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Canciller Foxley espera explicaciones de Lima por ingreso de camión militar

Como »algo inaceptable» calificó este martes el Gobierno el ingreso de un camión militar peruano a territorio nacional, registrado el pasado lunes, adelantando que espera una explicación por parte de Perú. Sin embargo, este no es el único incidente de este tipo ya que en 1971 un alférez de artillería peruano al mando 3 camiones Unimog con 24 soldados cada uno, logró llegar hasta la propia ciudad de Arica en medio del asombro de sus habitantes.


El canciller Alejandro Foxley sostuvo que ya hay una investigación en curso sobre el incidente protagonizado por un camión militar peruano que transportaba 20 soldados, traspasó la frontera y cuando el coronel a cargo se dio cuenta del hecho, prefirió avisar a las autoridades locales y regresar a su país por un paso fronterizo legal.



Sobre el tema el secretario de Estado dijo que la situación «no es normal ni tampoco aceptable» y manifestó su esperanza de que el Gobierno de Lima «dé una explicación razonable de lo que ocurrió».



«Nosotros estamos haciendo una investigación, a partir del gobierno regional y la Cancillería, y esperamos que la parte peruana haga lo mismo (…), porque no es normal que este tipo de situaciones ocurran ni tampoco son aceptables, así es que esperamos una explicación pronto», manifestó Foxley.



Asimismo se informó que el propio jefe de la III Brigada del Ejército peruano, general Gastón Farach, estuvo este martes en la ciudad de Arica, donde se excusó personalmente con el general Sergio Béjares, comandante de la I Brigada acorazada del Ejército chileno.



«Nos han pedido disculpas por el incidente y han dado explicaciones con detalle de por qué ocurrieron los hechos», señaló Béjares al vespertino La Segunda, precisando que "fue un error humano y han dado explicaciones desde el punto de vista militar».



El camión militar junto a los soldados penetró el lunes más de dos kilómetros en territorio chileno, tras el término de unas maniobras en suelo peruano, a la altura del hito 19 de la línea fronteriza de la Concordia, en quebrada «Gallinazos».



Según explicó el propio oficial peruano, Alan Torrico, a los encargados del puesto aduanero de Chacalluta, el camión se habría entrampado en la arena, en una zona cercana al límite y ante la imposibilidad de regresar, se vio «obligado a ingresar» a Chile.



El camión militar siguió una huella que sortea campos minados hasta alcanzar la carretera Panamericana, unos dos kilómetros al sur de Chacalluta.



Por esa misma vía, el chófer enfiló hacia el norte, hasta alcanzar el complejo fronterizo, donde el oficial se presentó ante las autoridades de Aduanas y Carabineros.



Tras las explicaciones del oficial peruano, los funcionarios fronterizos le permitieron cruzar el paso de regreso a Perú sin consultar previamente a sus superiores.



Dicha situación dio lugar a una reunión de emergencia, y para esclarecer el hecho, las autoridades instruyeron una investigación sumaria en Carabineros y el Servicio de Aduanas.



La autoridad provincial de la ciudad de Arica expresó que el Ejército peruano se disculpó ante sus pares por el insólito suceso, atribuyéndolo a un hecho fortuito.



1971: Alférez peruano "capturó" Arica



Corría el 15 de enero de 1971, con ocasión de la incorporación de los oficiales recién graduados, se procedió -en la Guarnición de Tacna- al tradicional "bautizo", consistente en que pasaran cada uno de los 14 obstáculos de la Pista de Combate con el respectivo trago de licor en medio de cánticos y bromas de los oficiales antiguos. Dentro de esas bromas se plantean diversos "retos" que cada "bautizado" debía ir ejecutándolos ante el "jurado" constituido por sus capitanes.



En esa oportunidad a un capitán se le ocurrió inventar un "ceremonial de izamiento", para lo cual escogió al oficial que a su criterio era el más idóneo: El alférez de artillería Juan Apéstegui Márquez, a quien en forma seria le indicó que no bebiera demasiado, pues "había un ceremonial de izamiento de la bandera en el Morro de Arica, a las 8AM del día siguiente, al que había sido comisionado". Igualmente, los demás integrantes del jurado le dijeron que era "una ceremonia que se repetía cada año".



Sin embargo, nadie contaba con que el alférez Apéstegui tomara en serio la orden del "jurado", y temprano se retiró para dirigirse a la cuadra de tropa y dictar las disposiciones del caso: Preparación de 3 camiones Unimog con 24 soldados cada uno y la respectiva escolta para el abanderado.



La reunión continuó hasta la madrugada. Y mientras los "finalistas" aún celebraban y el resto descansaba en sus alojamientos, el alférez embarcaba a su tropa y los camiones encendían motores. Contra todo pronóstico, los camiones, a las 5:45 de la mañana del domingo 16 de Enero de 1971, traspasaron la Guardia del Cuartel Gregorio Albarracín dirigiéndose al paso peruano de Frontera de Santa Rosa, al tiempo que el oficial de guardia, ya avisado por los centinelas, inmediatamente alertó al jefe de Cuartel.



En vista de ello se llamó por radio al Puesto Fronterizo para que detuvieran al convoy, sin embargo éste lo había traspasado hacía escasos minutos. El Jefe del Puesto Policial de Frontera, sólo comunicó que en esos precisos instantes "podía observar que el Puesto Fronterizo Chileno de Chacalluta levantaba la tranquera al convoy peruano".



Como consta en las investigaciones posteriores, el alférez indicó al jefe de Carabineros del puesto chileno, que "tenía la orden de izar Bandera para el ceremonial en Arica". El oficial de la policía uniformada, asumiendo que se trataba de un ceremonial coordinado entre los respectivos altos mandos, lo dejo pasar.



Al llegar a Arica, sucedió que ninguno de los choferes conocía la ciudad. Ante tal percance, deambularon por las calles hasta que encontraron a un carabinero, a quien inquirieron sobre la ruta a la cima del Morro. El policíales dijo que los guiaría al Cuartel "Rancagua" pues de ahí "salían las tropas para las ceremonias".



Una vez frente al Cuartel Chileno, el carabinero se despidió, y el alférez peruano optó por presentarse a los oficiales locales de servicio, avisándoles del motivo de su presencia, y "que debían apurarse, pues la ceremonia era a las 8 AM". Estos, sorprendidos, optaron por levantar la tranquera para que ingresara el convoy peruano. Según narró Apéstegui, él recién entendió que la situación era irregular puesto que "luego de 20 minutos de espera en que la tropa chilena aprestándose para pasar lista, los observaba con asombro", se apersonó el propio Jefe de la Guarnición de Arica, quien luego de constatar la "presencia militar peruana en pleno Arica", le indicó al Jefe de la Instalación, que "consultaría con Santiago respecto al ceremonial".



Posteriormente se realizaron gestiones diplomáticas que permitieron a los soldados peruanos retornar a su país.

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