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El exitismo electoral amenaza el ‘Proyecto UDI’

El explosivo crecimiento de la tienda de calle Suecia la ha puesto en una difícil disyuntiva. Si continuar la expansión para mantener el protagonismo alcanzado en los últimos años o revisar su estrategia electoral que parece estar desdibujando la impronta que Jaime Guzmán le imprimió al fundar el partido. La necesidad de reclutar candidatos ganadores no formados en la UDI estaría contribuyendo a desperfilar su imagen, perder credibilidad e hipotecar el alma.


Una de las preguntas más persistentes que rondaba a los líderes de la UDI tras el asesinato de su fundador, Jaime Guzmán Errázuriz, en abril de 1991 era cuánto más duraría el partido. Pero los máximos dirigentes que tomaron las riendas del gremialismo se hicieron a la tarea de mantener viva la impronta del "proyecto UDI". Y de un pequeño grupo de elite pasó a convertirse en el partido más grande, lo que parece estar siendo difícil de manejar.



En medio del ajetreo electoral que se vive en la UDI por estos días, no son pocos los que se han tomado el tiempo para reflexionar acerca de los cambios que ha sufrido el gremialismo durante los últimos años. La disyuntiva, que surge en este periodo previo a las campañas, es cuál es el costo de las ganancias electorales.



La crítica que soterradamente hacen algunos dirigentes a las cúpulas partidarias es que a cambio de ganar elecciones, la UDI ha ido perdiendo su impronta. La de un "partido popular, de inspiración cristiana y partidario de la economía social de mercado". Y, según recalca un parlamentario, "nuestra vocación de servicio público" al llevar de candidatos a gente que no está formada en el ideario gremialista.



Pero lejos de culpar a alguna directiva en concreto, la disquisición apunta a que el fenómeno que ha ido transformando a la UDI en una "máquina de ganar elecciones" es el resultado de un proceso que se viene dando desde hace ya varios años.



"Los últimos años hemos sido poco audaces en materia electoral. Hemos ido a la segura. Hemos llevado nombres que creemos que les va a ir bien en votación y no porque respondan al proyecto de la UDI", se lamenta un integrante de la comisión política del gremialismo. Él observa con preocupación que el partido está caminando por una ruta peligrosa, ya que "sólo vive del corto plazo".



Es en este escenario donde se enfrentan la posición pragmática que busca mantener a la UDI como un partido influyente en términos electorales, y aquella que cree que es más relevante para la tienda cuidar su credibilidad. Misma que se pierde, comenta una fuente del partido, cuando la ciudadanía percibe que "lo que se busca es ganar a toda costa".



El caso de la ratificación de la candidatura del alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, es un ejemplo -dice otra fuente- de la posición pragmática con que el gremialismo está tomando sus decisiones en materia electoral. Quienes ven con recelo esta repostulación creen que la directiva no quiso arriesgarse a perder frente al edil, que ya había amenazado con competir como independiente con la figura que la UDI pusiera en la comuna si su nombre no era ratificado por la tienda.



Pero también esta el caso de ofrecimientos como el que se le habría hecho a la conductora de televisión Andrea Molina para que ocupara el puesto de Pablo Zalaquett en la comuna, en vez de apostar por una figura del partido que implicara correr un riesgo.



"El ganar a toda costa nos quitó la libertad, la capacidad de arriesgarnos", plantea un ex dirigente.



Otro ejemplo de la necesidad del partido de asegurarse el triunfo lo configura el hecho de que su timonel, Hernán Larraín, haya tenido que ceder a la presión de los alcaldes de Colina, Mario Olavarría, y de Recoleta, Gonzalo Cornejo, ratificándolos como candidatos a la reelección. Pese a que en marzo había asegurado que esta decisión sólo la tomaría luego de conocer el informe final de la Contraloría.



La falta de candidatos competitivos es lo que habría forzado tal decisión. Puesto que la renuncia de Olavarría y Cornejo, luego de la de Carolina Plaza, habría puesto en juego otras dos comunas emblemáticas del gremialismo, cosa que la UDI claramente no está en condiciones de enfrentar.



La tensión permanente de perder



El diputado José Antonio Kast se hace cargo de la inquietud que ronda en un sector del partido respecto a la "ligereza" con que se están buscando candidatos para las municipales. Si bien su postura personal es que "preferiría bajar la votación, pero enfrentar las elecciones con candidatos formados en la doctrina de la UDI", reconoce que eso se ha complicado.



Para el jefe de la bancada gremialista "la tensión permanente de perder una elección y la modificación al sistema electoral municipal" es lo que ha obligado al partido a buscar figuras más allá de las fronteras de la UDI.



A lo que el partido tiene que apuntar es a la formación de liderazgos desde su militancia, explica el legislador, pero el cambio del sistema electoral municipal sorprendió a la tienda de calle Suecia "desfasada con nuestro semillero" y considerando que a partir de los comicios del 2004 para ser alcalde se necesita el 50 por ciento más uno, añade, la tienda se vio obligada a salir a buscar candidatos por fuera.



Y aunque no se opone a esta estrategia, si las figuras a las que el partido invita a postular a un cargo de servicio público "se comprometen claramente a seguir el ideario de la UDI", preferiría que los candidatos salieran del seno del partido.



En este sentido, Kast acepta la crítica de que el gremialismo podría estar desdibujándose y plantea que la UDI "tiene que volver a reencantarse con su ideario".




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