El pontífice mostró su preocupación ante «el aumento del número de Estados implicados en la carrera de armamentos» y denunció cómo «Naciones en vías de desarrollo destinan una parte importante de su escaso producto interior para comprar armas».
El papa Benedicto XVI exhortó a las naciones a que reanuden el diálogo para el desarme de las armas nucleares, en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia Católica celebra el 1 de enero.
En el mensaje, publicado este martes por el Vaticano, y bajo el título «Familia humana, comunidad de paz», el Papa expresó su pesar ante «las grandes divisiones y fuertes conflictos que arrojan densas nubes sobre el futuro de la humanidad».
Y destacó como «el peligro de que aumenten las tensiones en países con armas nucleares suscita en toda persona responsable una fundada preocupación».
Benedicto XVI mostró su preocupación ante «el aumento del número de Estados implicados en la carrera de armamentos» y denunció cómo «Naciones en vías de desarrollo destinan una parte importante de su escaso producto interior para comprar armas».
Ante ello, el Papa explicó que «en un momento en el que proceso de no proliferación nuclear está estancado», ha considerado necesario exhortar a las autoridades de los países a «que reanuden con determinación más firme las negociaciones de cara al desmantelamiento progresivo y concordado de las armas nucleares existentes».
El pontífice también quiso recordar en su mensaje, que resumirá a los fieles el 1 de enero de 2008, la situación en el continente africano donde «a pesar de que numerosos países han progresado en el camino de la libertad y la democracia, quedan todavía muchas guerras civiles».
Y mostró además su preocupación porque los conflictos y atentados en Oriente Medio siguen influyendo «también en Naciones y regiones limítrofes» y se corre el riesgo de que éstas «queden atrapadas en la espiral de la violencia».
El Papa concluyó su mensaje invitando a los hombres y mujeres «a que tomen una conciencia más clara sobre la común pertenencia a la única familia humana» y se comprometan «para que la convivencia en la tierra refleje cada vez más esta convicción, de la cual depende la instauración de una paz verdadera y duradera».
EFE
