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Casa Blanca admite ralentización de economía, pero descarta recesión

Consejo de Asesores Económicos de Bush, en su informe anual, pronosticó que el crecimiento al cuarto trimestre de 2008 el crecimiento anual será de 2,7%.


La Casa Blanca reconoció este lunes en su principal informe económico del año que Estados Unidos pasa por una ralentización, pero mantuvo altas previsiones de crecimiento en comparación con otros pronósticos.



El Consejo de Asesores Económicos del presidente George W. Bush, que divulgó hoy su informe anual, pronosticó que el crecimiento desde el cuarto trimestre de 2007 al cuarto trimestre de 2008 será del 2,7 por ciento, la misma cifra que en ese período del año anterior.



No obstante, sus cálculos están basados en los datos conocidos hasta el 15 de noviembre del año pasado y desde entonces una serie de indicadores económicos han elevado el peligro de que Estados Unidos caiga en una recesión.



En el último trimestre de 2007, el Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos aumentó sólo un 0,6 por ciento, una cifra muy inferior a que la que esperaban los analistas.



Las predicciones de la Casa Blanca superan ampliamente las realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en enero pronosticó que el crecimiento del cuarto trimestre de 2007 al cuarto trimestre del 2008 alcanzará sólo el 0,8 por ciento en Estados Unidos.



Bush puso al mal tiempo buena cara en una ceremonia en el Despacho Oval de la Casa Blanca en la que recibió el informe de manos del presidente del Consejo de Asesores Económicos, Edward Lazear, y lo firmó para su envío formal al Congreso.



El presidente reiteró que «la economía tiene unas bases estructurales sólidas a largo plazo, pero lidiamos con incertidumbres a corto plazo».



El documento afirma que la fase de crecimiento menor que lo normal que comenzó en 2007 «probablemente continúe en 2008».



En cambio, en los mercados no existe la duda y la visión generalizada es una primera mitad del año muy débil, en la cual la economía de estadounidense podría registrar una contracción, y un repunte en la segunda mitad.



Esta recuperación se deberá, en parte, al plan de estímulo fiscal por valor de 168.000 millones de dólares aprobado la semana pasada por el Congreso, gracias al cual recibirán cheques del Gobierno la mayoría de los estadounidenses a partir de mayo y las empresas tendrán incentivos tributarios para invertir.



Está previsto que Bush firme el miércoles la ley que pone en vigor dicho paquete, y el presidente señaló hoy que el mismo «va a ayudar a afrontar la incertidumbre en la economía», así como que el dinero «irá directamente a los trabajadores y familias estadounidenses».



El informe, por su parte, consideró que el plan será un «seguro frente a los riesgos a corto plazo de una ralentización económica más amplia», pues impulsará el consumo, la inversión y la creación de empleo.



El documento prevé que tras la debilidad de este año el ritmo de incremento del PIB se recupere en Estados Unidos y alcance un tres por ciento en 2009 y 2010.



Al mismo tiempo, el desempleo ascenderá al 4,9 por ciento de la población activa este año y en 2009, para bajar una décima en los siguientes cuatro años.



Según el documento, la economía estadounidense pasa por un período de ajuste, en el cual baja la inversión en el sector inmobiliario, al tiempo que se elevan las exportaciones y la inversión en otros sectores.



De hecho, la crisis de la vivienda restó un punto porcentual al crecimiento del país el año pasado, según los cálculos de los asesores presidenciales.



A medio plazo, la economía estadounidense bajará su marcha, en opinión de los asesores de Bush.



El crecimiento potencial del país -la tasa alcanzada cuando sus recursos están en uso y la inflación es estable- disminuirá en los próximos cinco años por una caída de la productividad, hasta una cifra «cercana» al tres por ciento.



Además, la entrada en la edad de jubilación de las personas nacidas durante el «boom» de población ocurrido justo después de la Segunda Guerra Mundial reducirá la fuerza laboral, auguró.



A ese grupo pertenece Bush, que en un año se quedará sin trabajo, aunque no se sabe si buscará otro.



EFE

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