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Murió a los 64 años el ex campeón del mundo de ajedrez Bobby Fischer

En medio de la guerra de los Balcanes en 1992, desoyó orden oficial estadounidense y viajó a Belgrado para jugar contra Boris Spassky a cambio de US$ 3 millones, lo que le valió una orden de busca y captura.


El estadounidense Bobby Fischer, figura legendaria del ajedrez mundial, murió este viernes a los 64 años tras una larga enfermedad, informó la radio nacional de Islandia (RVU), donde vivía desde marzo de 2005, refugiado de la justicia de su país.



Según la edición digital del diario islandés «Morgunbladid», Fischer falleció en su casa de Reikiavik, adonde regresó el mes pasado tras permanecer ingresado en un hospital de la capital en octubre y noviembre.



En la capital islandesa disputó en 1972 un encuentro histórico por el campeonato mundial contra el soviético Boris Spassky, considerado el «enfrentamiento del siglo» y con una clara connotación política por el contexto de la Guerra Fría.



Pero ya no volvió a jugar más partidas oficiales: en 1975, cuando tuvo que defender el título frente al aspirante Anatoly Karpov, planteó exigencias inaceptables para la FIDE, que lo despojó del título por incomparecencia.



Fischer, que durante años vivió retirado de la atención pública, llegó a Islandia después de que este país, donde era muy popular desde su duelo con Spassky, facilitó su puesta en libertad concediéndole su ciudadanía tras permanecer ocho meses retenido en un centro japonés para inmigrantes ilegales.



El ajedrecista fue detenido en Tokio en julio de 2004 por intentar usar un pasaporte revocado por Estados Unidos, que tenía dictada contra él una orden de busca y captura desde 1992 por violar una prohibición del gobierno de viajar a la antigua Yugoslavia y desarrollar una actividad económica allí.



En medio de la guerra de los Balcanes, Fischer no hizo caso de la orden y viajó a Belgrado para jugar contra Spassky a cambio de US$ 3 millones.



Durante su cautiverio en Tokio, Fischer calificó la retención de «secuestro» organizado por el presidente de Estados Unidos, George Bush, y su «títere», el entonces primer ministro nipón, Junichiro Koizumi.



A su llegada a Reikiavik procedente de Japón, se despachó con unas declaraciones antisemitas y contrarias a su país de origen.



Durante su estancia en Islandia, Fischer, quien consideraba «muerto» el ajedrez para él, mantuvo un perfil bajo.



EFE

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