Mientras Hernán Larraín insiste en que el tema debe quedar en manos de la justicia, por debajo se comenta que esto habría sido imposible en los tiempos en que el ex alcalde era la figura del partido. Pero también se habla de que la edil de Huechuraba sólo confirma un patrón de comportamiento poco reflexivo, en que asesores la han convencido hasta de que podría ser Presidenta de Chile.
Múltiples interpretaciones se le ha dado en la UDI al hecho de que la alcaldesa de Huechuraba, Carolina Plaza, haya optado por hacer pública la denuncia por "faltas a la probidad" en contra del yerno de Joaquín Lavín, Isaac Givovich. Incluso, algunos no descartan que la blonda alcaldesa esté aprovechándose de la pérdida de popularidad del ex abanderado gremialista para concretar una movida que hubiera sido imposible en otros tiempos.
La disputa entre Plaza y Givovich tiene su origen en que, según la alcaldesa, el yerno de Lavín -casado con su hija Asunción-, quien hasta enero trabajaba en la Municipalidad de Huechuraba, favoreció en una licitación a una empresa a la cual se integró luego de abandonar el municipio en enero pasado. Givovich, por su parte, retrucó acusando a la edil de irregularidades.
La situación generada en la UDI "es bastante incómoda", según admiten fuentes del partido. Plaza es una de las buenas cartas del gremialismo con miras a mejorar la votación de la Alianza en las municipales de octubre -en la anterior sacó un 57,15 por ciento-, y el presidente de la tienda, Hernán Larraín, ya aseguró que ella irá a la reelección.
«Hipnotismo político»
Pero por otro lado está el hecho de que no son pocos los que quedaron "desconcertados" con la reacción de la edil. Una lectura que se hace en el entorno de Lavín es que lo sucedido puede ser el efecto de un proceso de "hipnotismo político", al que la habría llevado su círculo más próximo.
La explicación es que los asesores de Plaza, como Iñaki Busto, "la han convencido de que está pintada para Presidenta de Chile" y ella "siente que eso es posible dada su popularidad en Huechuraba, por lo que aprovecha que Joaquín ya no es la figura presidencial de la UDI, y que siendo así ya no tiene que proteger su imagen pública".
En lo que la mayoría del gremialismo coincide es en que lo sucedido es "una cosa de carácter". Con lo que apuntan al hecho de que la alcaldesa es conocida como una persona que se deja llevar por sus instintos, sin razonar mucho sobre las consecuencias de sus acciones.
Sin ir más lejos, una fuente cercana a Lavín recordó el episodio protagonizado por Carola Plaza el 9 de enero pasado en La Moneda. Ese día fue a entregar su apoyo al vocero de Gobierno, Francisco Vidal, que el día anterior había sido interpelado por la derecha en el Congreso. En esa oportunidad recalcó que "como alcaldesa y sobrina de Vidal, cuando ayer vi la interpelación en la Cámara de Diputados me dio mucha ira, porque un caso es el rol político de las instituciones y otra cosa es la situación personal de los servidores públicos".
Exigencia ética
Mientras tanto, la postura oficial del partido es que es la justicia la llamada a definir si hay delito o no. El timonel de la tienda subrayó que "por una situación de parentesco o vinculación, no podemos estar imputando a Joaquín Lavín alguna conducta por algo que puede haber hecho su yerno. Me parece bastante delicada esa conexión".
Acto seguido llamó a esperar la resolución y "dejemos a los tribunales trabajar tranquilos. No nos corresponde a nosotros prejuzgar ni presumir culpabilidades. Al contrario, se presume la inocencia".
La senadora Evelyn Matthei fue más drástica en sus apreciaciones. A su juicio, "como principio, aquí no importa quiénes puedan, eventualmente, estar involucrados. Igual hay que hacer una investigación a fondo y darle todas las garantías a la ciudadanía de que se va a actuar con total y absoluta transparencia y con una exigencia ética que es la que nosotros le venimos reclamando a la Concertación".
