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EEUU registra mayor inflación en 17 años, en medio de temor por recesión

Impacto combinado de la inflación, el estancamiento de las remuneraciones, el mayor gasto en combustibles, la prolongada crisis del sector inmobiliario y el aumento del desempleo se vio reflejado en el gasto de los consumidores durante 2007.


Estados Unidos cerró 2007 con una inflación del 4,1 por ciento, la mayor en 17 años, lo que alentó de nuevo las advertencias sobre el peligro de recesión que se cierne sobre el país, según datos difundidos este miércoles por el Departamento de Trabajo.



Según el informe, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió el año pasado 4,1 por ciento, aunque si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, la inflación subyacente en el IPC fue del 2,4 por ciento en el 2007.



Ayer, el Departamento de Trabajo también había informado que el Índice de Precios de Productor (IPP) subió 6,3 por ciento durante 2007, la peor cifra en 26 años.



La inflación subyacente en el IPP fue del 2 por ciento, al excluir los precios de alimentos y combustibles.



En ambos casos los datos del gobierno de Estados Unidos mostraron que el factor principal en el empuje inflacionario de 2007 fue el incremento de los precios de la energía, y que la situación se debilitó hacia fin de año.



Los costos de la energía en el 2007 subieron 17,4 por ciento y el de los alimentos 4,9 por ciento, siendo estos dos ejemplos los mayores incrementos desde 1990.



En el mismo período, según las informaciones del gobierno, las remuneraciones de los trabajadores, ajustadas por inflación, bajaron 0,9 por ciento, la mayor pérdida de poder adquisitivo desde una caída del 1,5 por ciento en 2005.



El impacto combinado de la inflación, el estancamiento de las remuneraciones, el mayor gasto en combustibles, la prolongada crisis del sector inmobiliario y el aumento del desempleo se vio reflejado en el gasto de los consumidores, que en Estados Unidos conforma casi el 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).



El Departamento de Comercio informó que en diciembre las ventas de los minoristas bajaron 0,4 por ciento, la primera disminución en seis meses.



Estos factores aumentaron hoy las expectativas de que la Reserva Federal continúe aflojando su política monetaria y cause nuevas bajas de las tasas de interés, y dé más prioridad a la reactivación económica que al control de la inflación.



La semana pasada el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, preocupado por los nubarrones sobre la economía de Estados Unidos, indicó que podrían ser necesarios nuevos recortes de las tasas de interés.



El Comité de Mercado Abierto de la Reserva, que maneja la política monetaria, volverá a reunirse el 29 y 30 de enero, y algunos inversionistas especulan sobre la posibilidad de que haya un anuncio sobre las tasas de interés aun antes de esas fechas.



«Puede que sea necesario un aflojamiento adicional de la política monetaria», dijo Bernanke. La entidad «está lista para tomar medidas sustantivas en apoyo del crecimiento económico», destacó.



Bernanke dijo que el organismo ha visto señales de que los bancos están restringiendo los préstamos a los consumidores y las empresas como resultado de las turbulencias en los mercados financieros.



La Reserva Federal permitió una reducción de medio punto porcentual en la tasa de interés en septiembre, y aprobó dos reducciones, cada una de un cuarto de punto porcentual en octubre y diciembre.



Las medidas apuntaron a restablecer la calma y proveer liquidez en los mercados financieros, donde miles de millones de dólares siguen esfumándose desde que culminó el ciclo de especulación en el sector inmobiliario a finales de 2005.



La tasa de interés bancario de corto plazo, la que más afecta a los consumidores, cuyo gasto equivale al 67 por ciento del PIB, está actualmente en el 4,25 por ciento y es la más baja desde diciembre de 2005.



En mayo de 2006 la tasa había subido al 5 por ciento, la más alta desde marzo de 2001.



EFE

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