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Un lugar llamado Mozambique

El presidente de esa nación africana, Armando Guebuza, visita Chile por estos días. El objetivo es estrechar lazos de amistad y establecer convenios de cooperación. El país, que sufrió una de las más duras y largas guerras civiles del período pos Segunda Guerra Mundial, tiene varias similitudes con el nuestro, particularmente en sectores como la pesca, la minería, la silvicultura y el agro exportador.


Mozambique, rico en recursos naturales y de gran capital humano, es una de las naciones más estables de África, continente con el cual América del Sur mantiene un alto déficit en materia de de cooperación, con las excepciones de Brasil, y tal vez un par de países más.



El Presidente Armando Guebuza de 65 años, es un antiguo militante del FRELIMO, la fuerza política que gobierna desde 1975 en un esquema de coalición abierto. Después de haber ocupado altos cargos en el Gobierno, y constituir una figura clave en las negociaciones por la paz conseguida en 1992, Guebuza triunfó en las elecciones de febrero de 2005 con un 63.7% de la votación.



Mozambique es destacado por el Banco Mundial como uno de los países de perfomance económica más vigorosa en África, con un crecimiento promedio de 8% por ciento entre 1986 y 1996, siendo un foco de atracción para la inversión extranjera. A través de una agresiva estrategia, el número de pobres se redujo en un 15% entre 1997 y 2003, (Banco Mundial 2008), situando a más de tres millones personas fuera de la extrema pobreza.



Todo ha sido el resultado de un esfuerzo de diplomacia y de negociaciones llevado a cabo con mucha sabiduría por el gobierno mozambicano, transformándose en uno de los países con mayor perspectiva en cooperación internacional. Pero antes estuvo la guerra.



Guerra sin CNN



Después de su independencia de Portugal en 1975, el territorio mozambicano entró de inmediato en clave de Guerra Fría. Entonces, Estados Unidos y la Otan, a través del régimen del apartheid en Sudáfrica, intenta desestabilizar al gobierno del Partido Frente de la Liberación de Mozambique (FRELIMO), que había asumido el poder al acabar la administración portuguesa. El país no tuvo paz, desencadenándose una guerra de 17 años a partir de la formación del grupo Resistencia Nacional Mozambicana (RENAMO), financiado por Sudáfrica, la extrema derecha portuguesa, la extrema derecha estadounidense liderada por el recordado Jesse Helms, y por el militarismo de la OTAN. Mozambique se libera cuando la ex URSS, bajo el mando de Leonidas Brezhnev, comenzaba a expandir sus zonas de influencia en África.



La guerra dejó más de un millón de muertos, un 95 por ciento de ellos civiles según la UNICEF, y más de dos millones de desplazados. Las masacres de la RENAMO contra la población inocente, sucedieron a diario cuando no había CNN, convirtiéndose en la guerra con menor visibilidad de todas las que hubo en África en el período post Segunda Guerra.



Chilenos en Mozambique



Ubicado en la costa oriental de África austral, tiene una geografía relativamente similar a la chilena y tanto su población de 16.000.000 (Censo 1997) como su dimensión territorial de cerca de 800.000 kms2, también evocan a Chile.



Tal vez eso, evocar a Chile, es lo que pasó por la mente de cerca del medio millar de chilenos que se instalaron a partir de la independencia a lo largo del país a trabajar en un ámbito de internacionalismo solidario quizás inexistente en la actualidad. Durante un período de más de 20 años, a través del importante influjo de ayuda extranjera, profesionales y técnicos chilenos de un amplio espectro, pudieron insertarse en el país dejando una huella en la salud, la educación, la economía, la agricultura, y por cierto la política. En este esfuerzo internacional, hay que destacar la inmensa generosidad del mozambicano, permitiendo fraguar una experiencia de solidaridad internacional maciza y tal vez inédita en otros lugares con una participación considerable de chilenos.



Por cierto, este intenso proceso de desarrollo está expuesto a una gama de distorsiones y amenazas, especialmente después de una larga guerra. El país no está exento de fenómenos como el tráfico indebido de influencia y corrupción política y económica, panorama también bastante común en América Latina.



Este sostenido crecimiento de Mozambique tiene el desafío de la equidad y los equilibrios de poder político y económico, como también el de enfrentar los desajustes en el plano institucional.

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