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Experto habla de «enjambres» sísmicos en Chile y llama a estar «alerta»

Jefe del Instituto de Sismología de la Universidad de Chile consideró que la actual actividad en la zona norte y centro del país »se va a prolongar por un tiempo».


El jefe del Instituto de Sismología de la Universidad de Chile, Carlos Aranda, afirmó que las zonas centro y norte del país están afectadas por «enjambres sísmicos», y llamó a la población a mantenerse alerta ante la eventualidad de un fenómeno de mayor magnitud.



«Aunque no se puede anticipar la ocurrencia de un fenómeno de mayor intensidad, tampoco se puede descartar», dijo Aranda a radio Cooperativa, en alusión a los tres temblores que han afectado desde el sábado a la zona central.



Los expertos denominan «enjambre» a la ocurrencia de un grupo de temblores localizados en una misma zona, en un período específico y que tienen aproximadamente la misma magnitud, profundidad e intensidad.



Un «enjambre», precisó Aranda, afecta a la Región de Antofagasta, sacudida el 14 de noviembre por un terremoto de 7,7 grados Richter, que causó dos muertos, cerca de 200 heridos y 15 mil damnificados, además de cuantiosos daños materiales que afectaron principalmente a Tocopilla.



Los habitantes de la zona fueron despertados este domingo por un sismo de 6,7 grados Richter que causó nuevos daños materiales en Tocopilla, que para Aranda fue un nuevo episodio de la actividad que se inició con el terremoto de noviembre.



El segundo enjambre, añadió, se localiza en Papudo, a unos 150 kilómetros al noroeste de Santiago, en la Región de Valparaíso, donde se han localizado los epicentros de los tres sismos que desde el sábado han afectado a la zona central del país.



El último de ellos ocurrió a las 06:27 (09:27 GMT) de este lunes, tuvo una magnitud de 5,3 grados Richter y abarcó desde la Región de Coquimbo, a 350 kilómetros al norte de Santiago, hasta O’Higgins, a 140 kilómetros al sur de la capital.



El temblor, según la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), no causó víctimas ni daños y sus intensidades fluctuaron entre dos y cuatro grados en la escala internacional de Mercalli, que va de uno a doce.



Este sismo siguió a otro, ocurrido a las 21:27 horas del domingo, de 4,3 grados Richter, y a un primero, de 5,8 grados Richter, registrado a las 15:22 horas del sábado, que destruyó un par de viviendas y dejó diez damnificados, además de otros daños, en Valparaíso.



Según Aranda, no es posible establecer una relación directa entre los temblores del norte y de la zona central, debido a la gran distancia entre ambas áreas. «Cada sector tiene su propia dinámica y actúa por su propia evolución», indicó el experto, que insistió en que «no necesariamente» la presencia de un «enjambre» anuncia un sismo de mayor intensidad.



Pero, «la naturaleza tiene su propia lógica y por supuesto no se puede descartar que haya algo más», advirtió Aranda, que sobre esa base llamó a «estar preparados, no bajar la guardia, adoptar ciertas precauciones y tener presente que este es un país altamente sísmico, probablemente el más sísmico del planeta».



Agregó que la actual actividad «se va a prolongar por un tiempo», pues los «enjambres», «no desaparecen de un día para otro, sino que tienen un periodo álgido y después «van decreciendo paulatinamente».



Precisó que en la Región de Valparaíso la actividad podría continuar «por uno a dos meses más», y que algunos temblores «van a provocar un poco de alarma en la población, pero lo normal es que nunca alcancen la magnitud del sismo principal».



El último terremoto en esta zona, de 8,5 grados Richter, ocurrió el 3 de marzo de 1985 y causó 180 muertos y un millón de damnificados y dos localidades, Melipilla y San Antonio, destruidas casi por completo.

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