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El método Givovich deja sus huellas en el caso Huechuraba

En poco más de tres meses ha trabajado intensamente con sus abogados consiguiendo papeles, operando en los medios y generando una red de informantes para hundir a Carolina Plaza y al resto de los alcaldes vinculados a GMA. Aunque su cruzada no tiene apoyo en la cúpula gremialista, su defensa, manejada por Luis Ortiz Quiroga, quiere dar un golpe comunicacional cuando la Contraloría se pronuncie.


Por Felipe Saleh



Oficialmente Isaac Givovich no ha hablado con los medios. Ayer apareció una carta de dos líneas firmada por él en El Mercurio, contestando la estocada más reciente de Carolina Plaza, que lo acusó frente a Raquel Correa de hackear su mail. El párrafo, aparte de 45 posteos -más en contra que a favor- alcanzó para una nota donde fuentes anónimas aseguraron que "se habrían descartado los elementos presentados por la alcaldesa para demostrar su responsabilidad en supuestos ilícitos". Además, la nota mencionaba la carta de Olidata, que lo exculpa de transgredir la Ley de Probidad mientras trabajaba en la municipalidad, la supuesta falsificación de su firma en la licitación de servicios telefónicos y seguía con las palabras en "on" del concejal PPD -y más probable postulante a alcalde- Sergio Escobar, quien acusó a Carolina Plaza de "faltar a la verdad" en relación a la licitación con Chilectra, que también es investigada.



Aunque el informe de Contraloría -retrasado según fuentes del organismo por ciertas "precisiones" de última hora- sólo incluye las licitaciones vinculadas a la empresa GMA, mezclar todas las aristas que se indagan, tanto en el ministerio Público como en la Contraloría, sirvió para transmitir lo que Givovich está tratando de probar hace más de tres meses: que mientras él trabajó en Huechuraba hubo corrupción y así probar los dichos de Lavín de que en los municipios UDI hay corrupción.



"Se ha transformado en una manera de limpiar su honra personal", dice la concejala Camila Benado (PS), que perdió las esperanzas de recuperar su notebook, robado sin forzar la chapa de su departamento, el jueves de la semana pasada.



Si la guerra de Carolina Plaza ha sido a través de los medios, con apariciones en distintos registros, desde un emotivo llanto en televisión hasta los detalles de su discreta celebración de cumpleaños, pasando por la última acusación de hackeo a su mail, el yerno de Lavín ha evitado aparecer.



Desde las sombras.



Givovich, quién, según cercanos, quedó impactado al ver su foto en la contraportada de The Clinic hace tres semanas, está decidido a lograr que su "verdad" tenga el mismo impacto que sus acusaciones, luego de que el informe de Contraloría lo demuestre. Gran parte de este trabajo lo hacen sus abogados del estudio Puga, Ortiz & CIA, Cristián Muga y Leonardo Battaglia, que dirigen su defensa. Pero el yerno de Lavín, dedicado a concretar la venta del proyecto "classmate" en municipios al sur del país, ha colaborado intensamente rastreando todo tipo de documentos relacionados con GMA y sus diferentes conexiones.



De esta manera, la defensa ha conseguido tejer una red de informantes formada por funcionarios en Huechuraba y Recoleta, y también logró recolectar -mediante distintos procedimientos- los contratos de GMA y uno de sus socios Jaime Jullian, en Viña del Mar. Todos estos antecedentes, más la declaración de Givovich e Ignacio Urzúa, (ex funcionario y amigo de Givovich) habrían logrado "desviar" el foco de atención de la fiscalía Centro- Norte hacia el comportamiento de la consultora en los municipios gremialistas cuestionados de la zona.



"En Huechuraba hay mucha gente que se dio cuenta que la plata se la llevaban unos poquitos y al resto le negaban hasta los uniformes. Por eso muchos funcionarios empezaron a pasar papeles, contratos, boletas" dice el concejal Gabriel Rodríguez (DC).



En poco más de un año dentro de la municipalidad, Givovich logró cercanía con el secretario municipal Carlos Tapia (PS) con quien ha conversado en un par de ocasiones en el último tiempo.

El factor Reyes



Otro bastión que empuja para Givovich es el que encabeza el staff del abogado Jorge Reyes, quien tomó la defensa al principio del caso. Reyes goza de respeto al interior de la Contraloría gracias al trabajo de su padre, con el mismo nombre, y que vio su carrera truncada cuando el ex presidente Ricardo Lagos se decidió por Gustavo Sciolla para encabezar la institución, saltándose la línea de sucesión.



La inmejorable posición de Reyes hace que en el entorno de Givovich estén "tranquilos". Seguros que el informe de la Contraloría es favorable a ellos. Aunque en la UDI nadie ha respaldado esta tesis en público. Longueira dijo que el caso "se ha manejado pésimo". Jovino Novoa reconoció la "situación difícil" de la tienda, pero Hernán Larrain luego de pasar una hora a puertas cerradas con Gonzalo Cornejo y Mario Olavarría, también investigados, y donde habrían amenazado con renunciar, el presidente del partido aseguró que «Han sido, son y serán los candidatos de la UDI que inscribiremos en los próximos comicios, ellos cuentan con todo nuestro respaldo y no tenemos ningún motivo que nos pueda hacer cambiar de opinión".



Givovich, en cambio, no tiene a nadie en el partido para mostrar. Sólo un grupo de diputados (Marcelo Forni, Marcela Cubillos, Gonzalo Uriarte y José Antonio Kast) mostraron una tibia adhesión al decir que se suspendiera a los alcaldes cuestionados cuando comenzó el caso, en marzo.



El yerno de Lavín espera que su suegro salga a defenderlo nuevamente cuando todo se aclare. Sería una buena manera de apagar el fuego con bencina.

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