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Figura de Pinochet sigue generando visiones encontradas en la Alianza

Mientras algunos dirigentes y parlamentarios de la derecha ven al ex dictador como una figura que salió del escenario político incluso antes de su muerte, otros siguen defendiendo y justificando el régimen militar, a pesar de las violaciones a los derechos humanos.


A un año de la muerte del general (R) Augusto Pinochet las cosas en la Alianza por Chile no parecen haber cambiado mucho. Mientras un sector ya lo ve como una figura que la historia juzgará, otro defiende su obra e incluso justifica algunos episodios que parte la derecha mayoritariamente se ha esmerado en rechazar, como las violaciones a los derechos humanos. En este contexto, si bien Pinochet desapareció físicamente, su figura sigue siendo la más controvertida del Chile contemporáneo.



Resulta casi increíble que para algunos altos dirigentes de la Alianza la conmemoración del primer año de la muerte de Pinochet no figuraba en su agenda mental. La contingencia superó cualquier atisbo de nostalgia, relegando de un plumazo al ex dictador al pasado.



Para quien sí el 10 de diciembre es una fecha especial es para el senador de Renovación Nacional José García Ruminot. El Pepe, como lo llaman con cariño sus amigos y colegas, sigue «manteniendo la misma opinión de siempre" acerca de Pinochet y al recordar su muerte, sólo resaltan a sus ojos la obra del ex dictador.



Tanto es así que García sigue defendiendo la tesis de que Chile "le debe mucho al general Pinochet", porque "él llega al gobierno a petición de la inmensa mayoría de los chilenos que veían en la Unidad Popular y en el gobierno de Salvador Allende que el país iba simplemente al despeñadero y que grupos civiles se armaban y se preparaban para la guerra civil". Y, a su juicio, "las Fuerzas Armadas y Carabineros intervienen, precisamente, para evitar al país una guerra civil".



Y pese a las críticas de la Concertación, el senador por la Novena Región Sur tiene la convicción de que las reformas económicas, políticas y sociales que implementó durante los 17 años que se mantuvo en el poder siguen videntes, "con maquillajes más, maquillajes menos".



En cuanto a las violaciones a los derechos humanos, algo que ahora la derecha también reprocha, García justifica lo sucedido en el marco de que este aspecto: "hay que observarlo desde el punto de vista de la lógica que se vivía en el mundo en los años ’60 y ’70. El pronunciamiento militar es el año ’73 y cuál era la lógica, la guerra fría".



Rememorando los acontecimientos que condujeron al golpe de Estado, el senador sostiene que "teníamos dos potencias mundiales enfrentadas, una Estados Unidos la otra la Unión Soviética, y lo cierto es que ambas potencias tironeaban a los países más pequeños, cada una para su lado. Y, en su minuto, Salvador Allende dijo que Rusia era el hermano mayor de Chile, poniendo una especie de tutelaje socialista marxista sobre nuestro país, cosa que la inmensa mayoría de los chilenos, incluyendo la Democracia Cristiana de aquella época, no acepta".



Dado ese escenario -dice-, "hoy día es fácil mirar hacia atrás y decir que esto fue un horror y que esto no debió haber ocurrido nunca…Yo creo también que hubo gente absolutamente inocente, que se vio envuelta en violaciones a los derechos humanos, pero no me olvido de que también el gobierno militar tuvo que combatir con fuerza, con energía, a grupos violentistas, a grupos terroristas, que ponían en riesgo la seguridad y la integridad de la población".



Y a un año de la muerte de Pinochet, el senador García está conciente de que para muchos en su sector esta fecha pasará sin pena ni gloria, al punto que sostiene que "mucha gente de mi sector le ha dado la espalda al general Pinochet y yo creo que es el pago de Chile".



Ya está en la historia



Si bien la última frase del senador García es compartida por un sector de la Alianza por Chile, otro no se hace cargo de tal acusación y lejos de eso la atribuye a grupos que pretenden dividir a la derecha, apuntando indirectamente a la Concertación.



Ese es el caso del secretario general de la UDI, diputado Darío Paya, quien estima que "esas son críticas o acusaciones que siempre se dicen para meter cuñas, la pregunta es en qué (se le dio la espalda), si él nunca fue candidato a nada desde el año ’88, así es que esas son opiniones que no tienen ninguna consecuencia política".



La evaluación que hace el dirigente gremialista a un año de la muerte de Pinochet es que "hay una estabilidad institucional en Chile que hace que eventos o episodios que lo involucraron a él, han pasado a ser episodios políticamente llamativos de interés periodístico, pero en realidad el país ha avanzado con plena normalidad y, la verdad, institucionalmente, políticamente, no cambió nada después de su muerte. El país goza de una institucionalidad notable, construida en base a la Constitución y con la colaboración y conducta responsable, yo me atrevería a decir, de casi todos y eso es lo relevante".



En la misma línea, para el senador de la UDI Juan Antonio Coloma reflexionar acerca de la figura del ex dictador a un año de su muerte y los efectos de la misma en el escenario político resulta "sorprendente porque claramente el debate político de hoy día es un debate que básicamente dice relación con lo que la Concertación ha sido capaz, o no, de hacer durante su período".



Para Coloma "toda la referencia al pasado ha quedado, obviamente, diluida en el pasado, lo que es normal, sano, positivo. Yo siempre sostuve que Pinochet hace muchos años había dejado de ser una cuestión política. Este último año ha sido más claro que más allá de que esté o no esté, el debate no fue tan distinto de lo que existía antes".



En tanto, la secretaria general de RN, Lily Pérez, es más tajante en poner distancia con la figura de Pinochet. Su postura es categórica, porque estima que "para las generaciones más jóvenes, que no tenemos ningún vínculo con el gobierno militar, es un personaje de la historia, que va a ser juzgado por la historia".



A su juicio, "el eje respecto de la figura de Pinochet ha ido cambiando, había venido cambiando ya en los últimos años cuando él ya estaba fuera de la escena política, y creo que va a seguir siendo una persona que está en el corazón de un grupo importante de chilenos, pero ya no tiene el impacto político que tenía su nombre ni su figura cuando estaba todavía con vida".

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