Mediante una declaración, el titular de Defensa, José Goñi, expresó el compromiso del Ejecutivo «con los derechos humanos y la plena colaboración con los requerimientos de los Tribunales de Justica, así como reafirma la vigencia de la presunción de inocencia dentro de nuestro ordenamiento jurídico».
El Gobierno, a través del Ministerio de Defensa, expresó este lunes su satisfacción por la renuncia al Ejército del general Gonzalo Santelices, luego que fuera vinculado a los delitos cometidos en 1973 por la denominada Caravana de la Muerte en su paso por Antofagasta.
Así quedó de manifiesto en una breve declaración del titular de la cartera, José Goñi, y en la que destaca que la rama castrense, por el hecho de ser una «institución fudamental de la República», no debe pesar sobre ella cuestionamiento alguno a su legitimidad, reafirmando al mismo tiempo la «presunción de inocencia» de Santelices en el caso al cual fue vinculado judicialmente.
«El Gobierno expresa su satisfacción por la forma en que el Alto mando del Ejército ha resuelto el día de hoy la situación del general Gonzalo Santelices», sostuvo, agregando que el Ejecutivo «reitera su compromiso con los derechos humanos y la plena colaboración con los requerimientos de los Tribunales de Juistica, así como reafirma la vigencia de la presunción de inocencia dentro de nuestro ordenamiento jurídico».
Finalmente, sostiene que «el Ejército es una de las instituciones fundamentales de la República sobre la cual no deben existir cuestionamientos que dañen su legitimidad frente a la ciudadanía y su condición de patrimonio la servicio de todos los chilenos dentro de un estado democrático».
Luego de dar lectura a la declaración, Goñi rehusó ahondar en el tema, limitándose sólo a señalar que La Moneda, cuando se aprobó el ascenso de Santelices, no estaba en conocimiento de los hechos en que este último, siendo un joven oficial, estuvo a cargo de transportar en camiones a varios detenidos para que fueran ejecutados por la comitiva militar que hace 34 años encabezaba el general Sergio Arellano Stark.
Según relató el renunciado general en una declaración judicial, también fue el responsable, momentos después, de cargar los cadáveres en los mismos vehículos para transportarlos hasta la morgue local.
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