La mayoría de los testigos que concurrió este miércoles a prestar su testimonio en el proceso por la muerte del sacerdote no había vuelto al buque desde su detención tras el golpe militar de 1973. Por eso, al término de la diligencia encabezada por la ministra María Eliana Quezada, algunos quedaron temblorosos y con sus manos frías.
La ministra María Eliana Quezada no llegó sola este miércoles al buque escuela Esmeralda, en el Molo Abrigo de Valparaíso. Estuvo acompañada por su actuaria, personal de la Brigada de Criminalística de Investigaciones, una decena de testigos y seis ex miembros de la Armada que tras el golpe militar de 1973 vieron al sacerdote Miguel Woodward a bordo de la nave.
También estuvo presente la hermana del sacerdote, Patricia Woodward, quien observó de lejos la diligencia realizada por la magistrada, que últimamente recibió amenazas telefónicas por lo que se encuentra con protección policial.
La jueza ingresó a la Cámara de Oficiales de la Esmeralda, donde acompañada por su acturia comenzó a interrogar a los testigos que en su gran mayoría, a excepción de María Eliana Comene, nunca habían regresado al buque, por lo que el nerviosismo era mayor. Incluso, se podía observar la transpiración de algunos de ellos en sus manos.
Quezada, tras interrogar uno a uno a los testigos para contrastar la información que ya tiene en su poder, visitó el barco junto al comandante del buque, capitán de navío Humberto Ramírez, quien trató a los ex presos políticos en forma muy distinta a las condiciones en que estuvieron recluidos en 1973.
En el recorrido pudieron reconocer los lugares de reclusión o donde fueron torturados, lo que provocó un fuerte impacto en muchos. Ello se pudo reflejar no sólo en sus rostros, sino en el temblor de sus manos.
Luego fue el turno de seis personas, supuestos ex integrantes de la Armada, que como, era de esperarse, no cruzaron palabras con los ex prisioneros y menos aún con la familia Woodward. Se notaban bastante distantes y más bien fríos, según quienes participaron de la diligencia.
La larga diligencia
Fueron cinco horas de la diligencia, quizás una de las últimas antes de que la magistrada dicte los primeros autos de procesamiento en el caso, lo que podría ocurrir la próxima semana, según señala Patricia Woowdard.
"La próxima semana podrá haber procesamientos. Los nombres no se saben, pero nos reconforta que se sepa la verdad. Sin embargo, falta más investigación y ahora serán unas pocas personas las procesadas y luego vendrían más", señaló a El Mostrador.cl.
La del miércoles fue la tercera ocasión en que la hermana del sacerdote visitaba el barco, ya que anteriormente lo había hecho en 1950 y la segunda, hace dos años.
-¿Qué opina de esta inédita diligencia?
-Es histórica y nos pareció increíble por la cantidad de tiempo que estuvimos allí. Fueron cinco horas sin intervalos y luego cuando finalizaron los testigos un tour por la Esmeralda por las partes interiores y vimos el hospital, la parte de cirugía, el dentista, una sala en el que estaban las personas enfermas, pero que no requerían cirugías. Fue interesante verlo porque podrían haber atendido a mi hermano allí. Desde luego cuando pasamos por los dormitorios y vimos los camarotes donde dormían eran de tres en tres, con poca privacidad.
-Algún testigo dijo algo en el recorrido de su hermano.
-Hubo un testigo que creía haber visto a Miguel a bordo en una camilla, pero no le vio la cara sólo los pies y alguien le dijo que era un cura de Placeres. Él es Jorge Gabaude, quien fue uno de los testigos que la ministra llamó y nos dimos cuenta que lo habíamos visto antes y nos dijo lo mismo. Nos contó al salir que el hecho de haber visto el lugar donde estuvo Miguel en la camilla, como que le vino todo a la mente y se acordó de cómo fue todo. Él estaba nervioso pensando que se le iba a olvidar todo.
-La jueza quedó conforme con los interrogatorios.
-La jueza quedó satisfecha con la diligencia y ha terminado el tema.
-El contraalmirante Millar dijo que la Armada quiere conocer la verdad. ¿Usted cree que la entidad naval ha hecho lo posible por encontrar la verdad?
-No puedo fiarme del almirante Millar, pero en este momento es más importante la labor que está haciendo la jueza y lo que hizo hoy es excelente y no tiene tanta importancia que la Armada diga o no la verdad.
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