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Rescatan a obrero que estuvo 17 horas mar adentro en bote plástico

Marcelo Ruiz García, que no sabe nadar, cuidaba la casa de su patrón en Laguna Verde, cuando divisó un objeto que flotaba a diez metros de la playa y quiso recogerlo, por lo que abordó el bote.


Un obrero sobrevivió tras ser arrastrado mar adentro en un pequeño bote de plástico, cuando intentaba recoger un objeto que flotaba cerca a la orilla, en la Región de Valparaíso, informaron fuentes marítimas.



Marcelo Ruiz García, de 35 años, que no sabe nadar, cuidaba el jueves la casa de su patrón, en el balneario de Laguna Verde, al sur del puerto de Valparaíso, cuando divisó un objeto que flotaba a diez metros de la playa y, movido por la curiosidad, quiso recogerlo.



Para ello, tomó un pequeño bote de plástico, de los que se usan en piscinas y se internó en el agua, pero un fuerte viento lo arrastró mar adentro en pocos minutos, sin que nadie se percatara.



Ruiz fue rescatado por unos pescadores en las cercanías del balneario de Horcón, a unos 60 kilómetros al norte de Valparaíso, cuando flotaba a la deriva afectado por una severa hipotermia y sin fuerzas para luchar contra olas de hasta cuatro metros.



Tras ser atendido en un hospital de la zona, el trabajador dijo a los periodistas que durante las 17 horas que permaneció en el agua las olas volcaron el bote al menos una decena de veces, lo que le causó tal pánico que «lo único que quería era morir».



«Yo no sé nadar y lo único que se me ocurrió fue amarrarme al bote y aferrarme a una cuerda, que nunca solté cada vez que se volcaba», relató.



«Cada vez tragaba mucha agua y luchaba para que el bote se enderezara, pensaba en mi esposa y mi hija y me propuse dar la batalla por ellas», añadió emocionado.



El teniente de la Marina Rodrigo Vattuone, capitán de puerto de Valparaíso, calificó de «milagrosa» la salvación del obrero.



«Las posibilidades de supervivencia en alta mar, a bordo de un bote de estas características son mínimas, aún para alguien que sepa nadar», dijo el oficial.



«Él (Ruiz) vivió una situación de extremo peligro, creo que tiene un ángel que lo protege; tuvo mucha fortuna y creo también que Dios lo acompañó», agregó.



«Nunca más voy a meterme al mar, porque el mar tiene sentimientos y hace lo que quiere con uno», reflexionó por su parte el afortunado e improvisado navegante.



EFE

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