El timonel del PS también justificó el giro religioso de la cuestionada secretaria de Estado frente a la situación que se le viene en el Senado. «No podría existir política sin espíritu», dijo.
El presidente del Partido Socialista, senador Camilo Escalona, calificó como "una salvajada" el -a su juicio- intento por eliminar de la vida pública a la suspendida ministra de Educación Yasna Provoste, a través de la acusación constitucional.
El parlamentario dijo que "mañana -martes- es una gran prueba para la Alianza por Chile" y añadió que la cestioanda secretaria de Estado "es la víctima de este instrumento que se está utilizando ahora de la acusación constitucional para eliminar a los adversarios políticos".
Enfatizó que en la Cámara alta se conocerá si la derecha está dispuesta, «por razones políticas de corto plazo, a decretar la muerte cívica por cinco años de la actual ministra Provoste y que la quieren transformar en ex ministra".
"Cinco años sin poder ejercer cargos públicos, ni siquiera poder cumplir con sus funciones de profesora de educación física en un colegio municipal, porque eso entra dentro de la categoría de cargo público y proceder a esa sanción para inhabilitarla, me parece a mí que es llegar a un extremo a los cuales la política no debiese llegar", agregó.
Escalona expresó también que «los adversarios no son para eliminarlos. En democracia los adversarios tienen, necesariamente, que convivir. No se pueden eliminar. Sólo en la guerra se elimina a las personas, a los contendientes de uno y otro lado», y remató: «intentar eliminar de la vida pública a Yasna Provosote por este instrumento de la acusación constitucional a mí me parece simplemente, que es una salvajada, porque se sale del ámbito de la política democrática".
Escalona también justificó el giro religioso de Yasna Provoste para hacer frente a lo que se le viene en el Parlamento. "Todos los actores en política reconocemos que hay una relación entre la razón y el espíritu. La voluntad política no se constituye solamente de hechos objetivos, también se constituye de hechos subjetivos», dijo, sosteniendo que «no podría existir política sin espíritu».
