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Chávez acusa a Uribe de ser ‘triste peón’ de EEUU y Bogotá pide respeto

El intercambio de agravios y criticas se inició el fin de semana pasado después de que Uribe decidió cancelar la mediación de Chávez para buscar un acuerdo humanitario con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).


El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, prosiguió con su la arremetida contra su colega colombiano, Álvaro Uribe, y llamó a consultas a su embajador, Pável Rondón, mientras en Colombia diversos sectores, aunque admiten que la situación es delicada, piden prudencia y también respeto.



Chávez negó el martes último que desarrolle un «proyecto expansionista» con la riqueza petrolera, y calificó a Uribe de «triste peón del imperio».



El intercambio de agravios y criticas se inició el fin de semana pasado después de que Uribe decidió cancelar la mediación de Chávez para buscar un acuerdo humanitario con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).



«Me acusa de que yo tengo un proyecto expansionista, ¿yo un proyecto expansionista, presidente Uribe?. ¡El imperio es el que tiene un proyecto expansionista! y usted es un servil instrumento del imperio norteamericano en América Latina», dijo Chávez en un acto militar en Maracay, a unos 120 kilómetros al oeste de la capital venezolana.



Caracas, por otra parte, llamó a consultas a su embajador Pável Rondón, dos días después de anunciar la congelación de las relaciones con Colombia a raíz de la decisión de Uribe de poner fin a la labor mediadora de Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdoba para la búsqueda de un acuerdo humanitario con las FARC.



En Bogotá el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo, anunció que el Gobierno de Colombia no tiene previsto citar a consultas a su embajador en Caracas, Fernando Marín.



Araújo dijo a periodistas en su despacho que por ahora no habrá más decisiones sobre la crisis desatada por la cancelación de la mediación de Chávez en el proceso de intercambio de 45 rehenes en manos de las FARC por unos 500 rebeldes presos.



«Tomaremos las decisiones que correspondan. La decisión de hoy es que no llamaremos a consultas a nuestro embajador en Caracas», dijo Araújo.



Mientras, legisladores colombianos de los partidos que apoyan al Gobierno rechazaron las declaraciones «insultantes e injuriosas» de Chávez contra Uribe, a quien ofrecieron su respaldo tras una reunión en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.



Un comunicado de la sede presidencial colombiana señaló que al encuentro asistieron «alrededor de 180» representantes y senadores, y el «respaldo al jefe de Estado fue unánime y masivo».



En la tarde del martes, en un debate en el Congreso, al que fueron citados la senadora Piedad Córdoba y el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, para explicar la fallida gestión ante las FARC, se escucharon más voces de apoyo a Uribe y rechazo a las afirmaciones de Chávez.



La senadora Córdoba, «facilitadora» hasta la semana pasada para el acuerdo humanitario, se ofreció ahora como «mediadora» entre Bogotá y Caracas.



Al insistir en que deben cesar los agravios y críticas de los últimos días, Córdoba dijo que podría «hablar» con Chávez para «que se pueda regularizar esa relación» histórica entre los dos países que comparten una frontera de 2.219 kilómetros.



Algunos sectores colombianos, como el Partido Conservador, consideran que las declaraciones de Chávez pueden obedecer a la «intemperancia del mandatario venezolano, seguramente motivada por estrategias electorales en su propio país».



La misma formación política, sin embargo, confía en que «la sensatez de los dos gobiernos y el afecto y tradición común que une a los pueblos venezolano y colombiano permitan la pronta normalización de unas relaciones bilaterales que no deberían ser otra cosa que fraternas y amistosas».



Las gestiones de Chávez y de Córdoba buscaban la liberación de 45 rehenes en manos de la guerrilla, policías, militares y políticos, entre ellos la colombo-francesa Ingrid Betancourt, ex candidata presidencial, y tres estadounidenses, por unos 500 guerrilleros presos.



EFE

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