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«En teatro y en televisión nadie hace lo que quiere sino lo que puede»

Acaba de estrenar »Todas las fiestas del mañana», su cuarto montaje. una metáfora sobre la exclusión social que tiene escenas de canibalismo. Pero si tuviera que desplegar su currículum sería más conocido como el escritor de »Romané», »Amores de Mercado» y »Los Treinta», entre otras teleseries. También ha escrito novelas, cuentos y tiene una película en etapa de post producción, y aunque tiene suerte de ser reconocido, no se ahorra críticas a la forma cómo se entregan los fondos de fomen


Por Felipe Saleh



En tus obras hay como una especie de coyuntura social de lo chileno envuelta en una metáfora ¿Crees que tienes alguna misión de mostrar o denunciar lo que está pasando?



-No sé si una misión, pero hagai lo que hagai, tenís que tener una observación del lugar donde vivís. No encuentro que sea algo muy especial. Pero se me ha quedado pegado el hecho de que hay que tener una mirada de lo que te rodea.



¿No te da miedo ser muy localista?



-Creo que peco de lo contrario, finalmente toco temas muy cercanos que son como de Chile. Pero hice "Grita", una obra sobre la tortura pero sin usar jamás la palabra "dictadura" o la palabra "Pinochet"



¿Crees que para avanzar deberíamos borrar esas palabras del léxico nacional?



-No lo sé, a mi no me acomoda ocuparlas. Tomo un poco de distancia con eso, a mi no me sale.



¿Qué significa esta fiesta de tu obra, y las dos protagonistas que se autoexcluyen? ¿Es el país al que no todos estamos invitados y por eso vamos juntando rabia?



-En concreto se habla mucho de la gente que no está invitada. Pero nosotros estamos también en la fiesta, que tiene muchas cosas buenas pero es excluyente. Decimos "estamos en la fiesta pero sentimos esto".



El santiaguino ¿cuánto hace por superar la exclusión?



-Estamos súper lejos, independientemente de que todas las políticas públicas deberían ir para allá, el cambio de percepción es un trabajo individual. En la obra hay un personaje que es la María, que siempre se menciona pero no aparece. Ella ha limpiado wáteres en un restaurant caro, pero la gente no la ve, y si se la topa ni siquiera la saluda. Para mucha gente no es un problema que existan los "rotos" sino que "estos rotos nos ataquen o nos vayan a robar". Eso lo decimos en la obra.



A la gente que no te conoce tal vez le costaría entender tu dualidad como dramaturgo sofisticado y guionista de Amores de Mercado, por ejemplo ¿crees contribuido a instalar ciertos temas o arquetipos entre la gente?



-Yo creo que instalar temas sí, un poco. Creo que cuando un tema aparece en la tele, es porque el tema en el resto de la sociedad está súper instalado. Cuando algo aparece en la tele, ya no hay vuelta atrás, significa que la sociedad está lista. Nos ha pasado muchas veces en la tele que decimos "oye este tema", "no, no está maduro todavía"



¿Cómo cuales?



-O sea, creo que la mayoría ya han aparecido. En "17" por ejemplo que era una teleserie juvenil medio oculta por el horario, había un escolar de clase alta que vendía marihuana. Si eso lo pones ahora a las ocho, causa mucho más ruido, pero nosotros lo poníamos porque es evidente, como la sexualidad entre adolescentes.



¿Cómo ves desde fuera "El señor de la Querencia" que instala un modelo chileno medio en extinción: el patrón de fundo agresivo y todo poderoso?



-No me puedo referir mucho porque no la he visto. Pero todos los guionistas queremos hacer nocturnas porque te da una paleta más amplia. Te da más libertad porque es de época y las personas dicen "oh, que mala era la gente en esa época", pero existe una metáfora actual media invisible. En Pampa Ilusión había un viejo enfermo y déspota (Héctor Noguera) que era una metáfora súper poderosa de lo que estábamos viviendo.



¿Qué clase de miradas están agotadas, un poco rancias?



-Me parece que lo que empobrece mucho las miradas, y esto en el contexto de ni más ni menos que una teleserie, es la importación de formatos. Porque finalmente lo que importa es el devenir y no la mirada. Quizás una excepción es "Casado con Hijos", que quedó bien chilena.



Si tuvieras el poder de un ejecutivo de televisión ¿qué cosas tratarías de contar? ¿qué te parece urgente?



-Más que urgente me parece mal que las personas vivan sus vidas en torno al rédito económico que puedan tener. La gente no tiene tiempo porque trabaja todo el día, van a hacer mierda la Patagonia porque se necesita más plata y más energía. Los proyectos artísticos se ven en función de la rentabilidad económica que puedan tener. Esa lógica es súper perversa, sobre todo porque todo se mide a corto plazo. La manera de destrozar los barrios y la ciudad. Hay que sacarle trote a todo rápido.



¿En el mundo del arte es lo mismo?



-Cuando tú postulas al Fondo Audiovisual te dan plata que no tienes que devolver. Sin embargo te piden un plan de negocios y si generas menos lucas de las que recibes, te castigan el proyecto. Y debería ser lógico que las películas comerciales no recibieran fondos porque pueden generarlos. Pero en algunos casos de películas no comerciales deberían ser apoyadas con platas públicas porque es importante que ciertas películas se hagan.



¿En el mundillo del teatro existe un emperador romano que te baje o suba el pulgar?



-Si hay un festival del codazo es entre los pares y no entre los próceres. Un prócer, como Alfredo Castro o Ramón Griffero nunca va a cagar a alguien porque sí. Si yo estoy contigo en veredas opuestas estéticas, yo prefiero tirar para mi lado. No me ha tocado y no lo haría. Pero en los mandos medios y en los jóvenes está el peligro, quizás porque cuando uno es joven es más infantilmente agresivo. Yo tengo la sensación que en teleseries, en literatura, en teatro y en televisión uno no hace lo que quiere sino lo que puede.



¿Y quien hace lo que quiere?



-En Chile yo creo que nadie.

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