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Siete empresas extranjeras compiten para fabricar satélite chileno

El proceso comenzó en abril del año pasado, cuando se enviaron a 25 empresas aeroespaciales del mundo las bases de la licitación para la construcción del satélite, cuyo objetivo es estudiar los recursos naturales y comportamiento de los océanos, las nieves, ríos y bosques con una periodicidad de dos a tres días.


Siete empresas de diversos países presentaron proyectos para la construcción de un satélite para el Ministerio chileno de Defensa, informa este domingo el diario El Mercurio.



Los proyectos provienen de empresas de Francia, Canadá, India, Corea del Sur y Rusia, dijeron al diario fuentes vinculadas al tema, que añadieron que otras dos firmas, una de Alemania y otra de Ucrania, que también habían sido seleccionadas en la calificación previa, finalmente no se presentaron.



El proceso comenzó en abril del año pasado, cuando se enviaron a 25 empresas aeroespaciales del mundo las bases de la licitación para la construcción del satélite, cuyo objetivo es estudiar los recursos naturales y comportamiento de los océanos, las nieves, ríos y bosques con una periodicidad de dos a tres días.



El Gobierno chileno busca, además de contar con un satélite de una vida útil mínima de cinco años, acceder a la tecnología de construcción, que permita integrar a la industria, universidades y comunidad científica chilena a este proceso.



La licitación fue convocada por el gobierno de Michelle Bachelet tras anular un proyecto denominado Sistema Satelital para la Observación de la Tierra (SSOT), que anteriormente había sido adjudicado de forma directa a la empresa francesa EADS, debido a reparos surgidos en la Cámara de Diputados.



El proyecto es un nuevo esfuerzo de Chile por disponer de tecnología propia en materia espacial, después de dos experiencias, que tuvieron dispares resultados, desarrollados por la Fuerza Aérea en los años 90.



El primer satélite, llamado «Fasat Alfa», fue lanzado en agosto de 1995, pero no se separó del cohete ruso que lo transportó y se perdió para siempre en el espacio.



Tres años después, fue lanzado con éxito el «Fasat Bravo», que según las autoridades, cumplió con las misiones asignadas.



El pasado enero, el Ministerio de Defensa informó que el proyecto apunta a la modernización de la Agencia Chilena del Espacio, con el objeto de contar con información autónoma de precisión para la Agricultura, Pesca, Minería, Obras Públicas, Medio Ambiente y otros sectores productivos y de Servicios.



La idea es que la agencia, con capacidades ejecutivas y de coordinación sectorial de carácter civil, sea la responsable de gestionar en el futuro todos los temas vinculados al uso del espacio, promover y coordinar la demanda de servicios satelitales y encargase de las adquisiciones espaciales.



Según fuentes del Ministerio, el valor del nuevo satélite será de unos 70 millones de dólares, aunque el precio definitivo sólo se conocerá en la negociación con el proveedor que resulte seleccionado.



La política espacial incluye además la investigación científica y la vigilancia del territorio chileno, tanto en lo que respecta a la protección de los recursos, especialmente los marinos en la denominada Zona Económica Exclusiva, como en el control de los tráficos fronterizos.



Asimismo, y al igual que hacen otros países, el nuevo satélite cumplirá funciones relacionadas con la optimización de los mecanismos de prevención y mitigación de catástrofes y desastres naturales, señaló el Ministerio.



EFE

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