La policía desplegó grupos antidisturbios en las cabeceras de las líneas del tren subterráneo y reforzó la vigilancia en toda la red mientras que en las paradas de autobuses se formaron largas filas de personas indignadas por el trastorno.
El tránsito por las vías de acceso a Buenos Aires sufrió grandes congestiones este martes a causa de una huelga de los trabajadores de las seis líneas del metro de la capital argentina, que transportan a diario a un millón de pasajeros.
La policía argentina desplegó grupos antidisturbios en las cabeceras de las líneas del metro y reforzó la vigilancia en toda la red mientras que en las paradas de autobuses se formaron largas filas de personas indignadas por el trastorno.
Las estaciones del metro se colmaron de pasajeros del servicio de emergencia que con grandes demoras dispuso la empresa concesionaria, Metrovías.
La huelga, de 24 horas de duración, fue organizada por los delegados de los trabajadores para exigir el pago de un aguinaldo adicional y que se cumplan acuerdos sobre ascensos y promociones.
La protesta es rechazada por el sindicato de conductores de autobuses y del metro, cuya dirección afín al peronismo gobernante discrepa con los delegados de base, a quienes acusa de responder a fuerzas de izquierda.
«El gremio no está en conflicto y, por lo tanto, rechaza y repudia la huelga convocada en los subterráneos», subrayó el secretario general del sindicato, Roberto Fernández.
Buenos Aires, que a diario recibe a más de cinco millones de personas residentes en sus suburbios, ha sufrido en los últimos años múltiples congestiones y caos en el tránsito a causa de huelgas en el transporte y movilizaciones de grupos de «piqueteros», como se llama a desocupados que cortan calles y carreteras para protestar.
EFE
