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Mapuches urbanos se preparan para las elecciones municipales

A diferencia de hace un par de años, en que sus aspiraciones giraban principalmente en torno a ganar espacios culturales y sociales, la carta que se juegan las organizaciones de mapuches en la capital tomó un giro: la representación política sería la llave para formar parte de las decisiones que los involucran.


El llamado conflicto mapuche no sólo tiene como escenario el sur de Chile. En la Región Metropolitana, los cerca de 182 mil miembros de dicha etnia -Censo 2002- forman una comunidad que crece, se organiza y tiene sus propias demandas.



Actualmente existan más de 100 organizaciones mapuches que se encuentran registradas en la Región Metropolitana (RM), sin contar aquellas que existen sólo "de hecho" y que, según fuentes de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), sumarían unas 30 más.



Según los integrantes de estas organizaciones, un objetivo que ha cobrado fuerza es la necesidad de integrarse en la vida política con voz y voto "real".



A diferencia de hace unos años, cuando las demandas centrales giraban en torno a reivindicaciones culturales y sociales, hoy los mapuches citadinos quieren tener representantes donde se deciden las cosas: el Poder Legislativo y Ejecutivo.



Como primer paso, aspiran a presentar candidatos a concejales en las municipales de octubre próximo. Y si bien hay diversas visiones, que van desde presentar candidatos netamente indígenas a otras que apuestan a contar con el respaldo de un partido, el efecto que persiguen es el mismo: posicionarse políticamente para ser parte en las decisiones que les atañen y no meros espectadores de los acuerdos que se generan con respecto a ellos.



Mauricio LLaitul, secretario de la asociación Tripay Antu (Amanecer) de Maipú, asegura que "políticamente el pueblo indígena debe ser capaz de posicionarse porque será la forma en que irá ganando fuerza". Y explica que el objetivo de la colectividad que integra es presentar un concejal inserto dentro del Partido Socialista (PS).



Pero no ha sido fácil, ya que se han encontrado con una serie de trabas desde el interior de la colectividad. Aunque aclara que si finalmente no consiguen postular como parte del PS, lo harán en forma independiente.



Distinta es la idea de José Llancapán, consejero nacional de la Conadi y líder de la consejería indígena urbana, que agrupa a unas 40 organizaciones sólo en la RM, que se reúnen regularmente a "informarse" y actualizar sus peticiones.



Para el vocero, el objetivo es presentar concejales en varias comunas, entre las que se cuentan Cerro Navia, La Pintana y Peñalolén, e incluso alguno en la Región de Valparaíso, pero no bajo el alero de un partido político.



"El giro que está dando la causa mapuche es político, pero no a través de partidos, sino como representantes indígenas", explica Llancapán, que agrega que la próxima semana tendrán claridad acerca de la concreción de esta apuesta.



Y añade que lo que queda por zanjar es que la dirigencia apoye los potenciales candidatos, a lo que se suma que "con la muerte de Catrileo y la huelga de hambre de la Chepa, salimos un poco de lo que estábamos haciendo. Y a pesar de la importancia que tiene, no es el único tema que debe preocuparnos, por lo que no nos puede tocar 100% la agenda: hay que ver más allá del tema coyuntural y tomar en cuenta que estamos en un momento bastante complicado".



Militarización urbana



Otro de los puntos que preocupa a los mapuches "urbanos" es la militarización de la ciudad, ya que, según explica Llaitul, este problema no existe sólo en el sur del país, sino que también se vive en la capital.



El dirigente señala que la forma en que las fuerzas policiales se comportaron durante las manifestaciones realizadas en Santiago por el caso de Patricia Troncoso y Matías Catrileo, sellan esta línea. Y relata que vivió en carne propia un arresto por defender a dos "ñañas" (ancianas) que "casi se estaban ahogando con los gases lacrimógenos" y que incluso fue perseguido, junto a otras ocho personas, por 10 carabineros de civil con "pistola en mano",sólo por estar cantando y tocando instrumentos en el centro.



"Cuando queremos manifestarnos, la represión es inmensa e incluso desproporcionada. Los medios no muestran la forma en que se reprime acá en la ciudad", aclara.



El retorno a sus tierra



Meli Weichán, perteneciente a la asociación de mujeres indígena Trepein Pu Lamgen (Despertamos hermanos) de Peñalolén, emigró hace 30 años desde San Juan de la Costa en la Región de Los Lagos. Pero a pesar de que lleva la mayor parte de su vida en Santiago, no se acostumbra. Y asegura que son muchos los que viven esa realidad.



Por eso, explica que uno de los temas que ha cobrado fuerza es el retorno a sus tierras, por lo que "demandamos tierras, porque muchos no nos sentimos bien en la ciudad. Todos vivimos en poblaciones periféricas donde hay violencia por el tema de las drogas y el alcohol, que es permanente. Por lo que demandamos una instancia que nos permita volver".



A esto se suma que no cuentan con espacios propios, ya que "existen muchas iglesias católicas, evangélicas, pero ningún sitio ceremonial o un lugar donde sentirnos cómodos". Por ello, rechaza seguir postulando a "proyectitos" que a la larga no solucionan nada y considera que es necesario crear casas de acogida y centros de desarrollo cultural indígena.



Por otro lado, señala que el training de trabajo actual no permite a la mujer cumplir con el rol de trasmisora de la cultura, por lo que "los niños casi crecen solos y pierden contacto con su idioma y sus costumbre". Por eso un tema fundamental para su organización, es la instalación de jardines infantiles étnicos, propuesta que se le entregó a la Presidenta Michelle Bachelet y que ha avanzado "un poco" con la instalación de un par de estos centros.

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