día, cuando esas mayorías están disputándose, ésta no es una pelea entre ellos nada más. Los que votaron este proyecto fueron cinco diputados colorines que en ese entonces eran nueve. Evidentemente que se están mal usando las mayorías. Yo planteé que dado que se rompe un acuerdo entre sensibilidades que sumaban más diputados y que podían tomar acuerdos, aunque no fueran acuerdos oficiales; hoy se pelean y no me pueden decir yo te veto a ti y tú me vetas a mí, esto es la bancada, aquí nos incorporamos todos de nuevo", agrega.



Sostiene que "cuando un partido es gobernado por grupos y no se aceptan las mayorías, es el caos y el caos significa perder la presidencia de la Concertación para el 2009, significa que la DC va a ver disminuido su bagaje parlamentario y obviamente su respaldo ciudadano y aquí no gana nadie".



Y advierte que "nuestro proyecto político nos lo estamos farreando por personalismos de dos o tres o de cuatro, que se sienten llamados por la luz divina, cuando no lo tienen. Hoy es incuestionable que el candidato presidencial de la DC es Soledad Alvear, quizás si ella resignara su opción o no quisiera, está la figura de Frei como una opción, pero no hay más".



"Las mayorías son para usarlas"



-¿Las diferencias en la bancada entre colorines y alvearistas fue sólo por el Transantiago?
-En su minuto recuerdo la eutanasia, temas valóricos en que ha habido diferencias, pero yo creo que en este hay un tema político. Nadie dentro del partido, y tuvimos a (René) Cortázar varias veces en el Consejo y a (Sergio) Espejo también, respalda al Transantiago como se hizo, incluso varios fuimos claros en decir que esto viene de la vez anterior, este gobierno ha asumido errores del gobierno Ricardo Lagos y de su equipo. Estamos todos en desacuerdo de cómo se ha hecho, pero también estamos todos de acuerdo en que esto hay que mejorarlo, no podemos tirar todo lo la borda y decir que esto es una catástrofe. La responsabilidad de un partido político y de un independiente es enmendar sus errores y por eso es que mi propuesta les daba un poco de tiempo, pero una serie de exigencias para evidentemente mejorar el tema.



-¿Cómo vio el funcionamiento de la bancada?
-Como minoría tengo que acatar lo que el grupo alvearista que se supone que el mayoritario en la bancada resuelve. Se podrá discutir, podré no estar de acuerdo, pedir permiso para presentar indicaciones, pero en un ambiente mínimamente de conversación, no simplemente sorprender con cosas. Creo que en esto los parlamentarios colorines se rieron un poco sobre el buen convivir y esto nos lleva a que no hay un buen convivir en la bancada y esto hay que solucionarlo no conversando entre los líderes de los dos grupos, somos 21 y tienen que considerarnos a los 21, porque sino no se soluciona nada y si no hay esa intención entonces llevemos el tema al Consejo Nacional donde están expresadas la tercera vía, los freistas, los chascones y otros minoritarios, y cuidado, que la suma de los minoritarios de repente sumamos un número importante también.



-¿Entonces, usted considera que los diputados colorines tomaron una iniciativa que favoreció a la derecha?

-Absolutamente. Si la oposición se hubiera preocupado de esto, hubieran seguido la pista de las subcomisiones. Cuando yo dije que el gobierno estaba tozudo, estaba soberbio con su US$ 145 millones, e introduje esta indicación en la comisión mixta contra la tesis del gobierno, fue votada por la derecha conmigo. El gobierno, de haberla apoyado, ahí hubiera sido unánime y se habría acabado el tema. Llegamos a la sala y la derecha no presentó indicaciones, lo que revela que ellos sólo estaban a la pesca de qué es lo que podían hacer. Si no hubiera estado la tesis de Mulet, obviamente que hubieran respaldado la mía. Era claro que iba a haber una operación política con los resultados que tuvo y eso es lo que a mí me molesta. Esto fue un par de huevitos fritos puestos sobre la mesa con acompañamiento para la oposición y eso no corresponde, deberíamos haberlo conversado políticamente de otra manera.



