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Lagos notifica que no se someterá a mecanismo democrático

Sometida a una encrucijada queda la Concertación tras el rayado de cancha del ex presidente. Para llevarlo a él de candidato, la coalición debería optar por una decisión cupular, que la friccionaría internamente y que sería más compleja de explicar a la opinión pública, dada la tradición instaurada por el propio conglomerado. Las reacciones no se hicieron esperar.


Fuerte y claro. Así salió Lagos a explicar que -dada una "definición muy personal que tengo del cargo del ex Presidente"-, no irá a primarias dentro del sector. Una decisión que choca frontalmente con el sentido común imperante entre la mayoría de los dirigentes oficialistas, para quienes la formalidad del mecanismo les permite administrar de manera más controlada la desgastante lucha interna que implica una definición de este tipo.



Por eso, el vocero del oficialismo y Presidente del PRSD, el senador José Antonio Gómez, dejó claro que "su posición es respetable, pero no significa que la Concertación lo apoye".



Algunos socialistas recuerdan que, mal que mal, las primarias son el mecanismo por el que el propio Lagos fue ungido como candidato de la Concertación en 1999 ante el DC Andrés Zaldívar, y donde perdió, en 1993, cuando se midió con el actual senador Eduardo Frei.



"Esa ha sido la forma en que se han electo los candidatos presidenciales del oficialismo y no tendría por qué cambiar", señalan fuentes del PS. En off, otros van más allá y agregan que los dichos de Lagos no aportan precisamente a la unidad del oficialismo.



En el socialismo no están muy felices con lo expresado por el ex mandatario. Incluso, hay una expresión usada por Lagos en la entrevista que concedió a un medio de Punta Arenas, que causó algo de escozor: "¿un presidente de Chile va a poner su nombre al servicio de una tribu particular para participar en una primaria?".



Capacidad versus humildad

Para el secretario general del PPD, Pepe Auth, "esto significa que el PS no cuenta con él para una disputa interna en una convención de primarias".
Y en la colectividad fuentes cercanas a la actual directiva replican que "el PS no está dispuesto a someterse a una familia, ni ha lo dicho por una oligarquía".



«Me parece extremadamente normal que un ex presidente no quiera competir para volver al ruedo. Quizá la manera de decirlo es arrogante pero a Lagos lo conocemos. O lo llaman o no lo llaman, pero él no va a andar corriendo detrás de los partidos para asumir una candidatura», añade Auth.



El punto no es menor para el senador PS Alejandro Navarro, quien ayer señaló que "estamos en un punto de quiebre donde o de verdad reciclamos y recuperamos el espíritu fundacional de la Concertación, que se sustentaba en su diversidad y pluralidad, para ofrecer un gobierno de cambios efectivos y de profundización democrática real, o perderemos parte importante de nuestra base de apoyo que ya no quiere más de lo mismo, que siente que la actual situación es de desgaste, de falta de debate y de propuestas de futuro. En ese escenario la Concertación no puede renunciar a las primarias, porque querer reemplazar a la ciudadanía es renunciar a su espíritu original».



El parlamentario, conocido por su distancia del establishment concertacionista, añadió que "el problema de Lagos no es su capacidad, es su falta de humildad".
El legislador recordó que "fue el mismo Lagos, cuando asumió la presidencia, desde los balcones de La Moneda, el que dijo que había que escuchar al pueblo. Las primarias se tratan de lo mismo".
En la DC, en cambio, prefirieron no hacer mayores comentarios, pues aceptar la tesis de Lagos significa resignarse nuevamente a que sean sus socios los que encabecen un quinto gobierno de la Concertación. La opinión mayoritaria en la colectividad de la flecha roja es que ellos deben llegar, por el costo que han pagado en mantener la disciplina con el Gobierno al expulsar a Adolfo Zaldívar, al menos a la primera vuelta con un abanderado que resguarde su capital electoral.



Más compleja es la situación ahora para la candidatura del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, apoyada por la actual mesa directiva del PS, que debe enfrentar complejas elecciones internas en abril. Insulza está ante la disyuntiva de recoger el guante y decidir si se tira de una vez por todas a la piscina -sabiendo que Lagos no le competirá-, o si bien acepta que su ex jefe se lleve la nominación por secretaría.

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