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Velasco cede a las presiones y acepta salario mínimo de 159 mil pesos

El Ministro de Hacienda accedió a la petición del Presidente de la CUT y aceptó el piso de un reajuste del sueldo mínimo de dos dígitos porcentuales. Arturo Martínez logró también el compromiso del gobierno para poner suma urgencia al proyecto de ley que iguala el salario base con el salario mínimo, que actualmente se encuentra en el Senado. Clave en esta negociación habría sido el Director de Presupuesto, Alberto Arenas, quien ostentaría importantes niveles de influencia sobre la Presidenta. A


A diferencia de otros años, la negociación del ingreso mínimo entre la Central Unitaria de Trabajadores y el gobierno se zanjó rápidamente. Según fuentes de la multisindical, que participaron de las reuniones iniciadas hace una semana, el Ministro de Hacienda no se transformó en un obstáculo como en años anteriores y se abrió a las peticiones de Arturo Martínez de negociar con un piso de dos dígitos. El 12,9 por ciento que inicialmente había propuesto Martínez quedó en un 10,4, lo que en términos monetarios significa un ingreso mínimo de 159 mil pesos versus los 144 mil existentes.



A esto se suma la firma de un protocolo de acuerdo que involucra el compromiso del gobierno de poner suma urgencia al proyecto de ley que iguala el salario base con el salario mínimo, impulsado por el Ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade y a una serie de otros beneficios como negociar la reajustabilidad de las asignaciones familiares, homologar con una gradualidad el sueldo de las empleadas de casa particular al ingreso mínimo y el anuncio de una futura negociación de subsidio estatal a los sueldos inferiores a $250.000, medida propuesta en el informe de la Comisión Meller.



El gesto del Ministro de Hacienda hacia la CUT, según fuentes oficialistas, se debe a la difícil semana que vivirá en el Congreso. Con la presión de aprobar el proyecto de ley que inyecta US$ 1.000 millones al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepco), además de la incorporación del gas licuado y la parafina, Velasco quería llegar a buen puerto con esta negociación. Por eso, durante la semana pasada, mientras su par de Trabajo se encontraba participando en la 97ª Conferencia Internacional del Trabajo, organizada por la OIT, en Ginebra, Suiza, el jefe de las finanzas del país sostuvo reuniones con la CUT y técnicos del Ministerio del Trabajo. Según testigos de las citas, se mostró más "accesible" que en otras oportunidades.



A esto se agrega la influencia que ha logrado el Director de Presupuesto, Alberto Arenas, -perteneciente al PS al igual que Martínez y Andrade- sobre las decisiones de la Presidenta, incluso por sobre las opiniones de Velasco en muchas materias. Arenas en esta negociación habría tenido un rol protagónico.



Estrategia frustrada



Velasco estaba consciente de que esta vez no podría contener la ofensiva política anunciada por las bancadas del PPD y la DC en el Congreso. Sabía que sería inviable operar con la lógica que acostumbra en el Parlamento, cuando lleva los proyectos de su ministerio al borde de cumplir los plazos de aprobación. El jefe de las finanzas públicas suele realizar esta estrategia con un cálculo político básico: en este caso, sabe que los parlamentarios se ven imposibilitados de rechazar el proyecto, pues de lo contrario son ellos quienes deben que pagar los costos frente a sus votantes en sus respectivos distritos al mantener una cifra sin modificaciones. "Se aprovecha de la urgencia de estos proyectos para evitar que los parlamentarios puedan introducirle cambios e indicaciones", asegura una fuente oficialista.



Otro de los temas en los que tuvo que ceder fue en el debate que el Presidente de la CUT venía instalando desde que comenzó su ofensiva mediática. Las aspiraciones de Martínez sobre el tema, más allá de lograr lo esperado, estaban en directa sintonía con el Ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade. La estrategia del líder sindical era empujar la discusión hacia un tema que a ambos les interesaba: "salario mínimo base".



Se trataba de una tesis que mantuvo desde que comenzó a abordar el punto en los medios y que coincide justamente con uno de los proyectos de Andrade que actualmente se encuentra en la Sala del Senado y que ahora logró que el gobierno se comprometiera a darle suma urgencia para ser tramitado en el Congreso.



El problema de este debate político es que se trata de un tema resistido por los asesores de Hacienda y por el propio Velasco, pues genera ruido entre los empresarios, sobre todo en los que representan a grandes sectores del comercio, como el retail, las isapres y las aseguradoras.



La temida tirada de mantel



Hay algo más en el debate de hoy que, según fuentes del gobierno, Velasco no podría manejar si es que Martínez hubiese tirado el mantel y pidiera rechazar el proyecto. Los parlamentarios del gobierno estaban cuadrados con la petición de la CUT. Tanto así que estaban dispuestos a evitar las "rayadas de pintura" de otros proyectos tramitados por Hacienda, votados bajo presión.



El jefe de bancada DC, Eduardo Saffirio, consultado antes del acuerdo logrado por la CUT y el gobierno, aseguró que en esta pasada no temían pagar los costos políticos con sus votantes por no aprobar el proyecto que enviará el gobierno. Su afirmación es que "si el Ejecutivo planteaba una cifra menor a la que la CUT aspira, nuestra opción como bancada es el retiro de la Sala hasta lograr lo que la CUT pide".



Una postura similar expresó la bancada PPD. El diputado, Jaime Quintana, explicaba que seguirían hasta el final junto a la CUT en este proceso y estarían dispuestos, si la CUT lo pide, a rechazar el proyecto que enviará el Ejecutivo en caso de no representar los intereses de la Central. "Estamos frente a un planteamiento responsable de la CUT y como ya se lo dijimos a Arturo Martínez, la Central cuenta con el respaldo absoluto de nuestro partido".



Más allá de la discusión de aprobar o rechazar la iniciativa, el diputado Julio Dittborn afirma que "la urgencia y las pocas posibilidades de discutir los proyectos se han hecho costumbre en el Ejecutivo. Lo ideal sería que pudiéramos discutir este tema con nuestros técnicos antes de votar. Pero el gobierno es el dueño de las urgencias y tiene el monopolio en esto. Son las reglas del juego que imponen ellos. Es lo mismo que quiso hacer Hacienda con el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, pero afortunadamente se logró parar".



Sobre las peticiones de la CUT, Dittborn dice que a pesar de que no conoce aún el proyecto que enviará el Ejecutivo, no le parece descabellado pensar en un alza de dos dígitos como lo planteó Martínez.



El RN Mario Bertolino, miembro de la Comisión de Trabajo de la Cámara, explica que "lo importante es que el ingreso mínimo no sea menor al alza del costo de la vida. En ese sentido me parecen muy comprensibles las aspiraciones de la CUT".



Dígitos más o menos, probablemente Velasco amanecerá hoy pensando en que se aprobará el proyecto y de seguro, si lo logra, se paseará por los pasillos del Congreso sonriente. Al abordar a los periodistas afuera de la Sala, les dirá: "Por unanimidad muchachos", como lo ha hecho en otras ocasiones, cuando ha aprobado proyectos de bajo impacto político, como los ya clásicos bonos del gobierno de la Presidenta Bachelet.

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