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Reeditan campaña contra quemaduras por mal uso de fuegos artificiales

Iniciativa impulsada por Ministerio de Salud, Coaniquem y Carabineros busca evitar tradicionales accidentes en niños durante festividades de fin de año.


El Ministerio de Salud, la Corporación de Ayuda al Niño Quemado (Coaniquem) y Carabineros lanzaron la versión 2007 de la campaña «Alto al fuego», que busca evitar que más niños sufran quemaduras como consecuencia del uso de fuegos artificiales.



La subsecretaria de Salud Pública, Lidia Amarales, reiteró su «enérgico llamado a no comprar ni usar fuegos artificiales, que están prohibidos en Chile".



La autoridad recordó que los dos últimos años se han registrado 12 casos en que tanto para niños como sus familias las celebraciones de fin de año se transforman en sufrimiento.



"Por eso llamo a las familias a que no compren, ni permitan que se juegue con fuegos artificiales", dijo.



«Dada la experiencia de Coaniquem en el tratamiento de secuelas de quemaduras, podemos decir que la mejor rehabilitación de los niños quemados es que precisamente no se quemen", agregó el presidente del organismo, Jorge Rojas.



"Para ello, es fundamental que cada adulto sea responsable con su comunidad y denuncie la venta clandestina de fuegos artificiales, pues al contener pólvora, todos queman. No existe el fuego artificial inofensivo», concluyó.



Antecedentes de la campaña



En 1993, el Ministerio de Salud y Coaniquem realizaron por primera vez la campaña "Alto al Fuego" como resultado de varios años de trabajo. Para cuantificar el problema, se desarrolló a inicios de los 90 una vigilancia epidemiológica por quemaduras de fuegos artificiales en menores de 15 años a lo largo del país.



Dicha vigilancia se efectúa cada año entre el 6 de diciembre y el 6 de enero en 432 puntos de todo el país en servicios de urgencia pediátrica, públicos y privados. Ella consiste en que cada uno de estos puntos notifican a Coaniquem a través de un formulario cada vez que atienden a un menor afectado por este tipo de lesiones, tipificando las características de las mismas. En el caso de que no se registren, igualmente se informa la ausencia de ellas, lo que convierte a esta actividad en una vigilancia activa.



Simultáneamente, este problema considerado grave, adquiere connotación pública al difundir a través de los medios de comunicación hechos como la pérdida de vidas humanas, quemaduras profundas, mutilaciones y daños a la propiedad pública y privada.



El máximo logro de Alto al Fuego fue la promulgación de la ley 19.680 el 25 de mayo de 2000, la que prohíbe el uso doméstico de fuegos de artificio y dispone una autorización previa en espectáculos pirotécnicos realizados por profesionales. Desde ese momento, se ha registrado una disminución del orden del 80% en la frecuencia de consultas de quemaduras ocasionadas por estos artefactos, estimándose que de no mediar este cuerpo legal, unos 400 niños se habrían visto afectados por fuegos artificiales.



A partir de la vigencia de la ley, no se han registrado niños fallecidos por esta causa. Sin embargo, se observa una persistencia del problema, aunque en menor escala, en las zonas fronterizas del norte del país.



En la última versión de la campaña, se registraron 12 niños quemados por fuegos artificiales, 25% menos respecto del año anterior. Las edades fluctuaron entre cuatro y 13 años, en su mayoría varones.



El caso más grave correspondió a un menor de 10 años, con quemaduras intermedias y profundas en rostro, extremidades, tronco y vías respiratorias, al encender un petardo con alcohol. A consecuencia de ello, el niño se internó en el Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar. Con él sumaron dos los casos que requirieron de hospitalización.



Los accidentes se concentraron básicamente en Año Nuevo (7) y Navidad (2). En general, las lesiones se localizaron en manos, cabeza y ojos. Del total de casos, la mitad tuvo quemaduras de tipo intermedias. El 58% de los afectados fue manipulador del artefacto. Los agentes involucrados fueron fundamentalmente petardos y voladores. Sólo una notificación en Arica señaló que el fuego artificial se adquirió en el comercio establecido.



En cuanto a la procedencia, nuevamente la Zona Norte concentró el 50% de los casos provenientes de Arica (2), Antofagasta (2), Calama (1) y Ovalle (1). La Región Metropolitana aportó cinco casos, uno más que la campaña anterior y la V región bajó de 6 casos a sólo uno. Como en años anteriores, la zona centro-sur del país no registró accidentes por fuegos artificiales.



Habitualmente, el niño compra fuegos artificiales en lugares clandestinos, los enciende y sufre quemaduras en sus manos, ojos y/o cara. En otra variante el escolar elabora artesanalmente su fuego artificial con elementos de uso doméstico y al encenderlo sufre la quemadura. En Chile, el uso de fuegos artificiales en manos de particulares, niños y adultos, están prohibidos y penados por la ley. Sólo se autorizan espectáculos pirotécnicos manejados por especialistas.



¿Qué hacer para evitar estos accidentes?



– No compre fuegos artificiales clandestinos.



– Asegúrese que sus niños no los adquieran de manos inescrupulosas.



– Enseñe a sus niños los riesgos de quemadura al usar elementos que contienen pólvora, los que cortan, raspan y dañan la piel.



– Cuando presencie espectáculos pirotécnicos ubique a su familia a lo menos a 400 metros del lugar de lanzamiento y respete las indicaciones de seguridad.



– Recuerde que todos los fuegos artificiales contienen pólvora y una vez encendidos, son ingobernables.




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