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La extraña desaparición del cuaderno secreto del caso Mirage Corte designó ministro para investigar

La extraña desaparición del cuaderno secreto del caso Mirage

El magistrado Emilio Elgueta, a cargo de la indagatoria, ha interrogado a una serie de funcionarios que desde 2003 a la fecha tuvieron contacto con el expediente. Básicamente se trata de una declaración reservada de un testigo y documentos sobre el sistema de compras. La denuncia fue hecha por Omar Astudillo, designado hace algunas semanas por la Corte Suprema, para buscar las responsabilidades de ex oficiales de FACh que habrían recibido coimas por la compra de las aeronaves.


La Corte de Apelaciones de Santiago designó al ministro Emilio Elgueta para investigar la perdida de un cuaderno secreto donde consta una declaración bajo reserva de un testigo, como también otro expediente donde se encontraban una serie de documentos. Todo en el proceso por la compra de los Mirage Elkan belgas y el pago de coimas que se habría hecho a los altos oficiales de la Fuerza Aérea de la época.

La denuncia fue hecha hace algunas semanas por el magistrado a cargo de la indagatoria, Omar Astudillo, luego de que se percatara de la falta de piezas, precisamente cuando fue designado por la Corte Suprema, a petición del Consejo de Defensa del Estado (CDE).

La gravedad de los hechos ha llevado a Elgueta a interrogar a una serie de funcionarios que han tenido desde 2003 -cuando el CDE presentó la primera denuncia penal- hasta ahora contacto de una u otra manera con la causa.

La pérdida de los documentos mencionados se produce cuando, desde Bélgica, donde se origina la venta de los aviones, llegó el primer gran dossier, donde se entrega información de las coimas que habría recibido el ex Comandante en Jefe de la FACh Ramón Vega y los entonces generales Jaime Estay Viveros y Florencio Dublé Pizarro, así como el coronel Luis Bolton Montalvo (hoy todos en retiro).

Gran parte de la información que se logró reunir para llevar adelante este caso, apareció en el proceso que sustancia el ministro Carlos Cerda por las millonarias cuentas de Pinochet en el banco Riggs y otras entidades financieras de Europa.

En el expediente hay antecedentes de como los hijos de Ramón Vega habrían encubierto los pagos a través de triangulaciones y compras de propiedades, así como que el yerno del ex oficial fue el operador para que Chile comprara las aeronaves y también el canal técnico para el traspaso de las «comisiones».

Según indicó una fuente de la Corte, Astudillo está dedicado por estos días a estudiar el expediente y resolver cómo recompondrá las piezas extraviadas.

De hecho uno de los documentos perdidos es una relación pormenorizada de cómo funcionó todo el sistema de compras entre la Fuerza Área y la empresa Sabca, como también un testimonio relativo al departamento que Verónica, una de las hijas de Vega, tiene precisamente en Nueva York. Departamento que le habría comprado su padre.

La conexión belga

A principios de 1995 la Justicia belga inició una investigación sobre la compra fraudulenta de 46 helicópteros italianos Agusta por parte de la Fuerza Aérea de ese país ocho años antes. El escándalo, conocido mundialmente como el «Dossier Agusta», involucró el asesinato de un ministro y la posterior condena de altas autoridades políticas de Bruselas por corrupción.

Entre los investigados por ese caso se encontraba el general Jacques Lefebvre, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea belga en 1988, cuando se produjo la compra de los helicópteros.

Lefebvre había pasado a retiro y se había transformado, a principios de la década del 90, en representante de la empresa italiana Agusta y de la francesa Dassault. Además, había creado una lucrativa compañía dedicada al comercio internacional de armas: Europavia.

Lefebvre viajó a Chile en repetidas ocasiones y en 1992 y 1993 lo hizo para contactarse con Vega y operar a través del yerno de este último para el negocio.

El ex general de la Fuerza Aérea belga no sólo los contactó, sino que logró, a través de ellos, convencer a la FACH de que la compra de los 25 cazas Mirage, dados de baja por Bélgica, eran la mejor opción para renovar la dotación aérea de la institución.

Cuando los investigadores belgas encargados de las pesquisas del caso Agusta incautaron documentos de Jacques Lefebvre, en los primeros meses de 1995, descubrieron que entre éstos existían pruebas incontrarrestables de que se había pagado una comisión de 15 millones de dólares por la venta de los Mirages a Chile, la que fue depositada en el Clariden Bank de Zurich.

Al ser interrogado sobre estos hechos, Lefebvre contestó a la policía anticorrupción belga, en un memorando: «Los documentos relacionados con Chile de los que me preguntan son confidenciales. Su divulgación sería catastrófica, puesto que pondría en evidencia a nuestra contraparte chilena y nuestros agentes se verían en serias dificultades».

El 7 de marzo de 1995, la noche siguiente de redactar esta nota, el general (r) Jacques Lefebvre se suicidó en su departamento de Avenue Louise, en Bruselas. De ahí en adelante todo ha sido una bola de nieve que cae ahora en manos del ministro Astudillo.

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