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Juez reabre investigación criminal por la muerte de Víctor Jara

El magistrado acogió gran parte de las cuarenta diligencias que solicitó la familia de la víctima a través del abogado, Nelson Caucoto, con el fin de identificar a él ó los autores materiales del hecho. De acuerdo a la parte querellante, la identidad de «El Príncipe» está plenamente identificada por cientos de testimonios. De hecho, no hace mucho la comisión Funa lo encontró trabajando en el Ministerio del Trabajo.


El ministro de fuero, Juan Eduardo Fuentes, decidió reabrir la investigación criminal por la muerte del cantautor Víctor Jara, ocurrida presumiblemente el 16 de septiembre de 1973 tras permanecer recluido en el entonces Estadio Chile.



El magistrado acogió gran parte de las cuarenta diligencias que solicitó la familia de la víctima a través del abogado, Nelson Caucoto, con el fin de identificar a él ó los autores materiales del hecho.



Hasta el momento se ha logrado determinar que el único responsable del crimen es el coronel (r) del Ejército, Mario Manríquez Bravo.



El abogado Caucoto pidió el miércoles la reapertura del caso bajo el argumento que hay más de cien diligencias que aún están pendientes, de las cuales el jurista pidió cerca de 40.



Los familiares solicitaron que se investigue la identidad de «El príncipe», a quien se sindica como torturador en el estadio Chile implicado en el asesinato de Jara.



"El Príncipe



El 25 de mayo de 2006 el movimiento Funa -dedicado a revelar las identidades de los militares involucrados en violaciones de los derechos humanos- llegaron hasta las oficinas del oficial de Ejército (r) Edwin Dimter Bianchi, más conocido como «El Príncipe» , quien se desempeba hasta ese momento como jefe del Departamento de Auditoría de Procesos Especiales y Pensiones de la Superintendencia de AFP.



Dimter Bianchi participó en el tanquetazo ocurrido el 29 de junio de 1973 junto al coronel Roberto Souper. Ambos, junto a otros militares, fueron detenidos y pasaron algunos meses en prisión, pero fueron liberados el 11 de septiembre, siendo destinados al Estadio Chile, donde según testigos se comportaron con crueldad con los prisioneros.

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