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Activista reduce demandas, pero exige compromiso escrito para bajar huelga

Mujer, en ayuno desde hace 108 días, insistió en conseguir una serie de beneficios carcelarios para terminar su prolongada protesta. Y aunque ya no reclama la revisión de la ley Antiterrorista y la »desmilitarización» de la Araucanía, la demanda fundamental pasó a ser que compromisos con el Ejecutivo queden estampados en un documento.


A la espera de garantías por escrito de parte del Gobierno se encuentra la activista mapuche Patricia Troncoso Robles, la activista mapuche que este sábado cumple 108 días en huelga de hambre y que se encuentra internada con riesgo vital en el hospital de Chillán.



Consciente de que exigencias como la revisión de la ley Antiterrorista, el término de lo que las comunidades indígenas denominan "la militarización" de la Araucanía y la libertad de todos los presos mapuches escapan del manejo exclusivo del Ejecutivo, «La Chepa» decidió reducir al máximo sus exigencias para poner término al movimiento.



De esta forma, hoy demanda ser trasladada a un centro agrícola administrado por Gendarmería en Angol y obtener la libertad los fines de semana, una medida que debe hacerse extensiva a los comuneros Jaime Marileo y Juan Millalen, quienes inicialmente también se habían declarado en huelga de hambre el pasado 10 de octubre.



Pero en el entorno de la activista continúan escépticos mientras sus demandas no queden estampadas en un documento que sea firmado por algún personero de Gobierno, pues aún tienen vivo el recuerdo de la movilización encabezada a fines de 2006 por la propia Troncoso, junto a los mapuches Juan y Jaime Marileo y Juan Carlos Huenulao.



En aquella ocasión, el Ejecutivo se comprometió a impulsar un proyecto que les otorgaba el beneficio de la libertad a los condenados a diez años de cárcel por el incendio que afectó a la forestal Mininco en 2001, y trasladar a los presos al centro agrícola. Sin embargo, nada de ello se cumplió, se quejan.



«Hasta este minuto hay puras buenas intenciones. No podemos decir que hay una solución. Las cosas siguen tal como antes, mientras no haya un documento escrito que avale que se van a aceptar las peticiones que pide Patricia", afirmó a El Mostrador.cl Sara Huenulaf, una de las voceras de la activista mapuche.



Agregó que la salud de Troncoso se ha deteriorado ostensiblemente, por lo que urge una pronta respuesta del Gobierno. "Nosotros esperamos que ojalá lo antes posible la solución. El estado de salud de Patricia es delicado. Nos preocupa lo que pueda pasar".



Mediación católica



Sin embargo, en los últimos días, La Moneda ha optado por mantener un silencio sepulcral en torno al tema. De hecho, tras la formación de un comité interministerial, se está a la espera de que la Presidenta Michelle Bachelet se pronuncie sobre las recomendaciones formuladas por dicha instancia, como la creación de un cargo dedicado exclusivamente al tema indígena.



Mientras, la comunicación entre Troncoso y el Ejecutivo ha quedado exclusivamente supeditada a la mediación iniciada por la iglesia Católica a través de los obispos de la Araucanía, Bio-Bio y el presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic.



El propio Goic instó esta semana a la activista mapuche deponer la huelga de hambre y ha llamado al Gobierno a enfrentar "a fondo" las demandas indígenas. Y para reforzar el mensaje, el viernes el obispo de Temuco, Manuel Camilo Vial, dijo a La Segunda que La Moneda debe tomar medidas «aunque sean difíciles o resulten mal interpretadas», porque «el riesgo es mucho más grande si se muere ‘La Chepa’".



En el mismo sentido se refirió el abogado Pablo Ortega, del Observatorio de los Derechos de los Pueblos Indígenas, quien visitó a Troncoso el pasado jueves. "Ha sido fundamental la intervención de la iglesia. Se ha sensibilizado con el tema, pero la llave de la solución la tiene el Gobierno", apuntó.



Sin embargo, Huenulaf aseguró que si bien valoran la medicación iglesia Católica, la palabra final sigue en manos del Ejecutivo. "La iglesia está preocupada, está teniendo una muy buena voluntad de mediar, pero no son ellos los que tienen que dar la solución", enfatizó.





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