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Estados Unidos a un paso de lograr ser campeón de la Copa Davis

Un marcador final de 6-4, 6-4 y 6-2 dejó súper feliz a Roddick, que tiene una marca perfecta de 6-0 este año en la Copa Davis, y muy agradecido con los 12.000 aficionados que llenaron las gradas del Memorial Coliseum de Portland para animarlo.


Un sólo triunfo separa a los Estados Unidos de conseguir su trigésimo segunda «Ensaladera de Plata» y la primera desde hace 12 años, gracias a los puntos que le dieron Andy Roddick y James Blake frente a Rusia, en la jornada inaugural de la final de la Copa Davis.



El primero lo hizo con una victoria cómoda y pronosticada, conforme a su condición de sexto jugador del mundo, y muy superior al ruso Dmitry Tursunov, sin respuestas a la potencia del «cañón de Nebraska», ni convencimiento personal que con su juego podía intentar la victoria.



Un marcador final de 6-4, 6-4 y 6-2 dejó súper feliz a Roddick, que tiene una marca perfecta de 6-0 este año en la Copa Davis, y muy agradecido con los 12.000 aficionados que llenaron las gradas del Memorial Coliseum de Portland para animarlo.



«Si después de tener a más de 12.000 personas que te están apoyando y ayudando a ganar, no lo haces, entonces eres un estúpido», declaró Roddick, que dejó en 3-1 su marca frente a Tursunov. «Antes que defraudar, haré cualquier cosa para ganar», indicó.



Roddick lo hizo con 25 aces, más garra que nunca en su juego, un gran resto, y el convencimiento que era superior a un rival que no daba la impresión de representar al equipo que defiende el título de campeones de la Copa Davis.



Pero si Roddick, como número estadounidense había conseguido el punto esperado por todos, no estaba tan claro que Blake, que salía de dos, pudiese superar la prueba de fuego que era el fornido Mikhail Youzhny, con quien el capitán del equipo ruso, Shamil Tarpischev, dio la sorpresa antes del sorteo al preferirlo por Nicloláy Davydenko, cuarto del mundo.



«El mejor partido de ni vida»



La estrategia de Tarpischev no era tan descabellada, estaba convencido de que Youzhny podría ganar el punto que necesitaban si hacía su mejor juego y enfrente tenía al Blake normal de la competición de los torneos profesionales.



Todo lo había calculado bien Tarpischev, menos que en la pista portátil, de superficie dura «premier», montada en el Memorial Coliseum, iba a surgir la mejor versión de Blake para jugar el «partido de su vida».



Después de tres horas y 28 minutos de maratoniano esfuerzo, Blake, decimotercero del mundo, se erigía como vencedor del partido ante Youzhny con un marcador favorable de 6-3, 7-6 (4), 6-7 (3) y 7-6 (3), que dejaba a Estados Unidos con la gran victoria de la jornada y la ventaja, casi decisiva, de 2-0 en la eliminatoria al mejor de cinco.



Solamente un equipo, el de Australia, en la final de 1939, disputada contra Estados Unidos, en Haverford (Pensilvania), remontó un parcial adverso de 0-2 para al final llevarse el título con tres triunfos consecutivos.



«No tengo por que dudar que ha sido el mejor partido de mi vida», declaró Blake con satisfacción. «Además también la mayor victoria de mi carrera, porque deseaba mostrar que tengo la capacidad suficiente de controlar la presión en una situación delicada y en un gran partido», señaló.



Blake resaltó que nunca había estado antes en una situación similar, disputando una final de la Copa Davis, y ver que detrás tenía a todos los compañeros y el capitán que lo apoyaban y confían plenamente en el.



«Ellos han sido los que me han mantenido a flote, los que miraba y me mostraban todo su apoyo y gestos de que siguiese luchando y haciendo bien las cosas», explicó Blake, que empató a uno los duelos con Youzhny.



Cerca del objetivo



Por su parte, el capitán del equipo de Estados Unidos, Patrick McEnroe, también alabó la manera como Blake se mentalizó para superar el partido.



«No puedo sentirme más orgulloso de su comportamiento tanto en el apartado de su juego como mentalmente, fue mucho más allá de lo que se podía conseguir ante un gran rival», subrayó McEnroe.



Aunque la ventaja es clara para los Estados Unidos, todos dentro del equipo se mostraron cautos a la hora de hablar de celebración y dijeron que ésta sólo llegará cuando hayan conseguid la tercera victoria.



«Tener una ventaja de 2-0 es algo para sentirse bien porque estamos muy cerca del gran objetivo pero también lejos», declaró Roddick. «No hay celebración. Hemos logrado dos triunfos, falta el título, debemos esperar a ganarlo, y si lo hacemos, entonces todo será diferente», indicó.



Los rusos, con Tarpischev a la cabeza, tienen la misma valoración, admiten que todo le es favorable al equipo de los Estados Unidos, pero mientras la pelota esté en juego nada está decidido.



«Los americanos tienen buenas posibilidades de concluir la eliminatoria en el partido de dobles, pero tendremos que jugarlo», explico Tarpischev, quien defendió su estrategia de sacar a Youzhny por Davydenko. «Hubo tres sets de ‘break’ y la suerte siempre estuvo del lado de Blake», añadió.



Tarpischev insistió que si el partido se hubiese ido a un quinto set, Youzhny hubiera sido el vencedor.



No sucedió, y ahora Rusia depende de lo que haga la pareja de dobles formada por Igor Andreew y Davydenko, si es que Tarpischev la mantiene, cuando se enfrenten a la número uno del mundo, los gemelos estadounidenses Bob y Mike Bryan, que sólo han perdido un partido de los trece que llevan disputados en la Copa Davis.



EFE

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