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FMI alerta que crisis financiera mundial podría cobrar nuevas víctimas

Jefe de temas financieros del organismo estimó que bancos centrales de Europa y EE.UU. deben seguir poniendo créditos a disposición de las entidades bancarias.


Las empresas aseguradoras de bonos podrían ser las siguientes víctimas de la crisis financiera internacional, lo que empeoraría la delicada situación de la banca mundial, dijo Jaime Caruana, jefe de temas financieros del Fondo Monetario Internacional (FMI).



Desde su despacho en el sexto piso del edificio que alberga el FMI, Caruana no sólo vislumbra las más hondas arrugas de preocupación de los directivos de los principales bancos estadounidenses y europeos, sino que teme que se profundicen.



La razón es que los problemas que prevé tienen el potencial de dar otra sacudida a las bolsas del mundo, incluidas las latinoamericanas.



Como si el clima de «incertidumbre», de «falta de confianza» y en el que los mercados interbancarios «no están funcionando de manera normal» no fuera suficiente, ahora ha saltado la liebre de las aseguradoras de bonos, conocidas en inglés como «monolines».



Aunque puede sonar a tema arcano, en realidad estas entidades son un pilar fundamental del mercado, al garantizar el valor de bonos por más de 2.000 millones de dólares.



Ahora se ven amenazadas por la gangrena que se inició en el 2007 con el salto de la morosidad en las hipotecas de mayor riesgo de Estados Unidos y se extendió paulatinamente a otros créditos inmobiliarios y a los bancos que habían invertido en ellos.



Problemas importantes en las «monolines» repercutirían en todo Estados Unidos, pues la parte más importante de su cartera, según destacó Caruana, son los bonos municipales, que financian la construcción de carreteras, hospitales y escuelas.



Sus tribulaciones vienen de que, como muchos otros agentes del mercado, las aseguradoras no calcularon correctamente el riesgo que entrañaban los papeles vinculados a títulos hipotecarios.



«Ellos están garantizando un determinado ‘rating’ a todos estos valores; en la medida en la que la propia entidad aseguradora sufra una rebaja del ‘rating’, supone una rebaja del ‘rating’ de todos estos productos», explicó Caruana, que de 2000 a 2006 fue gobernador del Banco de España.



La bajada de la calidad crediticia acarrearía una pérdida de valor para los bancos que poseen esos valores.



Tres «monolines», Ambac, SCA y Financial Guaranty Insurance, ya han sufrido la rebaja del sello de calidad, mientras que uno más, ACA Capital Holdings, está al borde de la bancarrota. El temor es que la necrosis se generalice.



«Sería una presión adicional significativa» sobre la banca, dijo Caruana, quien indicó que algunas instituciones financieras ya separan fondos para el caso de que esto suceda.



La agencia reguladora de seguros de Nueva York ha reconocido el potencial impacto y aparentemente intenta convencer a los bancos para aportar entre 10.000 y 15.000 millones de dólares para adquirir los seguros más tóxicos.



La duda sobre las «monolines» ha agravado la falta de confianza entre los agentes del mercado y pese a los anuncios casi diarios de reducciones de valor multimillonarias «todavía hay incertidumbre en torno a las pérdidas que pueda haber en determinadas instituciones financieras», dijo Caruana.



«Nosotros hacemos una llamada a que se dé información sobre las posiciones, las posibles pérdidas y cómo se calculan», lo que añadiría «certidumbre» y reduciría la volatilidad bursátil, afirmó el directivo del Fondo.



Sin embargo, para las entidades financieras es difícil reconocer la enfermedad y permitir la amputación.



Mientras, el mercado interbancario, en el que los bancos se prestan unos a otros a corto plazo, «no está funcionando de manera normal», afirmó Caruana.



Lo demuestra el que las tasas de interés de los créditos a tres meses sigan por encima de lo habitual, dijo.



«Existe un menor deseo de una institución financiera a prestar a otra institución a plazos medianos o largos», dijo Caruana.



«La principal explicación es la falta de confianza, falta de información o incertidumbre en cuanto a las necesidades que el propio banco va a tener o a las necesidades o pérdidas que la otra institución va a tener», explicó.



Por ello, Caruana dijo que los bancos centrales de Europa y EE.UU. deben seguir poniendo créditos a disposición de las entidades financieras.



«Es una función muy importante en estos momentos para la estabilidad financiera», señaló.



EFE

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