-¿Influyó Adolfo Zaldívar en esto?
-Yo hablo por cosas vistas. Adolfo visitó la Cámara de Diputados ese día, tres o cuatro veces en la tarde, yo conversé con él, me recriminó un poco, amistosamente, tenemos amistad en los personal, en lo político estamos alejados; yo le expliqué porqué estaba en mi posición en medio y porqué Alejandra Sepúlveda estaba acá, porqué Venegas estaba acá, porqué Sabag estaba acá, Ojeda estaba acá, que eran parte de su grupo. Él no me entendió las razones e incluso se fue un poco molesto conmigo, entonces evidentemente que él estuvo ahí.



-¿Esto respondería a una disputa Zaldívar-Alvear?
-Me da la impresión que detrás de esto hay una cuestión presidencialista, evidentemente que el mundo colorín no acepta a Soledad Alvear como candidata presidencial, pero ella tiene la mayoría, tiene el respaldo del partido y hoy día Adolfo no es alternativa, lo fue en su minuto, estuve con él y me alejé porque cuando yo le propuse que fuera precandidato en la Junta, nunca lo hizo, siempre postergó. Hoy día no es lo mismo que antes. Los respaldos ciudadanos no están, a mí también me gustaría ser candidato presidencial, pero si las encuestas no lo dan, habrá que cada uno esperar su tiempo. El tiempo de Adolfo Zaldívar ya pasó.



-¿Cómo ve el escenario actual?
-Las peleas grupales no me interesan, yo creo que la DC tiene que volver a sus raíces, para eso hicimos un congreso, para buscar representar a la ciudadanía, las clases medias, y no en las peleas tontas que la gente no entiende. Me parece que aquí el que es mayoría es mayoría y el que es minoría es minoría, y si el que es minoría quiere insolentarse más allá de la cuenta, las mayorías tendrán que actuar. Lo que pasa en esto es que las mayorías tampoco se atreven, porque se habla mucho, se dice mucho, pero se recordará que Adolfo en la caso de corrupción, que claro no es lo mismo, pescó un par de parlamentarios y dirigentes nuestros y en un par de horas fuera. Las mayorías si las da la gente es para usarlas. Primero tienes que convivir, tratar de ayudar, arreglar los cuentos, pero llega un minuto en que la mayoría tienen que imponerse no más.



-¿Falta decisión en el alvearismo para enfrentar esta situación?
-Creo que sí. Ha faltado una decisión de enfrentar el tema de verdad. La bancada tiene que hacer un cónclave, largo, fuera del sistema, un día completo, considerando los 21 diputados, luego se votará y para eso las mayorías deberán imponer disciplina. No estoy por echar a nadie, pero tampoco por mantener el statu quo. Borrón y todo de nuevo.



-Hay quienes dicen que deben irse los colorines porque no votan con la Concertación.
-No, esos son argumentos tontos.



-Se ha planteado la posibilidad de que estos parlamentarios no cuenten con un cupo para ir a la reelección.
-En eso yo no concuerdo porque al final, en un sistema como hoy día es el secretario nacional el que firma las postulaciones, la mesa de turno tiene el poder de hacerlo, pero evidentemente quienes nos eligen son los electores. Varios de estos parlamentarios tienen un respaldo mayoritario. Alejandra Sepúlveda, Jaime Mulet, Pedro Araya. Hay otros que son más minoritarios que tendrán más problemas, pero ese no es el conducto, si el conducto es simplemente aplicar las mayorías al interior del partido. Los colorines hoy son minorías y tendrán que aceptar las mayorías y no les voy a quitar los cupos. Previo, que ellos conozcan cuáles van a ser las censuras o sanciones si alguien no cumple. Si hecho eso dentro de la bancada se dijera que quien no cumple un acuerdo de bancada no será considerado miembro de la bancada, si usted no cumple tendrá que atenerse a las consecuencias, pero hoy día eso no está claro y es tierra de nadie.