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El caso de Derechos Humanos que persigue a Arturo Herrera

Un nuevo reportaje sobre el director de Investigaciones y su labor policial en dictadura, volvió a poner en el tapete las supuestas presiones que Herrera habría ejercido para evitar el procesamiento del general de Ejército Miguel Trincado, sindicado como uno de los responsables de la exhumación de 26 cadáveres de ejecutados políticos. Detectives a cargo del caso aseguraron que los presionó para cambiar el informe donde concluían que Trincado tuvo participación en la llamada operación "Retiro de


Una nueva investigación, ahora del sitio web Ciper, sobre el historial del actual director de Investigaciones Arturo Herrera, y facetas desconocidas de su carrera en la institución durante la dictadura como ayudante de los generales directores de Investigaciones Ernesto Baeza y Fernando Paredes, sumó nuevos antecedentes a las acusaciones efectuadas por Hugo Chávez contra el candidato a dirigir Interpol.



El 16 de mayo pasado el presidente venezolano había dicho que "según información publica, que se puede leer en Internet, Herrera figura implicado en la operación ‘Retiro de Televisores’, de finales de 1975 o principios de 1976, ordenada por el general Pinochet, que consistió en violaciones a los derechos humanos». Según Chávez, el actual jefe policíaco «habría ordenado infructuosamente que se cambiara un informe técnico que señalaba al general Miguel Trincado Araneda de haber participado en la exhumación ilegal, destrucción y desaparecimiento de los restos de 26 fusilados en Calama después del golpe de Estado de 1973». Días más tarde Chávez se desdijo, a través de una misiva enviada a la cancillería chilena por su homologa venezolana, asegurando no haber contado con información "fidedigna".



Sin embargo, según el subcomisario Abel Lizama, uno de los responsables de la investigación del caso junto al jefe de la Brigada Investigadora de Asuntos Especiales, Sandro Gaete, las presiones de Arturo Herrera sí existieron. Y comenzaron luego de que ambos detectives evacuaron un informe del 1 de julio de 2005 donde concluían que el general de Ejército Miguel Trincado, había sido uno de los miembros del grupo que destruyó los restos de ejecutados políticos en 1973 para borrar las huellas de los crímenes.



"Una vez ubicados los restos son cargados en un camión militar que conduce el propio capitán Trincado, acompañado por el sargento Manuel Aguirre, quienes trasladan los restos hasta el aeródromo de Calama siendo luego subidos a un avión de la Fuerza Aérea de Chile (Â…) fecha desde la cual se desconoce el paradero de esos restos humanos", aseveraron los detectives en un párrafo de las conclusiones del informe dirigido al juez Víctor Montiglio, que luego los enfrentaría con el director de Investigaciones.



En las declaraciones que Lizama efectuó el 22 de enero de 2007 ante la jueza Rosa María Pinto, aseguró que Claudio Preller, jefe de gabinete del director de Investigaciones, habló con él y con su colega Sandro Gaete en noviembre de 2005 para pedirles que modificaran la parte del informe donde concluían que Trincado había tenido participación en la exhumación de cadáveres. «Respondí que yo había adquirido la convicción de que este oficial había participado en los hechos", agregó Lizama quien al párrafo siguiente asegura que Preller también intentó presionar a su superior: "Al regresar a mi Unidad, comprobé que Gaete conversaba por teléfono con Preller y en los mismos términos, negándose a cambiar las conclusiones del informe (…) Debo admitir que Preller transmitió una orden de su superior y así me lo expresó suponiendo que lo mismo se lo dijo a Gaete, pero creo que sabía que era irregular lo que pedía».



Además Lizama dio cuenta en su declaración de una reunión entre Trincado y Herrera, materia reconocida por el director de Investigaciones a un grupo de abogados de Derechos Humanos y familiares de víctimas, en diciembre de 2006, y relatada por el propio Trincado en un careo del 29 de enero de 2007 luego de que el suboficial de Ejército Manuel Segundo Aguirre asegurara que "Trincado había solicitado a un jefe de Investigaciones dejar nulo un informe en que aparecía que en 1973 y 1974 trabajaba como jefe de la Sección Segunda en Calama".



Acusando "una nueva falsedad" de Aguirre, Trincado dio su peculiar versión del tema: "Lo que yo hice fue simplemente hacer una presentación formal el día 9 de noviembre de 2005, como persona natural, no como general, ante el Sr. Director de Investigaciones, para que me confirmara o descartara la existencia de un informe que se refería a mí y que me atribuye participación en los hechos señalados". A renglón seguido el cuestionado oficial aseguró conocer a Herrera en un plano profesional y dijo que nunca se han visitado. Sin embargo, al pedir una audiencia con la máxima autoridad policíaca y recibir de respuesta que Herrera se encontraba en su casa debido a una afección lumbar, Trincado insistió diciendo que se trata de "algo urgente" y consiguió algo raro para un ciudadano común y corriente: que el director de Investigaciones lo recibiera en su domicilio. Allí "le expresé la necesidad de conocer la veracidad o no veracidad del informe", dijo. De acuerdo a Trincado, Herrera lo recibió a solas en el living de su casa y le contestó que debía hacer una presentación formal. La entrevista duró "como 15 minutos". "Ignoro lo ocurrido con posterioridad al jefe de la sección de Investigaciones que hizo el informe", finalizó.

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