«El daño es enorme, yo creo que esta ciudad está inhabitable (…), va a ser habitable cuando esté urbanizada», declaró la secretaria de Estado.
La ministra de Vivienda y Urbanismo, Patricia Poblete, consideró que la localidad de Chaitén, evacuada tras la erupción del volcán del mismo nombre y afectada por las cenizas y las inundaciones, está «inhabitable».
«El daño es enorme, yo creo que esta ciudad está inhabitable (…), va a ser habitable cuando esté urbanizada», declaró la secretaria de Estado, que este martes visitó Chaitén, acompañada por personal sanitario y de la red eléctrica.
El volcán Chaitén está en erupción desde el pasado 2 de mayo, lo que obligó a la evacuación de la población homónima, que está cubierta por un manto de cenizas y dañada por los efectos del viento, la lluvia y la nieve.
Además, el desbordamiento del río Blanco, que se produjo el pasado 12 de mayo debido al escurrimiento de material piroclástico desde el cráter, provocó la inundación del poblado, donde en estos momentos la red de alcantarillado está muy deteriorada, no hay agua potable y el 80 por ciento de las viviendas está dañada o completamente destruida.
La ministra explicó a los periodistas que, tras la visita, los técnicos elaborarán un informe que entregarán a la presidenta Michelle Bachelet, quien decidirá cuál es el futuro de la población y de los más de 4.000 vecinos evacuados a otras ciudades de la región de Los Lagos.
Cincuenta de ellos regresarán a la población este miércoles, acompañados por personal del Ejército y de la policía, para recuperar sus vehículos y otras pertenencias, dentro de un plan anunciado a mediados de este mes por el Gobierno.
Respecto a esa iniciativa que permitirá el retorno de algunos lugareños a Chaitén, Poblete afirmó que las familias que vean cuál es el estado en que han quedado sus casas «es obvio que van a tener una visión bastante mala y catastrófica», aunque añadió que hay viviendas en las que «el daño es menor».
Tras visitar la población, el pasado 21 de junio, el ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, declaró inhabitable «al menos por los próximos dos años» la población, alrededor de la cual aún existe un perímetro de seguridad de quince kilómetros que no se puede sobrepasar sin autorización gubernamental.
