Vencedor del concurso, que organiza además la Fundación W.K. Kellogg, es un proyecto de Sobral que, con ayuda de la comunidad, da atención a mujeres y niños cuyas vidas corren riesgos.
Proyectos de Brasil, Bolivia y Ecuador fueron los ganadores de los premios de la Innovación Social de Latinoamérica, un concurso que organiza la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal).
El ganador del primer premio, consistente en US$ 30 mil, fue la Secretaría de Salud y Acción Social de Sobral (Ceará), por un proyecto cuyo objetivo es reducir la mortalidad de madres y recién nacidos.
En segundo lugar quedó la Fundación Pueblo, de Bolivia, que obtuvo una recompensa de US$ 20 mil por un proyecto que facilita alojamiento a niños que viven en zonas aisladas para asistir a la escuela.
El tercer premio, de US$ 15 mil, fue para la Junta Parroquial de San Rafael de Laguna (Ecuador), por un proyecto de descontaminación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, mientras que el cuarto, de US$ 10 mil, fue para la Asociación de pequeños agrosilvicultores del proyecto RECA, en el estado de Rondonia (Brasil).
El quinto premio, de US$ 5.000, fue repartido entre el programa de erradicación del trabajo infantil doméstico de la organización «Circo de Todo Mundo» de Belo Horizonte (estado de Minas Gerais), y otro de prevención de la violencia en escuelas de San Carlos de Bariloche (Argentina).
El vencedor del concurso, que organiza la Cepal y la Fundación W.K. Kellogg, es un proyecto de Sobral que, con ayuda de la comunidad, da atención a mujeres y niños cuyas vidas corren riesgos.
El jurado consideró que el proyecto, llamado «Trébol de cuatro hojas», está técnicamente bien diseñado y potencia la participación de la comunidad «para intervenir ante un problema tan importante como la mortalidad infantil».
Desde sus comienzos, en 2001, ha logrado mejorar los índices de atención prenatal y reducir la tasa de mortalidad infantil de 29,7 a 16,5 por mil nacidos vivos.
Madres que sufren problemas físicos o sicológicos, pero no cuentan con apoyo familiar, reciben así atención médica antes y después del parto, así como orientación y apoyo para cuidar a los bebes hasta que identifican alguien de la familia que tome el relevo.
En 2006, el «Trébol» atendió a 1.148 familias a un costo de US$ 175 anuales cada una.
El proyecto evita nacimientos prematuros y reduce los riesgos de la madre y el niño, señaló la coordinadora del proyecto, Noraney Alves Lima, quien, satisfecha y algo nerviosa, explicó que van a invertir el premio «en la ampliación del trabajo, porque la demanda es muy grande, y en mejorar la calidad de la asistencia».
También se mostró muy satisfecho el equipo boliviano, que selecciona a mujeres en los departamentos de La Paz y Potosí para acoger a niños de zonas pobres y aisladas durante los meses de colegio a fin de que terminen al menos la educación primaria, sin coste para sus familias y sin correr el riesgo de explotación por parte de quienes los reciben.
Para ello, pagan a las «madres anfitrionas» 1 dólar por día, evitando que los niños caminen distancias que llegaban a seis horas diarias para asistir a clase y el abandono escolar, mientras dan a mujeres de casa la posibilidad de ganar dinero, explicó el director de la Fundación, Franklin Bustillos.
Un total de doce proyectos fueron los finalistas del concurso, que recibió 900 candidaturas.
Entre ellos, tuvieron una mención especial dos que se colocan en una categoría diferente al resto, entre ellos Alfasol, un programa brasileño de alfabetización que involucra a los sectores público, privado y a la sociedad civil, de grandes dimensiones y con un considerable volumen de recursos.
El otro es el de la organización colombiana Fundamor, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de niños que viven con el virus del Sida, muy bien concebido y que muestra resultados tangibles, pero de «pequeña escala», según explicó la portavoz del jurado, Nora Rey de Marulanda.
Los criterios para la concesión de los premios, anunciados durante la III Feria de innovación Social que se celebra en Porto Alegre, fueron su carácter innovador y sostenible, su impacto, la posibilidad de replicarlo, el liderazgo de la comunidad, la complejidad y la adversidad en sus comienzos.
EFE
