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Iquique: Conmemoración de matanza obrera parte con un ‘nunca más’

Ministro del Interior pidió perdón en nombre del Estado chileno y manifestó la voluntad de que no se repitan crímenes propiciados por la autoridad, como el registrado el 21 de diciembre de 1907 en la Escuela Santa María.


El ministro del Interior, Belisario Velasco, encabezó este sábado en Iquique la inauguración de una plaza en memoria de las víctimas de la matanza de la escuela Santa María, en la que miles de obreros del salitre fueron masacrados el 21 de diciembre de 1907.



En la ceremonia, celebrada en un cementerio de esa ciudad, Velasco abogó porque «nunca más» se registren estos hechos y lamentó la política «de crímenes» de los Gobiernos de la época contra el incipiente movimiento sindical.



En ese contexto, el ministro pidió perdón en nombre del Estado chileno y manifestó la voluntad de que no se repitan esos crímenes propiciados por la autoridad.



Anunció, además, que se destinarán fondos especiales para completar las tareas de recuperación e identificación de las víctimas, que comenzaron hace varios meses pero que están casi paralizadas por la falta de recursos.



El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet aportó 40 millones de pesos (80.000 dólares) para la construcción de la plaza de la memoria inaugurada este sábado.



«Santa María de Iquique» es la más conocida y una de las más brutales matanzas obreras ocurridas en la historia del país, que se perpetró para aplastar la primera gran huelga de los trabajadores del salitre, quienes cumplían sus labores en condiciones inhumanas.



Millares de trabajadores, con sus mujeres e hijos, marcharon desde las oficinas ubicadas en el desierto hasta el puerto nortino, donde fueron alojados en la escuela Santa María mientras debían desarrollarse negociaciones para resolver el conflicto.



Sin embargo, en lugar de ello, el Gobierno envió tropas del Ejército que ametrallaron la escuela y dieron muerte a millares de hombres, mujeres y niños.



Según fuentes sindicales, los muertos sumaron 3.600, mientras la prensa de la época habló de «unos pocos centenares de revoltosos» muertos y los historiadores calculan «unos 2.000 muertos».



La masacre, muchas de cuyas víctimas eran peruanos y bolivianos, ha sido inmortalizada en la «Cantata de la Escuela Santa María», de Luis Advis, que el grupo Quilapayún ha dado a conocer en el mundo y también en la literatura, con novelas como «Santa María de las flores negras», de Hernán Rivera Letelier, que ha sido llevada al cine por Marcelo Ferrari.



También en 1997 se publicó «El Invasor», de Sergio Missana, centrada en el proceso contra Antonio Ramón Ramón, un anarquista español que unos años después de los hechos trató de asesinar al general Roberto Silva Renard, que comandaba las tropas que cometieron la masacre.



El centenario de la matanza será recordado desde el próximo lunes con una serie de actos culturales en Santiago, Iquique y otras ciudades y una marcha organizada por agrupaciones sindicales y sociales que reproducirá la travesía por el desierto que cumplieron los huelguistas en 1907.



EFE

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