Senador Hernán Larraín dijo que salida de Belisario Velasco le da la oportunidad de la Presidenta para inyectar un cambio profundo en su equipo asesor.
Como una "mala señal", aunque no por eso menos necesaria, tildó el presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Hernán Larraín, la renuncia del ministro del Interior, Belisario Velasco.
"No me sorprende, pero no deja de ser una mala señal, porque se va cuando hay una encuesta que le da el máximo rechazo al Gobierno, problemas graves de seguridad ciudadana, el mundo mapuche con dificultades mapuches o una emergencia nacional con el volcán Llaima", dijo.
"Viene a coronar un período en que la decadencia del Gobierno no ha podido ser corregida, no obstante los esfuerzos que hay querido hacer el ministro. Estoy seguro que hizo lo máximo para lograrlo, no se pudo corregir el rumbo ni afiatar un equipo; las contradicciones y los conflictos al interior de los partidos de la Concertación sigan creciendo y todo eso hace que el Gobierno no pueda avanzar ni rendir", agregó a Cooperativa.
Coincidiendo con su colega Jorge Pizarro (DC), dijo que "tal vez, la renuncia de Belisario Velasco sea una oportunidad, quizá la última, para la Presidenta de corregir el rumbo. No hay buenos resultados, ya que el Transantiago sigue penando, los partidos siguen en crisis y los partidos desordenados".
El timonel gremialista dijo que "el problema no es de una persona, sino que de un equipo. No han funcionado los partidos de la Concertación por el caos, las divisiones ni al interior del Gobierno los ministros, porque pelean el de Hacienda con el de Trabajo u Francisco Vidal opacando a Belisario Velasco".
Para Larraín, "era evidente que no podía coexistir Belisario Velasco con el ministro secretario general de Gobierno, porque este último reapareció con mucha ansiedad y copando todo el espectro del comité político. Así es muy difícil la labor del comité político, por lo que creo que Vidal pasará a Interior, porque de lo contrario se repetiría el mismo escenario que con Velasco".
