Portavoz de La Moneda y ministro (S) de Defensa dejó sólo en el ámbito de las apreciaciones personales los dichos del titular de la Segpres, quien afirmó que el actual jefe de la Guarnición Militar era muy joven cuando se registraron los crímenes de la Caravana de la Muerte por los que está siendo objetado.
Las declaraciones del ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera Gallo, respecto del cuestionado general de Ejército Gonzalo Santelices son a título personal y no representan la opinión que sobre la materia tiene el Gobierno.
Así lo afirmó de manera tajante este jueves el vocero del Ejecutivo y ministro (s) de Defensa, Francisco Vidal, al ser consultado por los dichos del titular de la Segpres, quien había señalado que Santelices era un oficial muy joven cuando se vio involucrado en los hechos que marcaron el paso de la llamada «Caravana de la muerte» por la ciudad de Antofagasta, el 18 de octubre de 1973.
«Cuando yo hablo como vocero de Gobierno, está hablando el Gobierno, y con respecto al general Santelices, es lo que yo dije ayer (miércoles). Todo el mundo tiene derecho a opinar, pero si alguien quiere saber la opinión del Gobierno, es la que yo di ayer», dijo Vidal.
El miércoles, Vidal informó que el Ejecutivo ya había dado su opinión al comandante en jefe del Ejército, general Oscar Izurieta, respecto del militar en cuestión, principalmente en cuanto a su continuidad en las filas de la institución.
En ese sentido, el ministro secretario general de Gobierno respondió con un tajante «no» cuando fue consultado sobre si lo que opinó Viera Gallo podía interpretarse como una posición oficial de La Moneda sobre este tema.
Los cuestionamientos a Santelices surgieron luego de que se hiciera pública una declaración judicial en la que reconoció que, hace 34 años, tuvo la responsabilidad de trasladar a un grupo de militantes de izquierda en camiones militares hasta una zona desértica al interior de Antofagasta y de formarlos frente a los focos de los vehículos militares.
Ello para que, acto seguido, los uniformados que conformaban la comitiva al mando del general Sergio Arellano Stark procediera a ejecutarlos. Posteriormente, Santelices cumplió la orden de levantar los cadáveres y de llevarlos en los mismos camiones hasta la morgue local.
