Durante todo el día se desarrollaron en Iquique actividades políticas y artísticas relativas a los sucesos de 1907, donde estuvieron presentes figuras como el destacado folclorista Patricio Manns y el grupo Quilapayún.
El ministro del Interior, Belisario Velasco, encabezó este viernes en el norte las actividades con que el Gobierno conmemoró el centenario de la masacre de la escuela Santa María de Iquique.
La cita, organizada conjuntamente con diversas organizaciones sindicales y sociales, comenzó con una masiva marcha desde el sector de Alto Hospicio hasta la Escuela Santa María, con el objeto de reeditar la histórica marcha realizada por los trabajadores del salitre y sus familiares hace 100 años.
La matanza de la Escuela Santa María es considerada la más sangrienta represión de la historia contra los trabajadores y marcó el origen del movimiento sindical en el país.
El gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet decretó para este viernes duelo nacional, con banderas a media asta, en homenaje a las víctimas, nunca cuantificadas con exactitud, que dejó el ataque del ejército contra varios millares de obreros del salitre, sus mujeres y sus hijos, que sostenían una huelga en demanda de mejoras salariales y laborales.
A las 15 horas, miles de lugareños tocaron timbres y bocinas para recordar el momento exacto de la caída de los malogrados trabajadores.
Cuatro horas después, en un escenario montado en las calles céntricas de la ciudad de Iquique, se presentaron diversos grupos musicales, que cerraron la jornada preparada por el Gobierno.
Además, durante todo el día se desarrollaron en esa ciudad, actividades políticas y artísticas relativas a los sucesos de 1907, donde estuvieron presentes figuras como el destacado folclorista Patricio Manns y el grupo Quilapayún.
Anoche, en el paseo Bulnes de Santiago, situado frente al Palacio de La Moneda, se presentó una versión rockera de la conocida Cantata a Santa María de Iquique, original de 1970.
La iniciativa estuvo a cargo de los miembros del grupo Chancho en Piedra, quienes junto a los integrantes jóvenes de Inti-Illimani histórico y Quilapayún ofrecieron esta versión «electrónica», ante un público de unas cinco mil personas.
La cantata también fue interpretada este viernes por ocho jóvenes del Colegio San Ignacio Alonso Ovalle, que tras casi un año de ensayos, tras la actuación de hoy en Santiago, iniciarán una gira por varios escenarios.
La sangrienta arremetida de las tropas, enviadas por el gobierno del presidente Pedro Montt (1906-1910) para sofocar la huelga, dejó, según la prensa de la época, unos «300 revoltosos» muertos, mientras historiadores hacen subir la cifra a 2.000 y fuentes sindicales a 3.600, incluidos muchos peruanos y bolivianos.
Para ocultar la magnitud de la matanza, las autoridades no extendieron certificados de defunción de las víctimas, cuyos cadáveres fueron sepultados en una fosa común hasta 1940, cuando a raíz del cierre del cementerio fueron trasladados a otra fosa, en un patio del Instituto Médico Legal de Iquique.
Los actos conmemorativos incluyeron la exhumación de los cuerpos y desde el pasado agosto se han extraído alrededor de un millar de restos.
La administración de Bachelet ofreció los recursos necesarios para la identificación de los cuerpos, tarea muy difícil, según los expertos, pues deberá recurrirse al ADN de los descendientes.
El pasado 8 de diciembre, el ministro Velasco, encabezó en Iquique, la inauguración de una plaza en memoria de las víctimas.
EFE
