El mandatario brasileño, acompañado de una comitiva que incluye a ministros y su hijo mayor, se trasladará primero a la base Frei de la FACH y luego a las instalaciones científicas de su país en el continente blanco.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó este jueves hacia Puerto Arenas, desde donde el sábado partirá hacia la Antártica con la intención de lanzar un mensaje en favor de la preservación del planeta.
Lula viajó acompañado por una comitiva de unas 20 personas que incluye a su esposa, Marisa Leticia, su hijo mayor, Fabio Luiz Lula da Silva, que es biólogo, y los ministros de Defensa, Nelson Jobim, y Ciencia y Tecnología, Sergio Machado Rezende, así como al titular de la Secretaría de Comunicación, Franklin Martins.
El presidente tiene previsto dormir en Puerto Arenas y trasladarse el sábado a la base chilena Presidente Eduardo Frei, una de las mayores que existen en la Antártica.
Desde allí se desplazará en helicóptero al buque oceanográfico Ary Rongel, que pertenece a la Armada brasileña, desde donde seguirá hacia la Estación Antártica Comandante Ferraz, plataforma científica de Brasil situada en la isla Rey Jorge.
Allí conocerá el trabajo científico que realizan militares y especialistas brasileños y, según fuentes oficiales, se sumará a los numerosos llamamientos en favor de la defensa del medio ambiente.
En la base Comandante Ferraz, emplazada hace 25 años, actualmente se desarrollan 19 investigaciones científicas, todas vinculadas al medio ambiente.
Entre ellas, figuran una centrada en el estudio de la capa de ozono y la absorción de ese gas por los océanos, y otras relativas a la reducción del número de microscópicos moluscos que sirven de alimento a focas, ballenas y pingüinos.
Según el portavoz presidencial, Marcelo Baumbach, el viaje se enmarca en las actividades del «Año Polar Internacional 2007-2008», que es promovido por la Organización Meteorológica Internacional y con el que se pretende potenciar la observación de los fenómenos climatológicos en las masas polares del planeta.
También coincidirá con un nuevo aniversario del Protocolo de Kioto, en vigor desde el 16 de febrero de 2005.
Baumbach definió la visita de Lula a la Antártida como «un gesto simbólico y político» y también como un espaldarazo a la tarea que los científicos brasileños desarrollan «en condiciones absolutamente desafiantes».
El portavoz dijo que Lula viaja preparado para «soportar todas las inclemencias del tiempo» y garantizó que se han adoptado las medidas necesarias para impedir que se repita lo sucedido hace un mes con legisladores brasileños que hicieron una visita similar.
El grupo de parlamentarios hizo una viaje que debía durar dos días, pero pasó más de una semana en la base chilena Presidente Eduardo Frei porque intensas nevadas no permitían aterrizar al avión que les llevaría de regreso.
Según Baumbach, existen diversos «planes de contingencia» para el caso en que ocurra algo así y apuntó que «está incluso prevista la posibilidad de que el Presidente deba pernoctar en algún lugar diferente» a que lo dice el programa oficial.
«Dado el clima especialmente riguroso de la Antártida, todas las etapas del programa de viaje estarán sujetas a confirmación, en función de las condiciones meteorológicas», indicó.
Lula será el segundo jefe de Estado brasileño en visitar la base que el país tiene en la Antártida. Hasta ahora, sólo había llegado hasta esa remota estación científica el presidente Fernando Collor de Mello, en 1991.
EFE
